Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han logrado al filo de la medianoche un “acuerdo político” sobre la sexta ronda de sanciones contra Rusia, propuesta hace casi un mes por Bruselas por la guerra en Ucrania y cuyo elemento más polémico ha sido embargo al petróleo ruso. Para esquivar el veto al plan del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, y preservar la unidad de los Veintisiete, los líderes europeos han accedido a suavizar el embargo con un boicot parcial al crudo importado por vía marítima -que supone dos tercios de las importaciones de Rusia y que se aplicará a partir de finales de año- y la exención de momento al petróleo que llega por oleoducto lo que permitirá a Orban escapar el embargo.

“Acuerdo para prohibir la exportación de petróleo ruso a la UE. Esto cubre de inmediato más de dos tercios de las importaciones de petróleo de Rusia, cortando una enorme fuente de financiación para su maquinaria de guerra. Máxima presión sobre Rusia para que ponga fin a la guerra", ha anunciado el presidente del Consejo EuropeoCharles Michel, sobre la aprobación de la sexta ronda de sanciones que también incluye la exclusión del sistema de intercambio de información de pagos swift del Sberbank, la mayor entidad financiera rusa, la prohibición de emisión en la UE de tres emisoras estatales rusas implicadas en la política de desinformación del Kremlin así como la inclusión en la lista de sancionados a más responsables de crímenes de guerra en Ucrania.

Fue el pasado 4 de mayo cuando la Comisión Europea propuso un veto total y gradual al petróleo y sus derivados procedentes de Rusia, tanto por barco como por oleoducto, con un año de prórroga para Hungría y Eslovaquia, los dos países que se alimentan del crudo ruso a través del oleoducto Druzhba y que no tienen acceso al mar. Empezó entonces un tira y afloja con Budapest que no se ha resuelto hasta esta noche. Orbán no solo exigía más dinero para adaptar sus infraestructuras y refinerías al petróleo procedente de otros países sino garantías de aprovisionamiento en caso de problemas. Un pulso que ha obligado a Bruselas a ir modulando y diluyendo poco a poco su propuesta inicial para intentar acercar el acuerdo sin romper la unidad de los Veintisiete.

Objetivo: acuerdo político

Tanto la Comisión Europea como la presidencia francesa de la UE habían intensificado las negociaciones en las últimas 48 horas para lograr la fumata blanca en esta cumbre. Tras un primer intento fallido el domingo, los embajadores permanentes de los Veintisiete lograban este lunes por la mañana un “principio de acuerdo” sobre un texto que ha sido retocado ligeramente para acomodar la petición de garantías de Orbán y las preocupaciones de otros socios en relación al mercado interior. El acuerdo recoge el compromiso del Consejo Europeo sobre el sexto paquete de sanciones y el veto petróleo y sus derivados que lleguen desde Rusia a los Estados miembros, "con una excepción temporal para el petróleo suministrado por oleoducto”.

Además pide al Consejo que finalice adopte cuanto antes el acuerdo -el miércoles pasará el trámite de los embajadores-, que garantice un mercado único que funcione, competencia justa y solidaridad entre los Estados miembros en caso de "una interrupción repentina del suministro”. También se ha añadido, respecto a borradores anteriores, que en caso de una interrupción repentina del suministro, "se introducirán medidas de emergencia para garantizar el suministro", algo que monitorizará la Comisión para garantizar la seguridad del suministro y una competencia kista.

La idea detrás de esta fórmula, según han explicado fuentes diplomáticas, es aplicar un embargo en dos fases. En una primera etapa, se bloquearía el crudo que llega por mar, lo que permitirá interrumpir dos tercios de las importaciones rusas -un porcentaje que aumentará por encima del 90% a finales de año una vez que Alemania y Polonia apliquen su compromiso a no importar más petróleo ruso- y, en una segunda, las importaciones por oleoducto que suponen un tercio de las importaciones y que seguirá fluyendo aunque con el compromiso de cerrar el grifo "lo antes posible". 

Hungría exige más garantías

A su llegada a la reunión Viktor Orbán avisaba de que la oferta sobre la mesa era insuficiente aunque aseguraba ver con buenos ojos la idea de excluir al petróleo de oleoducto del boicot. “Es un buen enfoque pero necesitamos garantías de que en caso de accidente con el oleoducto que atraviesa Hungría debemos tener derecho a obtener el petróleo ruso por otras vías”, ha advertido insistiendo en su disposición a apoyar las sanciones siempre que incluyeran “soluciones” para garantizar su abastecimiento energético en caso de problemas. Sus palabras anticipaban una negociación complicada como a la postre ha sido aunque Orban regresará a Budapest con sus objetivos cumplidos: podrá seguir importando petróleo ruso a través del oleoducto, sin fecha límite de momento y con la posibilidad de comprar petróleo transportado por barco en caso de emergencia.

Según ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aunque quedará pendiente el 10% del petróleo que llega por oleoducto volverán a abordar la excepción "pronto". "La UE está unida. Hemos acordado más sanciones drásticas contra Rusia. Habrá un embargo sobre gran parte de las importaciones de petróleo de Rusia”, ha celebrado satisfecho el canciller alemán, Olaf Scholz. "Rusia ha elegido continuar su guerra en Ucrania. Como europeos, unidos y en solidaridad con el pueblo ucraniano, vamos a aplicar nuevas sanciones. Hemos decidido acabar con las importaciones de petróleo ruso en un 90 % para finales de 2022", ha anunciado el presidente francés, Emmanuel Macron. "El gobierno español está satisfecho. Es un avance. Mantenemos la unidad que es fundamental. La unidad es lo más importante en estos momentos, haciendo daño a Putin sin destrozar nuestras economías", han celebrado fuentes del Gobierno español.