El BBVA ha anunciado este jueves que va a elevar el porcentaje de sus beneficios anuales que distribuye a sus accionistas en forma de dividendo desde el entre el 35% al 40% que estableció en 2017 hasta un rango de entre el 40% y el 50%. El banco pagará un dividendo a cuenta del resultado de cada año previsiblemente en octubre y un dividendo complementario, una vez acabado ya el ejercicio, previsiblemente en abril. La entidad se ha reservado combinar dichos repartos de dividendos con las recompras de acciones, como las del programa que lanzó recientemente. El anuncio ha tenido lugar en el marco de su día del inversor, en el que ha presentado sus planes para el periodo 2021-2024.

A finales de octubre, el grupo presidido por Carlos Torres Vila anunció que había recibido la autorización del Banco Central Europeo (BCE) para iniciar su anunciada recompra de hasta el 10% de sus acciones, por un importe máximo de 3.500 millones de euros a lo largo de 12 meses. El grupo decidió adquirir los primeros 1.500 millones a partir de este jueves 18 de noviembre y durante unos tres o cuatro meses. Este tipo de operaciones se están imponiendo como una forma de remunerar al accionista, ya que eleva el valor de sus títulos al reducir las acciones en circulación.

El BBVA va a financiar la recompra gracias a las plusvalías obtenidas por la venta de su filial estadounidense, que han favorecido que su capital se elevase al cierre de septiembre hasta un notable 14,48%. Incluso descontado el efecto de la recompra de acciones, seguiría en un alto 13,18%. Hasta otros 46 puntos básicos se irán con la compra del 50,15% que no controla de su filial turca, el Garanti, anunciada este lunes. Pero el grupo aún mantendrá un margen de entre 2.180 y 3.690 millones sobre su objetivo de solvencia (del 11,5% al 12%) para financiar otras operaciones y remunerar al accionista, y eso sin tener en cuenta el capital que vaya generando orgánicamente.

Nuevos objetivos

El banco de origen vasco también ha actualizado varios de sus objetivos financieros. Así, se ha propuesto reducir su ratio de eficiencia (relación de los gastos respecto a los ingresos, mejor cuanto más bajo) desde el 44,7% de septiembre al 42% en 2024, mejorar su rentabilidad sobre fondos propios excluyendo intangibles e impactos extraordinarios del 11,7% al 14%, y aumentar el valor contable tangible por acción más dividendos del 7% anual entre 2018 y el pasado septiembre al 9% en el periodo 2021-2024. 

La segunda entidad financiera española, asimismo, ha asegurado a los inversores que prevé sumar 10 millones de clientes objetivo hasta 2024 ("aquellos en los que el banco quiere crecer y retener, al ser considerados clientes de valor dados sus activos, pasivos y transaccionalidad con BBVA"), frente al objetivo de 7,5 millones de entre 2018 y el pasado septiembre, que cerró con 80 millones en total. Además, ha reiterado su compromiso de canalizar 200.000 millones de euros en financiación sostenible entre 2018 y 2025, al tiempo que ha mantenido sin cambios su objetivo de tener un capital de entre el 11,5%-12%, un nivel algo bajo frente a sus competidores europeos pero que la entidad considera suficiente porque entiende que su modelo de negocio es menos arriesgado. 

"En España, la entidad tiene previsto priorizar el uso del capital en los productos más rentables: consumo, pymes y empresas. En Turquía, el objetivo es seguir siendo el mejor banco del país, en cuota de mercado y rentabilidad. En México, BBVA pretende afianzar su posición de liderazgo al tiempo que aumenta la base de clientes. En cuanto a América del Sur, en Perú su enfoque es hacer crecer su franquicia minorista, mientras que en Colombia, busca ganar escala e incrementar su crecimiento en banca mayorista", ha precisado la entidad en una nota.