Rusia está dispuesta a incrementar sus exportaciones de gas a la UE con el objetivo de paliar la crisis energética que sacude al continente europeo. Pero el gesto del Kremlin no será gratis, y los países consumidores deberán asumir un pliego de condiciones planteadas por Moscú, en concreto, la firma de acuerdos a largo plazo con Gazprom, el suministrador ruso, y la puesta en marcha lo antes posible del polémico gasoducto Nord Stream 2. Esto mismo vino a decir este miércoles, a grandes rasgos, el presidente ruso Vladímir Putin durante una intervención ante un foro de energía celebrado en Moscú.

"Si nos piden que incrementemos aún más (los envíos de gas) estamos dispuestos" a ello, ha declarado el mandatario ruso. "Aumentaremos (las exportaciones) tanto como nos pidan los socios", ha reiterado.

Eso sí. El líder del Kremlin percibe en la actual crisis energética una oportunidad inmejorable para avanzar antiguas demandas rusas ante los Veintisiete e impulsar sus intereses en el mercado del gas mundial. Es necesario "un mecanismo de estabilización a largo plazo del mercado de la energía, lo que es muy difícil dada la situación actual", ha indicado Putin, al tiempo que ha emitido una reprimenda a los clientes europeos: "los países europeos se equivocaron delegando al mercado" el suministro de sus fuentes de energía.

Nuevas condiciones contractuales

En lenguaje de la calle, las palabras del dirigente ruso significan que Moscú exigirá a partir de ahora que los envíos sean regulados por contratos a largo plazo, lo que concederá a su país estabilidad y previsibilidad en los ingresos que obtenga por la venta de gas, una de sus principales fuentes de divisas. "Si hay una demanda, ello solo podrá satisfacerse con nuevas condiciones contractuales", había declarado en los últimos días Nikolái Chulguinov, ministro ruso de Energía.

La inmediata puesta en marcha del controvertido gasoducto Nord Stream 2, que sortea territorio ucraniano, reduciendo la capacidad de presión de Kiev ante posibles maniobras desestabilizadoras desde su vecino del este, está también en la agenda de Moscú. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ya ha asegurado en los últimos días que la "entrada en servicio" de la infraestructura "ayudará de forma natural a estabilizar los precios del gas natural en Europa". "Es obvio", ha recalcado.

Numerosas voces se han alzado estos días en Occidente acusando a Rusia de azuzar la crisis energética en Europa, incluyendo al consejero de seguridad nacional de EEUUJake Sullivan, o el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace. En 2020, la UE recibió de Rusia el 43% del gas que importa y el 25% del petróleo.