El submarino Siroco causó baja esta primavera en Cartagena tras más de 2.300 días en el agua y más de 33.000 horas de inmersión junto a la Armada española. El arma subacuática, de diseño francés, fue construida en los antiguos astilleros de Bazán en Cartagena, actual Navantia. En 1982, el segundo submarino de la clase Angosta (S- 70) fue botado al agua y, un año más tarde, entregado a la Armada en la ciudad portuaria. 

Ahora, casi cuarenta años más tarde, el arma submarina ha sido desguazada para dar una segunda vida a su acero de gran resistencia. En el mes de mayo, la empresa cartagenera Hermanos Inglés compró el sumergible a la Armada para desguazarlo y fundirlo. 

Un proceso que se ha desarrollado por primera vez en la Dársena de Escombreras y que ha durado casi cinco meses. "El Siroco pesaba 1.000 toneladas", explica Tomas Inglés, gerente de la empresa que adquirió el submarino. 

Aún así, tras la subasta la Armada aprovechó algunos elementos del Siroco que les podrían ser útiles como repuestos de los dos únicos submarinos de esta misma serie que continúan prestando servicio actualmente: el Galerna (S-71), que permanece en los astilleros de Navantia sometiéndose a su quinta Gran Carena y el Tramontana (S-74), que estará al menos un año más operativo según informó el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Antonio Martorell Lacave, durante su última visita a Cartagena. 

En concreto, la Armada retiró al Siroco la hélice y los lastres de plomo de emergencia, que ahora porta el Tramontana. Con 200 toneladas menos, el submarino partió el 20 de mayo del Arsenal de Cartagena hasta el frente norte de la Dársena de Escombreras, donde quince operarios han cortado a soplete con oxígeno y propano el casco resistente del arma submarina hasta dejar el sumergible en la base. Para evitar la contaminación del agua durante este proceso, un equipo de buzos selló los tanques del submarino para evitar fugas de aceite y combustible. 

El desguace se ha realizado siguiendo el plan de reciclaje que un ingeniero naval ha elaborado especialmente para desmontar el Siroco.

"La parte más valiosa del submarino es el casco resistente, que está hecho con acero de 26 milímetros y supone un 60 por ciento del acero total del submarino, irá destinado a fabricar objetos de gran calidad», explica Inglés. "El material del casco externo es más fino, de 8 milímetros de espesor, supone un 15 por ciento del acero total e irá a parar a acerías convencionales", prosigue el gerente de la empresa que ha efectuado el desguace del submarino. 

Entre el resto de materiales que componían el Siroco en menor medida se encuentran el plomo, el cobre, el latón y hasta el bronce. 

"Son 800 toneladas que se ponen de nuevo al servicio de la industria", remarca Inglés. "De esta manera, evitamos la explotación de materias primas que suponen un mayor coste medioambiental", añade el gerente de Hermanos Inglés. 

Precisamente por lo valioso y singular de este material, una firma de relojes española se ha interesado en el acero del submarino Siroco para implementarlo en uno de sus modelos, que se fabricará en Suiza. 

La firma emergente Otto Krümel elaborará un reloj sumergible con acero del casco resistente del S-72 Siroco. "Queríamos un reloj diferente, que resista a todo y que sea de una gran calidad", explica Carlos A. S., fundador de la marca. 

Además de por "reciclar y dar una nueva vida a este material», Otto Krümel se ha interesado en el acero del sumergible "por el componente emocional que supone llevar en la muñeca un trocito de algo que ha estado recorriendo los mares de todo el mundo durante casi cuarenta años», sostiene el CEO de la marca. 

La empresa, que ya tiene cerrado el diseño de este exclusivo reloj "de corazón mecánico", ha comprado dos toneladas de acero del casco resistente del submarino Siroco. Con esta cantidad de material, calculan que podrán elaborar "entre 2.000 y 3.000 relojes", asegura el fundador de Otto Krümel. El precio de cada una de estas distinguidas piezas oscilará entre los 1.200 y los 1.400 euros. La venta de los relojes hechos con acero de submarino será a través de internet y se enviará a cualquier parte del mundo. 

El acero del casco resistente del sumergible contiene también un pequeño porcentaje de níquel que le proporcionaba más elasticidad para absorber compresiones y dilataciones que podría sufrir al adentrarse en las profundidades marinas durante las navegaciones, permitiendo que el Siroco llegase a sumergirse hasta más de 300 metros de profundidad. Estas características convertirán a la colección de relojes en piezas únicas. 

Aunque se trata de una firma española, la empresa ha decidido fabricar el reloj en Suiza, "en una fábrica de alto prestigio que trabaja con firmas reconocidas a nivel mundial", indica el fundador de Otto Krümel. 

"Serán relojes dirigidos a un público selecto", detalla el CEO de la marca. "Coleccionistas amantes de la innovación, calidad, ecología, productos veganos y de las piezas singulares con un cierto factor emocional", añade. 

Un pedazo del S-72 en casa

También serán de coleccionista las piezas que la empresa encargada del desguace del segundo submarino de la serie S-70 está preparando tras desmembrar el sumergible. La empresa ha reservado una parte del casco resistente del Siroco para hacer figuras con la silueta del submarino a escala y cortadas a láser "para que los más curiosos puedan contar con un pedazo de submarino en casa", señala el gerente de Hermanos Inglés. 

¿Qué ocurre cuando un submarino militar causa baja y se jubila de la Armada?

Cuando un sumergible causa baja de la Armada y ya no está en condiciones de seguir prestando servicio, el submarino sale a subasta pública. Sin embargo, solo están capacitadas para presentase a esta subasta aquellas empresas que puedan demostrar solvencia para hacerse cargo de una pieza de esta envergadura y cumplir con los protocolos de sostenibilidad e infraestructuras necesarias para efectuar el desguace. Así, una vez adjudicado el nuevo propietario del submarino por concurso, la Armada retira del sumergible aquellos equipos de alto secreto militares a los que la sociedad civil no puede tener acceso, elementos electrónicos y componentes eléctricos del submarino. Además de aquellas piezas que puedan servir como repuesto de otros sumergibles. Finalmente, se procede a la entrega del submarino.