Coses Nostres | El desconfiado arlequín del río de Santa Eulària
En el último recuento de aves acuáticas se han registrado 21 fochas, una cifra destacable en una especie que nidificó por primera vez en las Pitiusas en la primavera de 2022

Focha fotografiada en el riu de Santa Eulària. / CAT
El hábitat preferido de la focha común (Fulica atra) se encuentra entre los cañaverales que crecen en aguas tranquilas y dulces, como en el río de Santa Eulària, donde este invierno puede verse un solitario ejemplar nadando con constancia entre las cañas como un conductor en prácticas que sortea conos de señalización. El contraste de su pico y escudete blancos con su plumaje negro carbón y gris pizarra —el contraste del arlequín— hacen inconfundible a este rálido, de la misma familia que gallinetas y calamones. Y sobre el negro, unos ojos pequeños del rojo de los rubíes. La otra nota de color son sus robustas patas, que suelen mostrar un amarillo verdoso, con largos dedos lobulados especialmente diseñados para nadar. De hecho, la focha es buena nadadora y también buceadora, pero es una voladora patosa que, si tiene que volar, necesita espacio para alzar el vuelo y emprende una caótica carrera previa sobre el agua. Ello, sin embargo, no le impide ser una ave migratoria. Por otra parte, es un ave desconfiada que no tolera muy bien el acercamiento de los seres humanos, aunque se acostumbra a su presencia a cierta distancia.
La focha no es una especie muy abundante en Ibiza y Formentera, pero no es rara. Y, este año, además, el número de ejemplares contados durante el recuento de aves acuáticas invernantes del pasado mes de enero ha alcanzado la cifra de 21; además del individuo localizado en el río de Santa Eularia, se han avistado once en las lagunas del campo de golf, siete en la balsa de sa Rota, dos en ses Feixes y uno en es Codolar. La cifra contrasta con los trece ejemplares contabilizados el año pasado y los ocho del año 2023. Lo cierto es que todos los inviernos hay fochas en Ibiza y Formentera, aunque no sea en un número espectacular. En las dos últimas décadas, la invernada de una veintena de individuos no ha sido extraordinaria, y la cita más destacable es de 40 aves en un recuento en el parque de ses Salines.
Tampoco es abundante el número de fochas que pasan en migración y sólo se detienen unos días en las Pitiusas. Las primeras observaciones de fochas de paso postnupcial pueden registrarse ya en pleno verano, en el mes de agosto, pero normalmente se dan en septiembre. La llegada de los ejemplares que se quedarán a invernar se documenta en octubre. Y prolongarán su estancia hasta marzo.
Los datos apuntados tal vez podrían variar un poco si esta ave llega a consolidarse como reproductora en Ibiza. En primavera de 2022, una pareja de fochas nidificó por primera vez en la isla y lo hizo en uno de los estanques de sa Sal Rossa (según puede leerse en el libro ‘Nacida para volar. Aves de Ibiza y Formentera’, de Oliver Martínez y CAT). En la primera semana de mayo, pudieron observarse dos ejemplares con un comportamiento claramente destinado al apareamiento, en un estanque en el que, además, fue fácil realizar un seguimiento de la evolución de tales tentativas. Finalmente, en junio se confirmó el nacimiento de cinco pollos. La vida se abre camino en los estanques a pesar de la intensa presión humana que sufre el Parc Natural de ses Salines d’Ibiza i Formentera, una situación por la que el Institut d’Estudis Eivissencs ha mostrado recientemente su preocupación. Esta entidad, en un comunicado remitido a todas las autoridades con responsabilidad en el parque, ha reclamado, entre otras cosas, un mayor control de las empresas que trabajan dentro del área protegida, más vigilancia y la reducción del tráfico en la zona.
La pieza de un yelmo
Probablemente la característica más peculiar de la focha común es el escudete blanco con el que se prolonga su pico y que puede recordar a la pieza de un yelmo. Los escudetes son, de hecho, característica común de todas las especies de fochas que existen y que comparten con sus primas las gallinetas o pollas de agua (género Gallinula) y con los calamones (Porphyrio).
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