El BBVA ganó 1.651 millones de euros entre enero y marzo, un 36,4% más que los 1.210 millones del mismo periodo del año pasado. El banco, así, ha logrado aumentar su beneficio incluso sin la aportación de su filial estadounidense, que vendió el pasado junio. El alza de las ganancias, de hecho, sería aún mayor, del 59,8%, si se excluye de la comparación los 177 millones que dicha unidad le aportó en el primer trimestre de 2021. También sería más alta, del 41%, de no ser por la depreciación de la lira turca.

La mejora del beneficio del grupo se debió al aumento de los ingresos, que superó el incremento de los gastos por la inflación, así como a la fuerte reducción de las provisiones para afrontar futuras pérdidas. Los ingresos básicos por la diferencia de intereses del crédito y los depósitos, así, crecieron el 20,5%, hasta los 4.158 millones, gracias a las subidas de tipos en México, Turquía y América del Sur. También los ingresos por comisiones subieron un 9,5% por la mayor actividad a medida que se superaba la pandemia.

Los gastos, sin embargo, también crecieron por el "entorno inflacionista", si bien lo hicieron de forma muy inferior a los ingresos (4,7%, o 8,5% sin tener en cuenta el impacto de los tipos de cambio de las divisas con que opera el grupo). Solo registraron caídas relevantes en el negocio de España y las oficinas centrales, debido al ere del año pasado. Con todo, el ratio de eficiencia (relación entre ingresos y gastos) mejoró de forma notable, del 45,2% de diciembre al 40,7%, gracias al fuerte incremento de los ingresos. 

El otro factor fundamental que explica la mejora del beneficio son las provisiones para afrontar pérdidas, que cayeron el 20,1%, hasta los 738 millones de euros, "a pesar del entorno macroeconómico más desfavorable, gracias al buen comportamiento del subyacente". Es decir, de la calidad de los activos. El ratio de morosidad, así, bajó del 4,1% al 3,9% de los créditos, ya que los préstamos aumentaron un 5% y los impagados solo un 1,1%.