Coses Nostres
Coses Nostres | El pájaro de Carlos Gardel
El zorzal común es un ave abundante en invierno en Ibiza y Formentera, pero no nidifica en las islas y en el mes de marzo las abandonará para regresar al norte.

Zorzal fotografiado en un cinamomo. / CAT
Cuentan que a Carlos Gardel lo apodó el zorzal un colega en una noche de improvisación en un bar de Buenos Aires. Lo que los argentinos llaman una payada. Al parecer, Gardel no era buen improvisador y su repertorio no estuvo exento de errores, pero la calidez de su voz y su sensibilidad los compensaron todos. El zorzal, el pájaro, quizás no sea la más famosa de las aves cantoras, pero, al igual que Carlos Gardel, la sensibilidad de su variada entonación resulta efectiva y diáfana. El zorzal, al igual que su primo el mirlo, es capaz de aprender nuevas melodías y es un ave madrugadora, que, de hecho, puede escucharse mucho antes de la salida del sol.
En Ibiza y Formentera, el zorzal común (Turdus philomelos) es conocido como tord, y aunque no nidifica en las islas es un pájaro muy popular y frecuente durante los meses de invierno.
Primo de los mirlos
Los zorzales pertenecen al mismo género que los mirlos. Y lo cierto es que sus diferencias se concentran principalmente en los colores —el mirlo macho tiene el pico naranja y el plumaje negro, y la hembra es parda–, pero es fácil ver el parecido familiar en el aspecto, en el porte y en su comportamiento. Como los mirlos, los tordos cantan en la parte alta de los árboles, frecuentan las mismas ramas y también les gusta desplazarse por el suelo dando saltitos. Los cantos de zorzales y mirlos se caracterizan por su variedad de canciones.
Los dos zorzales más abundantes en las Pitiusas –según podemos leer en el libro Nacida para volar. Aves de Ibiza y Formentera (CAT y Oliver Martínez)— son el común y el charlo, aunque ninguno de ellos se reproduce en el territorio. Y destaca el primero, que se considera invernante y migrante abundante y que se observa, desde octubre hasta el mes de marzo, en pinares, zonas agrícolas y, sobre todo, en bosques de sabinas, donde es frecuente en la época en la que los árboles se llenan de gálbulos, los frutos de la savina que popularmente se conocen como savinons. De hecho, a este pájaro tan conocido le encantan los gálbulos (los estróbilos en los que distintas especies de árboles guardan sus semillas) y también puede frecuentar jardines en los que haya árboles con grandes bayas. Durante los meses de invierno, en algunos islotes como sa Conillera y s’Espalmador se concentra una importante población de zorzal común.
Respecto a los pasos migratorios, pueden ser intensos; el de otoño se observa desde finales del mes de septiembre hasta octubre, mientras que el primaveral se detecta sobre todo en abril y se prolonga hasta mayo. Es decir, muchos zorzales pasan por la isla en su migración sin quedarse a pasar todo el invierno; los que podremos ver en diciembre o en enero son los que han llegado normalmente más tarde y se han quedado.
El zorzal charlo (Turdus viscivorus), la segunda especie de zorzal que hay que citar, es menos abundante y se denomina popularmente griva o tord griva. Es relativamente fácil de distinguir porque las motas de su plumaje son más redondeadas que las del zorzal común (con una distintiva forma de cuña). Además, es ligeramente más grande. También existen citas en las islas de los otros dos zorzales que pueden verse en España, el alirrojo (T. iliacus) y el real (T. pilaris). Los dos primeros zorzales están clasificados como especies de preocupación menor en el Libro rojo de las aves de España, mientras que los otros dos están catalogados como especies de las que no se tienen suficientes datos.
En la guía de aves de SEO/Birdlife puede leerse que «el zorzal común ha padecido una gran presión cinegética en el pasado, tanto para convertirlo en plato de caza como para su exportación en forma de conservas, además de sufrir el expolio de sus huevos». En la actualidad, se sigue cazando, pero al ser muy prolífica y haberse adaptado a parques y jardines, «ha podido recuperarse bien de la enorme presión cinegética sufrida».
Los zorzales pertenecen al mismo género que los mirlos. Y lo cierto es que sus diferencias se concentran principalmente en los colores —el mirlo macho tiene el pico naranja y el plumaje negro, y la hembra es parda–, pero es fácil ver el parecido familiar en el aspecto, en el porte y en su comportamiento. Como los mirlos, los tordos cantan en la parte alta de los árboles, frecuentan las mismas ramas y también les gusta desplazarse por el suelo dando saltitos. Los cantos de zorzales y mirlos se caracterizan por su variedad de canciones.
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