Si ha habido un año en la historia reciente sobre el que más se ha escrito y debatido, ese ha sido sin duda 2020. Poco, por tanto, queda ya por decir sobre este año y sobre la pandemia que ha determinado su deriva, la cual ha tenido un grave impacto sanitario, económico, político y social, y que lamentablemente, como sociedad, ninguno fuimos capaces de anticipar.

Por lo que respecta al año que ya ha comenzado, parece que las incertidumbres se van a mantener durante un tiempo mayor de lo deseable, lo que nos va a parecer eterno, hasta ver una significativa parte de la población vacunada, y ver que los Fondos de Reconstrucción constituidos por la Unión Europea empiezan a ser correctamente aplicados y contribuyen a la tan esperada recuperación, además de impulsar la transformación de nuestro modelo económico, con unas cifras de productividad y competitividad incrementadas.

Estos Fondos Europeos, que no llegarán hasta la segunda mitad de 2021, van a ser determinantes para el propósito al que aspiramos. Y para la distribución de su ingente volumen será necesaria una gestión eficiente y ágil, que simplifique trámites burocráticos y evite duplicidades, algo que sólo será posible con la plena coordinación de todas las Administraciones.

Y es que, aunque parezca ilógico, puede resultar más complicado gastar el dinero que lo que fue obtenerlo. De hecho, la experiencia nos dice que países como España, o como Italia, que serán los dos mayores beneficiarios del NGEU, se encuentran entre los que tienen peores resultados en términos de absorción de fondos de otros programas, como los fondos estructurales de la UE.

A la espera de la futura aprobación por parte de la Comisión Europea del borrador presentado por el Gobierno, quiero pensar que en esta ocasión la colaboración entre Administraciones y entre Sector Público y Privado va a ser mucho más sólida de lo que ha venido siendo hasta ahora.

A ese respecto, los bancos ya hemos puesto de manifiesto nuestra plena disposición a colaborar, lo cual va a ser crucial, pues el dinero llegará más rápido a los sectores y proyectos que lo necesitan si los bancos canalizamos y anticipamos esas subvenciones.

Las empresas españolas no deben perder un minuto en empezar a dar forma a sus planes de inversión para participar en el reparto de estos fondos, anticipándose a la futura publicación de las convocatorias.

En Bankinter seguimos creyendo en el potencial de España y seguimos apoyando a sus empresas. No en vano somos una entidad que nació como banco industrial y que lleva en sus genes este negocio, del que tenemos un conocimiento muy especializado. Por ello queremos ponernos, por un lado, a disposición de la Administración, pero, sobre todo, a disposición de las empresas en todo aquello que puedan necesitar, ya sea para facilitarles asesoramiento en la elección y presentación de proyectos, o para la concesión de financiación puente como paso previo a la recepción de las ayudas.

En este 2021, que será un año lleno de dificultades, pero también de oportunidades, habremos de trabajar unidos como sociedad en lugar de ampliar la discordancia. Tenemos ante nosotros un reto de proporciones enormes que sólo desde la unidad, y nunca desde la fractura, podremos superar.