Medio ambiente

La posidonia desde la estratosfera

Investigadores del CSIC y del Centro Aeroespacial de Alemania han usado imágenes registradas por un satélite del programa Copernicus para elaborar un mapa de las praderas de posidonia de Balears

Las praderas a poca profundidad son las más eficientes y las que mayores presiones soportan. / CAT

Las praderas a poca profundidad son las más eficientes y las que mayores presiones soportan. / CAT

@territoriocat

Ibiza

El Copernicus —un homenaje al astrónomo renacentista que postuló la teoría heliocéntrica— es el programa de vigilancia ambiental de la Unión Europea que, puntualmente, ofrece datos ambientales y climáticos del planeta. Es el sistema europeo que ha confirmado que el año 2024 ha sido el año más cálido desde que hay registros, corroborando los datos de otros organismos de observación como la NASA o la Organización Meteorológica Mundial. Para poder aportar toda la información, el programa usa los datos que obtienen los satélites Sentinel, que, constantemente, dan vueltas al planeta sumando imágenes y midiendo distintas variables que pueden usarse libremente por los científicos que lo deseen. Y, con imágenes del Sentinel 2, investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (Icman-CSIC) y del Centro Aeroespacial Alemán han desarrollado una herramienta capaz de monitorizar las praderas de posidonia en un tiempo récord y minimizando esfuerzos. Gracias a esta herramienta y la combinación de 3.500 imágenes, podemos ver, en una aplicación, todas las praderas de Balears registradas desde un satélite. En total, 505,6 km2 de pradera hasta 30 metros de profundidad e imágenes de calidad de las fantásticas y longevas extensiones de pradera de es Freus, el sorprendentemente amplio herbazal de la bahía de Portmany, la forma de la pradera de Tagomago o la maltratada área de Talamanca.

La gran extensión de la pradera de posidonia de es Freus.

La gran extensión de la pradera de posidonia de es Freus. / Imágenes elaboradas a partir de datos obtenidos por Satélite

La investigadora que ha liderado el estudio, Mar Roca, del Icman-CSIC, explicaba en el programa Nautilus de IB3 ràdio que «tener una batimetría de alta resolución disponible a la hora de hacer estudios de posidonia es muy importante» y destacaba la valiosa información que ofrecen los satélites y la necesidad de aprovecharla lo mejor posible. «Aunque el sistema se diseñó para estudios en el medio terrestre, nos vale para la costa, tanto para estudios de erosión, de batimetría, de cartografía de fondo... No era el diseño inicial, pero lo llevamos a nuestro terreno porque necesitamos esta resolución espacial».

El estudio combina el conocimiento sobre la física de la luz y el agua, técnicas de computación masiva en la nube para procesar 3.500 imágenes y el uso de algoritmos de 'machine learning' para descifrar la señal del fondo marino y caracterizar diferentes tipos de fondos. Y las 3.500 imágenes han sido extraídas del sistema Copernicus - de acceso abierto a disposición de los investigadores- y el resultado puede verse en detalle en la aplicación (https://ee-seagrass-mar.projects.earthengine.app/view/balearic-islands-seagrass).

La maltrecha pradera de Talamanca. / imágenes elaboradas a partir de datos obtenidos por satélite

La maltrecha pradera de Talamanca. / Imágenes elaboradas a partir de datos obtenidos por satélite

Los investigadores han usado su sistema con la posidonia de Balears como una forma de validar su método, ya que son las praderas mejor estudiadas del Mediterráneo y existe, por tanto, mucha información con la que han podido corroborar su eficacia para poder, ahora, usarla en pastos marinos mucho menos conocidos. «Funciona en un 92 por ciento de los casos, lo que comparado con estudios que ya se habían realizado, con herramientas y metodologías diferentes, supone ahora mismo un porcentaje de éxito de los más altos publicados», señala Mar Roca. Hay que destacar que, una vez creada la herramienta, permitiría, por ejemplo, actualizar los mapas cada año: «Estamos hablando de que una vez la herramienta ya está preparada, con los datos de validación y todo, puede tardar unos seis minutos en sacar una cartografía de la posidonia de todas las islas. Nosotros hemos cogido una ventana de siete años de imágenes y con esto hemos visto que podemos optimizar mucho más la detección de la posidonia, porque hay años que las imágenes son de mayor calidad que otros, pero tenemos imágenes cada cinco días, es decir, tendríamos muchas imágenes en un año y podríamos hacer cartografías anuales perfectamente».

