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Mercado laboral

Un año de la ley de teletrabajo: el 97% de los empleados no lo tienen regulado

El Ministerio de Trabajo tiene registrados 105 convenios, que dan cobertura a 561.000 trabajadores, que contemplan acuerdos de trabajo a distancia

Trabajadora ejerciendo desde casa.

El teletrabajo ha sido una de las grandes transformaciones que ha dejado la pandemia en el día a día de muchas personas. Algo que hasta antes del covid era residual en el mercado laboral español se ha convertido en rutinario en muchas empresas. No obstante, ese mantra que corrió durante los primeros compases de la pandemia de que "el teletrabajo ha venido para quedarse" no ha sido así tras más de 20 meses de covid. Cumplido un año de la aprobación de la nueva ley de trabajo a distancia, los acuerdos colectivos que regulan esta nueva modalidad son ínfimos. Es decir, se teletrabaja menos de lo esperado, gran parte de ese ejercicio en remoto se hace de manera informal e improvisada y está teniendo más éxito en las grandes empresas que en las pequeñas. 

La norma pactada entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos contempla la obligación de que los acuerdos que regulen el teletrabajo se remitan a las oficinas de empleo. A preguntas de EL PERIÓDICO, diario perteneciente al mismo grupo de comunicación que este medio, el Ministerio de Trabajo informa de tener registrados un total de 105 convenios y acuerdos con cláusulas que regulan el trabajo a distancia, que afectan a unas 561.000 personas trabajadoras.

Es decir, de los 16,1 millones de asalariados en activo actualmente en España, solo el 3,5% tienen un convenio o acuerdo que específicamente regule esta modalidad. Los niveles de teletrabajo, no obstante, son superiores según revelan los datos del INE. Estos constatan que, en el segundo trimestre de este año, el 9,4% de los trabajadores españoles operan más de la mitad de los días de la semana desde sus casas. Cifra sensiblemente inferior a los tiempos del confinamiento, cuando se alcanzó un pico del 16,2% de teletrabajo. Y lejos de las potencialidades de la economía española. Un camarero o un dependiente de un comercio no van a poder teletrabajar, pero el Banco de España estima que el 30% de los ocupados en España podría ejercer en remoto. 

¿Cómo se está teletrabajando?

En España se teletrabaja más de manera informal que regulada y todavía queda mucho campo por delante para generalizar esta modalidad. “Todavía estamos en una fase de transición y ni empresas ni trabajadores tienen en la mayoría de casos claro qué modelo quiere aplicar. Ahora mismo en las empresas donde se teletrabaja se está imponiendo la autogestión”, apunta el catedrático de derecho del trabajo de la Universitat de Barcelona (UB), Jordi García Viñas

La fórmula mayoritaria, según coinciden los sindicatos consultados, es la híbrida: unos días en casa y otros en el trabajo. En grandes empresas como IberdrolaNestlé Axa el formato que han pactado con sus trabajadores es el '3+2', tres en la oficina y dos en casa. Esas mismas fuentes también señalan que están teniendo más éxito en los acuerdos de grandes firmas, que en los convenios de sector; lo que perjudica (de momento) a las pymes. “No se llegará a esos niveles de teletrabajo que se esperaban al inicio de la pandemia, pero todos los nuevos convenios que se van renovando lo abordan y los niveles van a ir a más”, apunta la secretaria de acción sindical de CCOO de CataluñaCristina Torre

¿Por qué se han firmado tan pocos acuerdos?

La norma de trabajo a distancia deja a la negociación colectiva, vía convenios o acuerdos de empresa, el despliegue de esta nueva realidad laboral. El problema es que actualmente la negociación de convenios se encuentra bloqueada y con una cobertura de mínimos. La alta actividad negociadora en otras materias -ertes, reforma laboral y de pensiones- y la escalada de la inflación está embarrando los acuerdos.

"La ley no concreta y tenemos que concretar nosotros. Y la premisa es que el teletrabajo no puede acarrear un coste para el trabajador. La cuestión es cómo lo contabilizamos y qué entra en ese coste", afirma la secretaria de política sindical de UGT de Cataluña, Núria Gilgado. “Hasta ahora los pocos convenios que se han firmado no arriesgan y fijan una pago mensual de entre 35 y 55 euros al mes por teletrabajar”, apunta el abogado laboralista y profesor de la UOC Pere Vidal. La cuestión de los costes es un elemento clave, pues existe una tendencia generalizada, especialmente entre las pymes, en rechazar la idea de que el ejercicio en remoto se traduzca en más costes. 

Una reciente encuesta entre los asociados de Pimec señalaba que una de cada tres pymes apostaba por el teletrabajo, pero 9 de cada 10 no tenía previsto abonar ninguna compensación o pago adicional a sus trabajadores por los gastos derivados. “Estamos claramente a favor del teletrabajo, pero su implantación es muy compleja. Si no pactamos condiciones flexibles el efecto final que puede producirse es que las empresas acaben decidiendo no hacer teletrabajo. Y eso sería un fracaso”, afirma el secretario general de Pimec, Josep Ginesta.  

¿Qué riesgos implica no regular el teletrabajo?

Alargar el actual momento de transición que vive el teletrabajo tiene varios riesgos, según coinciden las diferentes fuentes consultadas para este reportaje. “Es importante dejar claras las condiciones de cuando la empresa puede decidir revertir el teletrabajo”, advierte el abogado Pere Vidal. Los sindicatos, por su parte, temen que se instale una dualidad entre quienes estén empleados en grandes empresas y que tengan facilidades para teletrabajar y aquellos que trabajen en pymes y apenas puedan ejercerlo. 

Las centrales también advierten de que hay empresas que aprovechan que no haya ningún acuerdo firmado para trasladar parte de los costes a los bolsillos de los trabajadores. "Estamos viendo que muchas personas, por las ventajas de movilidad o de conciliación, acaban asumiendo un coste para poder teletrabajar. Y eso al final no deja de ser una rebaja de salario", afirma Gilgado, de UGT. Ahí las compañías, tal como advierte Ginesta, de Pimec, advierten de que si el trabajo a distancia les provoca un aumento de costes, pueden echarse hacia atrás. 

Un nudo gordiano al que, de momento, pocos le han encontrado solución, tal como revelan los datos del Ministerio de Trabajo. De momento, tal como coinciden los juristas consultados, todas estas materias han generado muy pocos conflictos judiciales y tampoco son motivo de conflictividad laboral. Aunque no descartan que lo que hoy no es un problema, mañana lo pueda ser.

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