La criptomoneda Luna, que hasta hace unos días estaba entre las diez más valoradas del mundo, colapsó esta semana dejando a miles de inversores tirados y provocando un efecto arrastre en el mercado.

A principios de mayo, una Luna costaba más de 80 dólares (llegó a valer 118 a principios de abril). Hoy, su precio no llega al céntimo de dólar.

El bitcoin cayó por debajo de los 30.000 dólares, cuando hace menos de un año valía casi el doble. Las acciones de Coinbase, la principal casa de cambio de criptomonedas, se desplomaron y alcanzaron su mínimo histórico, según datos que recoge El Periódico de España.

Y todo en cuestión de cinco días. El mundo de las criptomonedas ha vivido una semana trágica.

"Ha sido una tormenta perfecta", dice Fernando Gutiérrez, analista e inversor en proyectos cripto. "Los tipos están al alza y la inflación desatada. Los mercados fuera del cripto también están reventados: la mayoría de las acciones en el Nasdaq han caído. Y, por encima de todo eso, el colapso de Luna lo ha agravado".

Es decir, se han juntado los factores externos de la economía real —inflación, tipos de interés y resultados empresariales— con los propios del mercado de las criptomonedas. Luna ha colapsado porque su diseño, que confía en un algoritmo para mantener la estabilidad, ha fallado.

En Reddit, un foro con un subforo dedicado a Luna, hay personas contando que invirtieron ahí sus ahorros al confiar en el proyecto. Un usuario dejó un listado con teléfonos para la prevención del suicidio de varios países, ya que hay testimonios de gente que lo ha perdido todo de la noche a la mañana.

"El pánico fue tan fuerte que arrastró al resto", explica Diego Morín, analista en IG España. "Ahora habrá quien diga que es el fin de las criptomonedas. No será así. Pero aquellas vinculadas a una moneda estable [stablecoin] pueden ser atacadas. Lo positivo es que quizá acelere un marco regulatorio".

El algoritmo maldito

El valor de la mayoría de criptomonedas —bitcoin entre ellas— lo marcan la oferta y la demanda: como en otros activos no regulados, el precio sube cuando aumenta la demanda (más gente comprando) y baja cuando aumenta la oferta (más gente vendiendo).

Eso las hace extremadamente volátiles, que su precio fluctúe con tanta frecuencia que incluso un tuit de Elon Musk las hunda o dispare porque la gente reaccione.

Pero el funcionamiento de Luna era distinto. Esta cripto estaba vinculada a una moneda estable (llamada UST) con el fin de evitar dicha volatilidad.

Las monedas estables, o stablecoins, son criptomonedas cuyo valor se vincula a su vez al de una moneda de curso legal; en este caso, el dólar. La idea es que una unidad de moneda estable valga siempre un dólar.

En el caso que nos ocupa, Luna es la criptomoneda y UST su moneda estable. Y, hasta que sucedió la catástrofe, el objetivo era que UST = 1 dólar.

Para mantener la equivalencia con el dólar, otras monedas estables guardan reservas de dinero real en efectivo. Pero UST no lo hace así. La equivalencia con el dólar se consigue de forma automatizada, a través de un algoritmo que crea y destruye criptomonedas Luna para intentar mantenerla.

A los inversores les interesa este sistema porque si la equivalencia se desvía (si el UST baja de un dólar) pueden ganar dinero comprando o vendiendo Luna para equilibrarlo.

Y así fue hasta que la equivalencia hizo 'crack' y se rompió:

Gutiérrez tiene un hilo en Twitter explicando los factores que han provocado la ruptura del mecanismo, que en el fondo se reducen a la pérdida de confianza de los inversores (venden UST, cae el precio de Luna y se rompe la equivalencia con el dólar). También hay personas de la comunidad cripto que creen que ha sido un ataque coordinado.

"Se sabe que las ventas de UST venían de un único actor. No sé si coordinado, pero desde luego es intencionado", dice Gutiérrez.

Por si fuera poco, los creadores de UST/Luna introdujeron recientemente cambios en el sistema, comprando bitcoin para usarlo como reserva en caso de que la equivalencia (la que se supone que debe salvaguardar el algoritmo) se desviara. Esos cambios no estaban del todo terminados: faltaban unas semanas para completarlos.

Al romperse, y al no poder corregir el algoritmo un volumen tan grande de ventas, acudieron a estas reservas: vendieron bitcoin de forma 'manual' para comprar UST e intentar salvar su valor. Pero eso no funcionó y agravó la caída de bitcoin, que a su vez agravó la caída de todo lo demás creando "un círculo vicioso que lo arrastra todo", dice Gutiérrez.

"No está claro cuánto bitcoin llegaron a vender ni a qué precio", añade el experto. "Esta defensa con bitcoin agrava la situación del mercado".

Aun así, continúa, en términos relativos este 'cryptocrash' ha sido menor que el de 2014, cuando colapsó Mt. Gox, una de las casas de cambio de criptomonedas más populares del mundo. Los inversores perdieron el 5% de lo que entonces valía el mercado. Ahora, la pérdida 'solo' ha ascendido al 2%.

"Todo está en el aire"

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos llamó la atención hace meses sobre las monedas estables y pidió al Congreso una ley que obligue a sus emisores a cumplir los mismos requisitos que los bancos normales.

Tras el colapso de Luna y el arrastre que ha provocado, la secretaria del Tesoro urgió a acelerar esta regulación.

"En los últimos días hemos visto una demostración en la vida real de los riesgos de las monedas estables, que son los mismos que hemos visto durante siglos en momentos de pánico bancario", dijo, en declaraciones recogidas por The New York Times.

"La teoría de las criptomonedas es 'holdear' [aguantarlas, no vender en momentos de pánico]. Eso tiene su riesgo. Al haber pánico y gente diciendo que el bitcoin va a bajar hasta los 20.000 euros, hay quien se deshace de ellos para no perder todo su capital y el precio baja aún más", dice Morín, el analista de IG.

Según Morín, la situación actual acelerará la regulación. "No sabremos toda la verdad sobre lo que ha pasado, pero creo que esto marca un antes y un después. Veremos si las criptomonedas se recuperan", dice. "Pero es que además está todo como un fango. El contexto actual es complicado y el mercado teme una recesión".

La caída de Luna, añade Gutiérrez, afecta al Bitcoin y otras criptomonedas en tanto que hay "una pérdida de confianza en general. Hay miedo a que el colapso arrastre a otros". Tether, la mayor moneda estable del mundo, también cayó esta semana por debajo del dólar al contagiársele el pánico inversor. Este analista cree que, aunque puede haber más caídas, las criptomonedas "sobrevivirán como siempre hacen".

Mientras tanto, el creador de Terra —un coreano llamado Do Kwon— ha propuesto una serie de cambios para reconstruir la moneda y ha prometido "seguir haciendo ruido". El resto de criptomonedas se recuperaron ligeramente el viernes, si bien el bitcoin sigue por debajo de los 30.000 euros y marca mínimos desde 2020.