S’Espartar y la costa de Platges de Comte.

S’Espartar y la costa de Platges de Comte.

Es más, han usado imágenes del Sentinel 2 que realiza fotografías de su paso por las islas cada cinco días, pero recientemente se ha lanzado un tercer satélite que permitirá, entre otras cosas, disponer de imágenes cada cuatro días. Es decir, las posibilidades que los satélites ofrecen a investigadores de todo el mundo aumentan día a día.

La sorprendente pradera de la bahía de Portmany.

La sorprendente pradera de la bahía de Portmany.

Hay que señalar que, en el caso de Balears, debido a la claridad del agua, los mapas pueden incluir las praderas hasta los 30 metros de profundidad. De hecho, en zonas como Cabrera podían alcanzar los 42, pero prefirieron establecer los 30 metros como máximo para todo el estudio.

Las praderas de posidonia tienen un papel clave para amortiguar el cambio climático

Tagomago y la costa de Pou des Lleó i ses Eres Roges.

Tagomago y la costa de Pou des Lleó i ses Eres Roges.

Y la profundidad es un factor determinante asimismo para la captación de carbono que llevan a cabo las praderas de las islas, que es otro de los aspectos que se analizan en el trabajo (publicado en la revista GIScience & remote sensing). Según puede leerse en el texto, «los ecosistemas de praderas marinas se encuentran entre los sumideros de carbono orgánico más importantes de la Tierra y tienen un papel clave como amortiguadores del cambio climático. Entre todas las praderas marinas, se ha observado que la posidonia presenta la mayor tasa de almacenamiento y secuestro de carbono».

La urgencia de conservar los ecosistemas costeros

Diferentes estudios han confirmado que la mitad de las emisiones antropogénicas de carbono de la Tierra son secuestradas por los océanos, y una parte importante de esas emisiones queda enterrada en los ecosistemas costeros con vegetación (un estudio de 2005 cifra esta parte en un porcentaje del 15 por ciento del total). Y estos ecosistemas de herbazales costeros incluyen praderas marinas, manglares y marismas que, a pesar de ocupar sólo el uno por ciento de la superficie de la Tierra y el 0,2 por ciento del fondo oceánico, tienen una función crucial en la estabilización del clima. Sin embargo, son ecosistemas maltratados y en declive que necesitan, con urgencia, mayores esfuerzos de conservación.

Los investigadores han valorado el stock que hay bajo las praderas de Balears y han llegado a la conclusión de que alcanza la cifra de 12,27 millones de toneladas de carbono orgánico, un carbono «que está bajo las raíces, en un sistema que no tiene oxígeno y, por tanto, queda almacenado durante largo tiempo allí abajo, en las raíces. Y no puede volver a la columna de agua y a la atmósfera hasta que no es destruido, por ejemplo por los fondeos de las embarcaciones», añade la investigadora del Icman-CSIC.

Un visor permite observar qué praderas son las que mas carbono secuestran

Para valorar esta capacidad de capturar carbono, tan importante en la situación actual de crisis climática, hay que tener en cuenta que las praderas con mayor densidad de hojas y las que se encuentran a poca profundidad —como las de sa Sal Rossa, es Bol Nou o s’Espalmador— son mucho más eficaces. El almacenamiento de carbono, añade Mar Roca, «va a depender de la capacidad fotosintética de la planta y eso lo va a determinar principalmente la cantidad de luz. Hemos hecho también un visor (al que puede accederse en la aplicación) que es como un mapa de calor en el que se puede ver cuáles son las praderas que más carbono secuestran; se ve como más verde la parte más somera de la costa, donde estas praderas están cogiendo una cantidad de carbono anual mucho más grande que las que están a treinta o cuarenta metros de profundidad». Y precisamente, añade, son las praderas más eficientes, las que están entre los quince y los cinco metros, las que sufren los mayores impactos, «las que más destruyen los fondeos de las embarcaciones».

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents