La reconstrucción económica tras la crisis del Covid-19 y, en concreto, los retos que supone para Iberoámerica centró el primer debate de la tarde del Foro La Toja, que contó con la presencia de uno de los platos fuertes de la jornada: Felipe González. El expresidente del Gobierno realizó un diagnóstico común a todas las sociedades que se analizaban en la mesa, mostrando su preocupación por el clima político, la gobernabilidad en tiempos de pandemia y la democracia.

"En el trasfondo de este análisis hay un problema de gobernanza. Un problema político de primera magnitud y de gestión política", reflexionó González. Para él, el gran reto que supone la crisis del Covid es "la dificultad del diagnóstico" en un clima de "incertidumbre" y de "crispación social". Frente a ello, su receta pasa por la búsqueda del consenso.

"Tenemos un problema de gobernanza en Iberoamérica, en términos generales hay un problema político", señaló el expresidente. ¿Cómo se provee certidumbre en la incertidumbre?, "creando una dinámica de compromisos entre las fuerzas que creen en el Estado de Derecho y la democracia".

"Es difícil pasar de una política de confrontación que busca al culpale a una de unidad que busque un gran pacto", lamentó augurando la necesidad de entrar en "una dinámica de pactos que nos permita adaptarnos a la incertidumbre".

Centrándose en el caso español, el expresidente lo ejemplificó con la polémica por los parámetros comunes para los municipios de más de 100 mil habitantes con alta incidencia de Covid-19. "Los parámetros comunes no pueden ser más de tres o cuatro, porque la situación es diversa, pero comunes tiene que haber algunos". Para "enfrentarse a las variables juntos" y "unir fuerzas en el diagnóstico", González insistió en que "las responsabilidades son compartidas" y reclamó "no confundir la descentralziación con la centrigugación del poder", abogando por la coordinación. "Parece un puñetero reino de Taiga, pónganse de acuerdo, no tenemos tiempo que perder", concluyó el expresidente.

La preocupación por un problema político en la gestión de la pandemia la compartió el, exjefe del Banco Interamericano de Desarrollo, José Juan Ruiz, que junto al Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, acompañó al González en la mesa.

"Si alguien cree que el problema de América Latina es económico, está equivocado. Esto es la política", sentenció José Juan Ruiz. El exjefe del Banco Interamericano de Desarrollo mostró su temor a que, tras la pandemia, se "desande un cuarto de siglo de progreso en ganancias de renta en las regiones iberoamericanas, centrando el gran reto de la pandemia en las regiones en la posible destrucción de la clase media.

"De los 40 millones de personas que salieron de la pobreza entre 2003 y 2020, la mitad puede volver a caer en la pobreza. Sería un pensamiento mágico asumir que los nuevos pobres lo van a aceptar y que los políticos quedarán impávidos. No va a ocurrir", auguró Ruiz. Para ello, la clave la sitúa en que las políticas se tomen y analicen "en función de los miedos" de los sectores que más sufrirán los efectos de la pandemia.

Para hacer frente a esa destrucción de empleo, por su parte el gobernador del Banco de España recuperó la idea más comentada de la jornada anterior del Foro: la formación. "Los secores que pierden actividad, vamos a tener que reciclarlos. Las políticas activas de empleo tienen que ser un punto central en los próximos años y mese", aseguró Pablo Hernández de Cos.