Las trabajadoras del hogar se impacientan. PSOE y Unidas Podemos se comprometieron en el pacto de coalición impulsar "con carácter prioritario" la plena integración de las empleadas domésticas en el régimen general de la Seguridad Social y a ratificar un convenio internacional de 2011 que obliga a eliminar la discriminación de estas trabajadoras. Sin embargo, dos años después estas promesas aún no se han materializado.

La dilación en los trámites preocupa al colectivo de las trabajadoras domésticas, que lleva muchos años esperando el justo reconocimiento de sus derechos laborales.

"¿Qué significa esto para nosotras? Que nos seguimos quedando atrás, que este Gobierno sigue dejándonos atrás. (...) Sospecho que lo van a dejar para el final de la legislatura y entonces va a ser muy tarde para todas las empleadas del hogar esperanzadas en que el Gobierno cumpliera la promesa de cambiar su situación", subraya en entrevista con El Periódico de España la portavoz de la asociación Sedoac (Servicio Doméstico Activo), Carolina Elías.

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba en abril del pasado año que el Ejecutivo había comenzado los trámites para la ratificación del 189. Fuentes de su departamento explican que la ratificación, desde cero, es un procedimiento complejo, y matizan que Trabajo ya ha completado todos los trámites que dependen de este Ministerio y ha remitido el asunto a Exteriores para su culminación.

Elías explica que el colectivo vive con "preocupación y decepción" que en España aún no se haya ratificado el 189, que la OIT impulsó hace más de una década. Una ratificación que abrirá las puertas a sus grandes reivindicaciones: "Lo que realmente queremos es tener derecho a paro, poder cotizar por nuestros salarios reales, hacer desaparecer ese sistema especial en que nos encontramos y pasar al régimen general como el resto de trabajadores, ser tratadas como el resto".

¿Qué es el convenio 188 de la OIT?

El Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos, vio la luz en 2011 y obliga a aquellos estados que lo ratifiquen a eliminar la discriminación de este colectivo en materia de empleo y ocupación y a garantizarles unas condiciones de empleo equitativas y decentes y no menos favorables que las que gozan los trabajadores en general con respecto a la protección de la Seguridad Social.

"Todo miembro deberá adoptar medidas con miras a asegurar la igualdad de trato entre los trabajadores domésticos y los trabajadores en general en relación a las horas normales de trabajo, la compensación de las horas extraordinarias, los períodos de descanso diarios y semanales y las vacaciones anuales pagadas", sostiene el Convenio.

Desde la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia, Lorea Ureta asevera que la legislación española podría haberse cambiado ya sin esperar a la ratificación del convenio con el objetivo de mejorar la seguridad y la salud de las trabajadoras del hogar.

"Equiparar los derechos que faltan, sobre todo en materia de Seguridad Social: desempleo, cotización por salarios reales, cobertura de vacíos igual que en régimen general a la hora de calcular la jubilación... Realmente para que el Gobierno incluya estos asuntos que faltan ni siquiera es necesario ratificar el convenio, lo que hace falta es voluntad política", subraya Ureta.

Por su parte, Elías alerta de que cuando se ratifique el convenio habrá que modificar otras leyes en un periodo de uno a dos años: "Nuestro temor es que, una vez ratificado, quede en papel mojado por no adecuar la normativa interna. Va a quedar en manos del siguiente Gobierno el que cambie o no la ley y si llegase uno de derecha, nuestra esperanza se convertirá en cero porque son los que menos compromiso han mostrado hacia las empleadas del hogar".

La portavoz de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia apunta que el capitalismo "pega fuerte en el estado español y no corren buenos tiempos para la lucha de una clase social obrera": "Cuesta mucho en este país conseguir reivindicaciones laborales, pero tenemos claro que la única manera de mejorar es luchar, ocupar las calles con las reivindicaciones".

"Es agotador y desesperanzador, ¡diez años desde el 189! (...) Y llevamos más años en lucha por el reconocimiento de nuestros derechos y es agotadora, pero no vamos a parar hasta conseguirlo porque es justo tener condiciones dignas por realizar un trabajo tan importante como es cuidar de las familias españolas", concluye la portavoz de Sedoac.