Y esto es algo que puede convertirse en una oportunidad para aquellos que tengan dinero ahorrado y decidan convertirse en inversores prestando sus recursos para obtener un beneficio económico. Esta relación entre los inversores y las empresas se conoce como deuda privada.

Las pequeñas y medianas empresas necesitan de los bancos para poder llevar a cabo su actividad empresarial. Es por ello, responsabilidad de todos los agentes impulsar su desarrollo económico. Si las empresas crecen, lo hace la economía del país.

Las pymes son decisivas para la creación de empleo en el país. Según el VII Informe sobre Financiación de la Pyme en España, que presentó la Confederación Española de Sociedades de Garantía, se estima que cerca de 140.000 pymes crearán 390.000 puestos de trabajo en los próximos tres años si encuentran la financiación necesaria.

Fondos de deuda privada

Una de las opciones a las que una pyme puede acceder es el Fondo Smart del Banco Santander. Este fondo de deuda privada de 620 millones de euros es el primero en España que ofrece a las empresas una vía de financiación estratégica para proyectos con criterios de crecimiento, sostenibilidad, innovación, digitalización y generación de empleo.

El fondo está destinado a financiar el crecimiento a largo plazo de empresas de hasta 100 millones de euros de facturación. Funciona como una actividad separada de la concesión ordinaria de crédito del Santander con condiciones más flexibles. Con esta fórmula, la dirección de la empresa que reciba el dinero seguirá estando al frente del 100% de la gestión de la misma.

Líneas de actuación

El Fondo Smart se divide en tres líneas según la fase de desarrollo en la que se encuentren los proyectos.

En primer lugar, el Fondo Smart Impulse es para la fase de expansión rápida o post-start up. Este fondo cuenta con 20 millones de euros. Está destinado a empresas que facturan hasta 3 millones de euros, con crecimiento exponencial y que tengan como objetivo un máximo de 2 millones de financiación hasta cinco años. El fondo invertirá en estas compañías a través de deuda ordinaria y subordinada, aunque hay previstas otras fórmulas como la financiación convertible.

En segundo lugar, el Fondo Smart Growth para la fase de crecimiento o pyme. Busca empresas con una facturación de entre 3 y 100 millones de euros, que tengan un crecimiento EBITDA y que necesiten financiación por un importe de entre 1 y 15 millones de euro con un plazo máximo de diez años. Se llevará a cabo a través de deuda ordinaria y convertible.

Por último, el Fondo Smart Progress para la fase de consolidación o post-pyme está dotado con 100 millones de euros. Se destina a proyectos consolidados que tengan entre 10 y 100 millones de ingresos, un crecimiento rentable y que busquen una financiación de entre 1 a 10 millones de euros en un máximo de 10 años. Se invertirá a través de deuda ordinaria y subordinada.

Con esta herramienta, el Banco Santander apoya el progreso de las empresas y las acompaña en todas sus fases de desarrollo. El Fondo Smart permite que las empresas puedan poner el foco en su crecimiento sostenible, desarrollar proyectos de alto impacto y beneficiarse de un asesoramiento permanente.