Dominical
Imaginario de Ibiza: La involución en el paisaje de Cala d’en Serra
Este 2025 se cumplen 50 años de la licencia de construcción de un hotel otorgada por el Ayuntamiento de Sant Joan en uno de los entornos más vírgenes de la costa de Portinatx. Hoy, la posibilidad de que este enclave único recupere su estado original parece cada vez más cercana

Vista general de Cala d’en Serra. / X.P.
Las barreras mentales por lo general perviven por más tiempo que las de hormigón
Existen taras a las que nos acabamos acostumbrando por grotescas que resulten. Buen ejemplo de ello es la estructura inacabada proyectada por el afamado arquitecto Josep Lluís Sert (1902-1983) en Cala d’en Serra, uno de los infaustos mamotretos erigidos en la Ibiza del desarrollismo, cuando apenas se establecían límites a la construcción en la costa.
Recuerdo los primeros descensos a esta playa, con el alma dividida. Por un lado, la frondosidad de los pinos que coronaban los acantilados antes del lamentable incendio de 2011, la fuerza e intensidad del turquesa que bañaba la orilla en contraste con las manchas oscuras de la posidonia, los varaderos alineados a un extremo de la media luna y la calita solitaria, segunda ribera pétrea, al otro lado, que resultada inaccesible por tierra pero que se alcanzaba a nado con cuatro brazadas o mojándonos los pies bajo el acantilado. Por otro, el insólito y sórdido esqueleto de hierro oxidado y hormigón, colosal pústula encaramada a la pendiente.
Se requieren unas cuantas visitas, pero la mente, con la anestesia de la costumbre, acaba evitando lo grotesco y recreándose exclusivamente en lo hermoso. Sobre todo al concluir la bajada por ese camino serpenteante, que numerosos vehículos insistían en descender hasta prácticamente la orilla, colapsando los accesos, con tal de no andar ni un metro. Allí todo era belleza y el elefante situado a la espalda podía ser ignorado sin contemplaciones.
Sin embargo, ahora, al escudriñar desde lo alto la colina invadida, cuesta imaginar una versión de una Cala d’en Serra sin estar desfigurada, recuperando por completo su esencia natural. Sin embargo, si se cumplen los plazos previstos anunciados por el Consell Insular d’Eivissa, es algo que podría ser realidad el año que viene. Habrá que verlo para creerlo, pero a veces se producen esos pequeños milagros que permiten que los escenarios naturales retornen al pasado, a pesar de la presión y la perseverancia de los grandes especuladores.
De momento, la institución pitiusa ya ha anunciado que se encuentra en pleno proceso de expropiación y que la propiedad, que quiso retomar la ruina para convertirla en un nuevo hotel de lujo que equilibrara la escasez de esta clase de oferta que padecemos en Ibiza –léase con ironía–, parece haberse rendido por fin, ya que no ha presentado alegaciones. El objetivo, dice el Consell, es devolver este espacio a su estado original.
A lo largo de muchas décadas, el proyecto de Sert, que incluía cerca de 200 apartamentos con capacidad para casi 600 personas, no sólo ejerció como emblema del urbanismo desaforado que experimentó la isla en la segunda mitad del siglo pasado, sino que también constituyó un verdadero peligro público. Los forjados se fueron derrumbando y el resto de la estructura descascarillándose, hasta el extremo de convertirse en uno de los más arriesgados territorios de juegos infantiles y juveniles del norte ibicenco. También se transformó en un paraíso para los grafiteros, que utilizaron sus muros desnudos como lienzo, y en escenario de vídeos musicales.
A cualquier persona que haya quedado atrapada por la preciosa postal que representa Cala d’en Serra, cuando el objetivo evita la falda ocupada, le resultará casi imposible de vislumbrar. Pero, ciertamente, si ocurre, será algo maravilloso.
Hotel de lujo fallido
El proyecto de Josep Lluís Sert obtuvo la licencia de obras del Ayuntamiento de Sant Joan de Labritja en 1975. Se cumple, por tanto, medio siglo de tan lamentable decisión. Tras décadas de abandono, una promotora inmobiliaria internacional adquirió la propiedad en 2007. Cinco años más tarde presentó una solicitud para la declaración de interés general de un proyecto de hotel de lujo, aprovechando las ruinas. Por una vez, les fue denegado y parece que, por fin, la estructura va a ser demolida. Ojalá sea contagioso.
(*) Cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza
Suscríbete para seguir leyendo
- Coses Nostres: La señal de alarma del gorrión
- Lagartijas azules (casi negras) de Ibiza en Berlín
- Gastronomía de guerra: Spaguetti a la puttanesca
- Imaginario de Ibiza: Comte, el hormiguero sin hormigas
- Memoria de la isla: Humor, buen humor, en el
- Imaginario de Ibiza: De palacios y escaleras inverosímiles
- Gastronomía de guerra | Potaje fácil de Cuaresma
- La figura allargada de Joan March planeja sobre Eivissa