La llegada de la pandemia del coronavirus hace ya casi dos años ha impulsado una oleada de spin-off dentro del Ibex 35, donde casi todas las grandes cotizadas españolas se encuentran inmersas en una reflexión estratégica sobre cómo quieren ser en el futuro, a través de qué vías quieren crecer y cómo aumentar su valoración. Así lo publica El Periódico de España.

La última en sumarse a esta moda ha sido Naturgy, que anunció la semana pasada la división en dos de la compañía: por un lado quedarían las infraestructuras de gas y electricidad (regulado) y por otro los de comercialización y generación (liberalizado). El denominado Proyecto Géminis busca “acelerar su plan estratégico y potenciar el papel de Naturgy en la transición energética”, al tiempo que se crean dos campeones nacionales que actualmente cuentan con una capitalización bursátil conjunta de 23.580 millones de euros.

Pero no será la única. Una de las operaciones corporativas más esperadas en este sentido es la de Repsol con la separación de su negocio renovable, por la que espera ingresar 1.400 millones de euros según argumentó en su plan estratégico y alcanzar una valoración de 3.000 millones de euros. En un principio, la transacción se planteó como una colocación en bolsa, pero la situación de los mercados financieros le obligaron a paralizar el proceso, al igual que otras compañías verdes que se habían marcado un debut bursátil en su hoja de ruta. En noviembre de 2020, el consejero delegado de la petrolera, Josu Jon Imaz, anunció que se daba entre 12 y 18 meses para decidir el futuro de esta filial. Un plazo que finalizaría en mayo de este año.

Por el momento, según indican fuentes financieras a El Periódico de España, su plan pasa por dar entrada a un socio en esta filial, en un proceso capitaneado por el banco de inversión estadounidense JP Morgan en el que esta semana se recibirán las primeras ofertas por el 25%. Por el momento, las valoraciones de la totalidad del negocio renovable de Repsol se sitúan en torno a los 4.000 millones de euros, una cifra superior a la que inicialmente planteada. Con la inyección económica que proporcionará el nuevo socio, la filial verde de Repsol acelerará su crecimiento con vistas a una colocación en bolsa en los próximos dos años, según indican las mismas fuentes financieras a esta publicación.

Las mejores segregaciones

Seguiría así los pasos del 'pelotazo' renovable del pasado año: la colocación en bolsa de Acciona Energía. Pese a haber conseguido una valoración menor a la inicialmente planteada, la compañía registró a principios del pasado mes de julio el mejor estreno bursátil del sector de las renovables, que empezó 2021 con una burbuja de salidas a bolsa que acabó desinflándose. La que se convirtió durante el pasado año en la niña bonita de las renovables debutó con una valoración inicial de 8.800 millones. A cierre de la jornada bursátil de ayer, Acciona Energía contaba con una capitalización de 9.136,7 millones de euros.

Otro de los mejores estrenos en el parqué el pasado año vino de la mano de otra 'spin-off', aunque ésta lejos del mundo renovable. Bankinter colocó su joya de la corona, la aseguradora Línea Directa, a finales del pasado mes de abril partiendo con una valoración inicial de 1.434 millones de euros. El mismo día que debutó se revalorizó el 23% pasando a valer 331 millones más en una sola jornada. Desde entonces funciona como entidad independiente y su capitalización bursátil se sitúa actualmente en algo más de 1.714 millones de euros. Ahora, la duda es si volverá a retomar su alianza con Bankinter para los seguros de hogar y auto del banco, en un proceso que actualmente está en marcha.

La más esperada

En este contexto de segregaciones empresariales, son muchos los que esperan para los próximos meses la que se puede convertir en una de las mayores transacciones corporativas de los últimos años: el 'spin-off' de su negocio eólico marino ('offshore'). El motivo de esta escisión, sobre la que tomará una decisión oficial entre verano y otoño, es financiar el crecimiento de esta división aprovechando las grandes oportunidades que se esperan para este negocio (especialmente en la región de Asia-Pacífico) sin incurrir en un mayor apalancamiento que pudiera derivar en un deterioro de su rating.

No obstante, la energética presidida por Ignacio Sánchez Galán tiene todas las opciones abiertas por el momento: desde dar entrada a un socio financiero a través de una ampliación de capital, la entrada de un socio privado o bien una colocación en bolsa siguiendo la estela de las otras empresas de energía anteriormente citadas. Un fenómeno que lleva años produciéndose también a nivel internacional en el mundo de la energía limpia. Por ejemplo, antes de la llegada de la pandemia del coronavirus, en el mes de octubre del año 2016, la energética alemana RWE colocó en bolsa Innogy, su filial de renovables. Esta transacción, valorada en más de 20.000 millones de euros, se convirtió en la mayor salida a bolsa en Alemania desde el año 2000.