Los intermediarios financieros del sector de la energía cargan contra el plan de España y Portugal de intervenir temporalmente el mercado de la electricidad para conseguir bajar los precios. A falta de concretar detalles técnicos y de obtener de la Comisión Europea la aprobación definitiva, Bruselas ha dado un primer aval a que ambos países pongan durante un año un tope al precio del gas y del carbón que se utilizan para producir electricidad de 50 euros por megavatio hora (MWh) de media durante un año para conseguir rebajar el precio de la luz.

La Federación Europea de Traders de Energía (EFET), que agrupa a los intermediarios que participan en la compraventa de electricidad en los mercados mayoristas, se suma a las críticas contra la "excepción ibérica" que reconoce la Unión Europea y que habilitará a España y Portugal para tomar medidas diferencias al resto de estados miembros.

Según los 'traders', la iniciativa “pone en peligro el futuro del propio Mercado Interior de la Energía” y amenaza con “aislar la Península Ibérica (…) cuando la integración de los mercados y el comercio transfronterizo es más necesario que nunca para afrontar los retos de conseguir precios asequibles y garantizar la seguridad de suministro energético”.

La Comisión Europea desveló este martes que España y Portugal aún no han remitido formalmente su propuesta para fijar un precio máximo al gas de 50 euros por MWh de media durante un año y, sin conocer la medida al detalle, Bruselas no puede dar su aprobación. Desde el Gobierno español, que pretendía aprobarla esta semana en Consejo de Ministros, se esgrime que aún quedan detalles técnicos por perfilar y confía en poder arrancar el nuevo sistema de precios a partir de la próxima semana, para que los efectos de recorte del precio del recibo de luz se note ya en la factura de mayo.

La Unión Europea reconoce así la “excepción ibérica” que supone que España y Portugal cuentan con un mayor peso de las renovables en su producción eléctrica y menos interconexiones con el resto del continente, y permitirá a ambos países tomar medidas excepcionales y que no seguirán el resto de países miembros.

EFET denuncia múltiples “efectos indeseados” de la medida que quieren aplicar España y Portugal. Los 'traders' -que participan como intermediarios financieros en los mercados mayoristas de la electricidad entre los productores y los grandes consumidores- alertan de que el anuncio del tope al precio del gas ya ha provocado que el mercado de futuros eléctricos ibérico haya perdido liquidez.

“La falta de transparencia en la propuesta y el riesgo de una intervención del mercado ibérico está destruyendo la confianza del mercado. Esto está socavando la capacidad los participantes en el mercado de cubrir sus riesgos y proteger a los consumidores frente a la volatilidad de los precios de la energía”, indica la asociación europea.

En paralelo, EFET advierte de que el tope del precio en los mercados ibéricos puede provocar un aumento del consumo de gas para producir electricidad con el consiguiente aumento de las emisiones de CO2 y encareciendo el precio del gas, castigando así a sus consumidores, entre otros aspectos. Los intermediarios financieros reclaman no intervenir los mercados mayoristas y piden a España y Portugal que se centren en medidas de apoyo directo a los consumidores vulnerables.