Los signos que apuntan a una desaceleración del crecimiento de la zona euro abren la puerta a que la economía de la región entre en recesión técnica, mientras que probablemente tardarán algún tiempo en disiparse las presiones inflacionistas, según ha indicado la representante alemana en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), Isabel Schnabel.

"Hay una fuerte indicación de que el crecimiento va a desacelerarse y no descartaría que entremos en una recesión técnica, especialmente si el suministro de energía de Rusia se interrumpe aún más", ha advertido la economista germana en una entrevista con Reuters.

En este sentido, Schnabel ha señalado que los riesgos a la baja para el crecimiento económico de la eurozona también han aumentado debido a perturbaciones adicionales del lado de la oferta, provocados por sequías o por los bajos niveles de agua en los principales ríos.

De este modo, a pesar de que la economía ha demostrado su capacidad de adaptarse, la alemana ha indicado que el 'shock' de los precios de la energía "es demasiado grande para compensarlo por completo", aunque ha subrayado que existe heterogeneidad entre los países del euro y parece que, de los países más grandes, Alemania es el más afectado.

A pesar del deterioro previsto de la actividad de la zona euro, Schnabel ha asegurado que no aprecia "ninguna indicación de una recesión prolongada y profunda en este momento". "Ni siquiera está claro que vaya a haber una recesión técnica en la zona del euro. Simplemente no lo descartaría", ha añadido.

En cuanto a la inflación, la representante de Alemania en el directorio del BCE ha apuntado que es probable que las fuertes presiones inflacionarias continúen durante algún tiempo y que no desaparezcan rápidamente.

"Incluso con la normalización de la política monetaria en curso, llevará algún tiempo hasta que la inflación vuelva al 2%", ha reconocido, al tiempo que ha añadido que, no puede excluirse que, en el corto plazo, la inflación aumente aún más.

En este sentido, si bien la mayoría de referencias sobre las expectativas de inflación a más largo plazo se mantienen en torno al 2%, la alemana advierte de que una serie de indicadores apuntan hacia un riesgo elevado de desanclaje. "Creo que es muy importante que nos tomemos estos signos en serio", afirma.

Asimismo, ante la dificultad de predecir cuándo la inflación llegará a su máximo, la economista ha defendido la importancia de dar más peso a los datos reales de la inflación en las decisiones de política monetaria del BCE.

De este modo, de cara a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE del próximo mes de septiembre, Schnabel ha sugerido su posición favorable a que la entidad vuelva a actuar con decisión, ya que sostiene que al mirar los datos más recientes, las preocupaciones que había en julio, cuando el banco central decidió acometer una subida de tipos de 50 puntos básicos, "no se han aliviado".