Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crecen las incertidumbres

La guerra de Ucrania encarece los fertilizantes y amenaza con una crisis alimentaria en Occidente

Diversos estudios alertan de la espiral inflacionista que se avecina si el conflicto en el este de Europa se prolonga

La guerra en Ucrania ha encarecido los fertilizantes y elevado los costes de la energía y el transporte a escala internacional. Como consecuencia, todos los expertos auguran que el alza de precios en el sector agroalimentario va a continuar. El servicio de estudios de CaixaBank calcula que el sector sufrirá este año "un notable impacto de forma directa por el fuerte encarecimiento de ciertos insumos procedentes del granero de Europa". El informe asegura que aunque en términos directos el impacto en la balanza comercial de la guerra de Ucrania es limitado (las exportaciones agroalimentarias a Rusia y Ucrania apenas supusieron el 0,4% y el 0,3% del total en 2021, respectivamente) el alza de costes es relevante. En concreto, el 27% y el 62% de las importaciones de maíz y de aceite de girasol, respectivamente, proceden de Ucrania, y Rusia es un proveedor importante de abonos minerales. "La guerra está generando un fuerte aumento del precio de las materias primas agrícolas que también afectará de forma muy destacable al sector agroalimentario español", concluye el informe.

Rusia y Ucrania son grandes exportadores de productos agrarios a nivel mundial. Y el campo español tiene una elevada dependencia de las importaciones de cereales (harinas y alimentación animal), aceite de girasol (usado en la industria agroalimentaria, por ejemplo, en las conservas y en la elaboración de todo tipo de alimentos procesados) y abonos minerales (fertilizantes). En concreto, el 29,7% del maíz, el 19,3% del centeno, el 4,8% de la cebada, el 63% del aceite de girasol y el 8,6% de los abonos minerales importados en 2021 procedieron de la región. 

Entre estas dependencias, el estudio de CaixaBank destaca la del aceite de girasol de Ucrania, "pues la producción doméstica es relativamente baja y las posibilidades de ser sustituido por otros productores es escasa, puesto que Ucrania y Rusia copan casi el 80% de las exportaciones mundiales de este aceite". La alternativa, según los expertos sería usar grasas vegetales alternativas, como aceite de soja, de palma o de colza, cuyos precios están repuntando en los mercados internacionales, o aceite de oliva, del que España es el primer productor mundial. En los cereales, la mayor dependencia es el maíz, que podría afectar la producción de piensos y los productos de molinería (harinas y derivados). En este caso, existe la posibilidad de abastecerse de otros productores alternativos (Argentina, EEUU o Canadá).

El campo español también tiene una elevada dependencia de las importaciones de abonos minerales de Rusia. La nueva alza de los precios de los fertilizantes se suma a una tendencia alcista de los costes de producción que ya afectó gravemente al sector agrario en 2021. "Dada la elevada incertidumbre, todavía es prematuro valorar hasta qué punto el sector agroalimentario se verá afectado por todos estos canales y las medidas que se tomarán para paliar dicho impacto. En función de la duración del conflicto, del ámbito geográfico en el que se circunscriba y de las sanciones y contrasanciones que se impongan, el impacto será más o menos abultado", concluye el estudio de CaixaBank.

Incertidumbre

El informe sectorial ‘Tendencias en la Cadena Agroalimentaria 2022’ de la Fundación Europea para la Innovación y Aplicación de la Tecnología (INTEC), en colaboración con la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), también apunta a las exportaciones agrarias rusas y de Ucrania como foco de incertidumbre para el sector agroalimentario español. El aumento del precio del gas natural y el nitrógeno está provocando un "salto masivo" en los precios de los fertilizantes, "lo que causará una caída en los rendimientos de los cultivos del próximo año", según este informe.

España cuenta con más de 30.000 empresas agroalimentarias, el 96,5% de menos de 50 trabajadores. Son empresas muy vulnerables a este alza de costes. El incremento en el precio del gas ha disparado el costo de producción de amoníaco diez veces, haciendo que los precios de los fertilizantes se tripliquen, una situación agravada por la guerra en Ucrania y su consecuente encarecimiento en el coste del gas natural, del nitrógeno y de los combustibles fósiles. El efecto de la guerra en Ucrania y el corte de las cadenas de suministros en el transporte por carretera en un país productor de alimentos, así como el corte en las comunicaciones y las sanciones que afectarán a la economía rusa, provocarán vaivenes y subidas de costes en la cadena agroalimentaria. En España, avanza el estudio de Intec, el precio de productos como el arroz o el aceite de oliva subirá por la falta de producción suficiente para el alza de la demanda en la próxima cosecha.

Cambio climático

A más largo plazo, el informe recoge que el cambio climático también tiende a afectar a todos los aspectos de la producción de alimentos y conducirá a una disminución en el rendimiento de los cultivos del 10-25% para 2050. Asimismo, se estima que el aumento de temperatura en los océanos reducirá las capturas de peces marinos en un 40%. El crecimiento de la población mundial resultará, por otra parte, en una mayor demanda de recursos y materias primas, incluidos los alimentos, estimada en un 56% más para 2050. Según el índice de precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el coste de los alimentos aumentó un 31% entre octubre de 2020 y octubre de 2021, y en 2022 esta tendencia se acentuará de forma “muy acusada” por todos estos factores.

Compartir el artículo

stats