Imaginario de Ibiza | La Font de Balàfia: sentidoy sensibilidad

El empedrado que se construye en el monumento ha despertado suspicacias por lo innecesario de la intervención y el empleo de materiales como mallazo y hormigón. Lo lógico sería evitar toda actuación en los bienes de interés cultural, salvo las que son imprescindibles para su mantenimiento.

La Font de Balàfia, hace años.

La Font de Balàfia, hace años. / X.P.

@xescuprats

Los hombres de acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción

Azorín

El exceso de entusiasmo, por bien intencionado que sea, a menudo acaba provocando toda clase de estropicios, muy especialmente si lo que está en juego es el patrimonio y su conservavión. Si buscamos un ejemplo para ilustrar dicho razonamiento, podemos acudir a un caso tan extremo como la fallida restauración del Ecce Homo de la localidad aragonesa de Borja, que dio la vuelta al mundo tras quedar completamente desfigurado y reducido a una infame caricatura infantil.

Ocurrió en 2012, cuando una devota feligresa de dicho municipio, Cecilia Giménez, de 81 años, decidió restaurar por su cuenta y riesgo, sin tener el menor conocimiento en la materia, un fresco con la imagen de Jesucristo. Estaba ubicado en el Santuario de la Misericordia de la localidad y era obra del pintor Elías García, que lo dibujó al óleo alrededor de 1930. Aunque la intervención de la piadosa señora no estuvo exenta de buena fe, el resultado fue un colosal mamarracho que acabó dando la vuelta al mundo, inspirando miles de memes y adquiriendo protagonismo incluso en los más celebérrimos late nights de Estados Unidos. Borja perdió una de sus piezas de arte sacro, pero ganó miles de turistas, que acudieron en procesión a contemplar el y aún hoy lo siguen haciendo.

Salvando las distancias y sin la irreversibilidad de la pátina aplicada por Doña Cecilia, hace unos días pudimos leer en Diario de Ibiza la “aberración”, en palabras del GEN, que se está cometiendo en la Font de Balàfia, que es un monumento declarado Bien de Interés Cultural, al empedrarse todo el entorno de la capilla de la fuente y la pila con mallazo y hormigón, rodeando el conjunto también con un bordillo. La formación ecologista no sólo lamentó la intervención en un monumento tan importante, sino también el hecho de no haberse llevado adelante con materiales más neutros y naturales, como el mortero de cal.

El Ayuntamiento de Sant Joan, que al parecer contaba con el beneplácito de Patrimonio del Consell, ha explicado que esta intervención se realizó a petición de varios vecinos y de la Colla de Labritja. Obviamente, lo ocurrido en Balàfia no es comparable al caso de Borja, pero sí denota cierta falta de criterio acerca de las intervenciones que pueden y no pueden desempeñarse en los monumentos pitiusos, muy especialmente si cuentan con la máxima protección, como es el caso.

La imagen que ilustra esta página, tomada hace ya unos cuantos años, muestra la atmósfera rural que rodea la fuente, con un camino sin asfaltar, un bancal de piedra seca que sostiene la parcela trasera y un entorno completamente natural, que debería de conservase a cualquier precio, sin intervenciones de ningún tipo, salvo aquellas que sean imprescindibles para su conservación. La fuente ha permanecido sin empedrado a lo largo de toda su historia, durante siglos, y ahora no tiene la menor justificación construirle uno. Y, bajo mi punto de vista, idéntico criterio debería aplicarse en cualquier otro monumento pitiuso.

La fuente, tal y como lucía hasta ahora, encastrada en el muro, enmarcada con un cerco de cal, componía una postal sublime de la Ibiza de antaño. Gracias al caudal de agua dulce que mana por gravedad en su interior, desde tiempos inmemoriales, se construyó en las proximidades el poblado de Balàfia, el conjunto de viviendas rurales agrupadas más impactante de toda la isla, con dos torres de defensa. Existe desde antes de la conquista cristiana del siglo XIII y representa una conexión con el pasado remoto de la isla. ¿Qué necesidad había de tocarlo?

Restauración del monumento en 2022

Lo sorprendente de la intervención en la Font de Balàfia es que hace poco más de dos años, en junio de 2022, ya se presentó la restauración del monumento, ejecutada por el propio Ayuntamiento de Sant Joan y subvencionada en un 60% por el Consell Insular. Incluyó la reparación de una enorme grieta en la bóveda y también se restauró la alberca cercana. Entonces, sin embargo, en ningún momento se planteó empedrar el suelo.

(*) Cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza

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