La Reserva Federal ha mostrado este miércoles su intención de comenzar antes de lo esperado el repliegue de los estímulos monetarios que han contribuido a fomentar la recuperación económica desde comienzos de la pandemia. Sus gobernadores esperan ahora que las dos primeras subidas de tipos de interés se produzcan a finales de 2023, una fecha que modifica las previsiones de marzo, cuando el banco dejó entrever que el precio del dinero se mantendría intacto hasta 2024. El anuncio ha ido aparejado a un aumento de las previsiones sobre la inflación para este año, que quedaría sensiblemente por encima del 2% sostenido en el tiempo que la Fed se ha fijado como objetivo. Un dato al que Jerome Powell ha quitado hierro al considerarlo como “transitorio”.

Los cambios en los vaticinios a medio plazo no se han traducido en golpes de timón inmediatos. El banco central estadounidense ha mantenido los tipos en una horquilla que oscila entre el 0% y el 0.25%, un nivel muy bajo en términos históricos, vigente desde marzo del 2020, que ha servido para abaratar el crédito e inyectar liquidez en los mercados. La institución también se ha comprometido a mantener la compra masiva de deuda y títulos hipotecarios hasta que observe “progresos substanciales” hacia el pleno empleo y un nivel de inflación que “supere moderadamente el 2% durante algún tiempo”, los dos objetivos del mandato dual de la Fed

Si se cumplen sus previsiones, el índice de precios al consumo quedará este año en el 3.4%, para bajar al 2.4% en 2022 y el 2.2% en 2023, cuando comenzarían las subidas de tipos. Trece de los 18 miembros del comité ejecutivo de la Fed esperan ahora que el primer aumento de tipos se produzca a finales del 2023, frente a los siete que apostaban por ese mismo escenario en marzo.  “Si viéramos que la inflación rebasa las metas fijadas, estamos preparados para ajustar nuestra política monetaria”, ha dicho Powell al término de la reunión mensual del organismo. 

Aumento de la previsión de crecimiento

Por el momento, la Fed no tiene prisa por poner palos en las ruedas de la recuperación económica, que sigue acelerándose a pesar del modesto repunte registrado por el empleo en los últimos meses. “El progreso en la vacunación ha reducido la propagación del covid-19”, asegura el comunicado del banco central. “Estos avances, unidos al fuerte respaldo político, han reforzado la actividad económica y el empleo”. La Fed calcula ahora que el producto interior bruto estadounidense crecerá este año un 7%, cinco décimas por encima de lo esperado hasta ahora. “La inflación ha aumentado, pero en gran medida es un reflejo de factores transitorios”, añade el comunicado. 

Esa es la clave de la posición de la Fed, que contrasta con la preocupación expresada por algunos economistas ante el aparente recalentamiento de la economía. Powell ha afirmado que la subida de los precios, responde a factores coyunturales, como el aumento de la demanda de energía o la escasez de materias primas generada por las perturbaciones ocasionas por la crisis sanitaria en la cadena de suministros. Powell insistió que en que la recuperación sigue siendo “incompleta y desigual”, como reflejan los datos del empleo. Todavía no se han recuperado más de siete millones de puestos de trabajo que desaparecieron con la pandemia.