Coses Nostres
Coses Nostres | El arte de doblegarse ante el viento
El carrizo (’canyeta de prat’) es una especie autóctona, común en ses Feixes o ses Salines, y a menudo confundida con la caña invasora.

Imagen carrizo fotografiado en ses Salines / CAT
Imaginad, por un momento, que desaparecieran —a ser posible, de repente, como en un truco de ilusionismo— todos los cañaverales de Ibiza y Formentera. Que, por arte de magia, se esfumaran los cañizales de los márgenes de algunos estanques de ses Salines, los de torrentes como es Broll o es Verger, los del río de Santa Eulària o los que conforman hoy el paisaje de ses Feixes. La cañas parecen hoy parte primordial del color del territorio y resulta difícil imaginar un paisaje sin sus largos tallos y sus plumeros blancos cimbreándose con el viento. La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) incluye la caña Arundo donax en la lista de las cien especies invasoras más peligrosas a escala mundial debido a su potencial para desplazar la flora autóctona y empobrecer, por tanto, el hábitat al hacerlo menos diverso. Así que cabe preguntarse cómo sería el paisaje sin cañas, qué especies autóctonas podrían prosperar en los torrentes de no estar el terreno cubierto de la exitosa invasora.
Sin embargo, lo hasta aquí apuntado tiene una pequeña trampa, y es que los grandes cañizales de ses Feixes o algunos de los que rodean algún estanque de ses Salines no están formados sólo de caña invasora, sino que también se extiende en ellos el carrizo, la canyeta de prat, caracterizado por un fino tallo de entre uno y tres metros de altura (la caña puede alcanzar el doble). El carrizo, es de hecho, remarcable y preponderante junto a los canales de ses Feixes.
La caña y el carrizo se distinguen principalmente por su tamaño, por sus espigas y por su diferente resistencia a la salinidad del agua; el carrizo es más tolerante a la sal, y es por ello que en los torrentes es más frecuente la caña, mientras que en los humedales con intrusión de agua marina pueden verse carrizos, con sus ondulantes plumeros, que crecen arqueándose, contrariamente a los rígidos y erectos plumeros de las cañas.
Flexible
La canyeta de prat o canyís (Phragmites australis) está ligada indefectiblemente al agua y forma parte del grupo de los helófitos, es decir, las plantas de los pantanos. Y, al igual que las cañas, posee unos poderosos rizomas —que la mayor parte del tiempo están sumergidos en la charca— que les permiten colonizar rápidamente un territorio. Es la especie que debe conformar la primera línea de vegetación en canales, estanques, ríos y lagunas, muy importante en el ecosistema porque alberga gran cantidad de fauna, desde insectos y sus larvas hasta aves que pueden anidar en el cañaveral, como las gallinetes d’aigua (Gallinula chloropus) que proliferan en ses Feixes
Además, hay otra importante diferencia entre la invasora caña y el autóctono carrizo, y es que el segundo es más flexible, lo cual cobra una vital relevancia si llega una riada o una ventada. La canyeta de prat se doblega, dócil, ante la fuerza de los elementos, lo que le permite permanecer asentada en la tierra, mientras que la caña, muy rígida, no se dobla, se desprende de los taludes de torrentes y ríos y los deja expuestos a la erosión. Conocer esta diferencia resulta crucial para entender cómo responderán los torrentes y los ríos ante posibles riadas por lluvias torrenciales.
Aunque su caña es mucho más fina que la de ‘Arundo donax’, el carrizo ha sido usado tradicionalmente para preparar cañizos para tejados o para sostener el crecimiento de las hortalizas.
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