Historia

Los protagonistas de la conquista de Ibiza de 1235 (parte 1)

El día 8 de agosto es el aniversario de la conquista de Ibiza por parte de la Cristiandad

Ilustración imaginaria de los tres conquistadores. / Autor Andrés Paniagua para Diario de Ibiza

Ilustración imaginaria de los tres conquistadores. / Autor Andrés Paniagua para Diario de Ibiza

José María Prats Marí

Como ocurre en las obras de teatro y en el mundo del cine, en el transcurso de la historia el destino designa a unos personajes como primeros actores, mientras que otros asumen el papel de actores secundarios y otros actúan de figurantes. Dediquemos unos párrafos para ocuparnos de los tres grandes personajes que fueron protagonistas de la conquista de Ibiza y Formentera. Nuño Sans, el Infante Pedro de Portugal y Guillem de Montgrí, que sin duda fue el actor principal de esta gesta.

El rey Jaime I dona en feudo las islas de Ibiza y Formentera

Cuando el joven rey Jaime I decidió emprender la conquista de las Islas Baleares se encontró con que no todos los magnates del reino de Aragón compartían el mismo interés por la expansión hacia el mar. Los nobles del interior preferían concentrar sus esfuerzos en dirección hacia Valencia, en busca de las fértiles tierras al sur del río Ebro, antes que conquistar las Baleares. Por ello, tras la toma de la isla de Mallorca, el objetivo principal de Jaime I pasó a ser la expansión de su reino en dirección sur, siguiendo la costa de Levante. El objetivo final era Valencia.

Pero el tiempo pasaba y pasaba, la empresa no se emprendía y la inquietud del Rey iba cada vez a más. En 1233 se cumplió el plazo y la donación expiró. Llegado el año 1234, ante la creciente preocupación del Rey por la suerte de las Pitiusas, dos hermanos nobles de la villa gerundense de Torroella de Montgrí, Guillem de Montgrí y Bernat de Santa Eugenia, solicitaron audiencia con el Rey y le pidieron autorización para conquistar las Pitiusas.

Difícil decisión para Jaime I, que si se lo concedía se vería obligado a revocar la concesión que hiciera a Sans y al infante de Portugal; pero la amenaza de las embarcaciones sarracenas era grave y tanto Guillem como Bernat eran personas de su absoluta confianza, que habían estado con él en la conquista de Mallorca. Finalmente, decidió acceder.

En las Cortes del Principado de Cataluña, reunidas en Lérida el 7 de diciembre de 1234, Jaime I otorgó la concesión a Guillem de Montgrí y le donó en feudo las islas, a título particular, con la condición de que cumpliera el objetivo antes del día de San Miguel del año siguiente, el 29 de septiembre de 1235. La donación se hizo según las disposiciones de la Costum de Barcelona, que era el Derecho Feudal de Cataluña, con toda suerte de pertenencias, derechos y jurisdicciones, reservándose el Rey solo la potestad sobre el castillo y demás lugares fortificados y el derecho de declarar la guerra y la paz.

Pero lo que de ninguna manera quería el rey Jaime era que las islas Pitiusas fueran utilizadas por las embarcaciones sarracenas como base desde donde hostigar las líneas de comunicaciones marítimas y apoyar desde allí al rey moro de Valencia. Por eso, el 29 de septiembre de 1231, donó en feudo las islas a Nuño Sans y al infante Pedro de Portugal, que eran primos hermanos de su padre, el rey Pedro II de Aragón, con la condición de que las conquistaran en el plazo de dos años.

Caballero de la Edad Media con el escudo de armas de Montgrí. / Autor Ángel García Pinto para Diario de Ibiza

Caballero de la Edad Media con el escudo de armas de Montgrí. / Autor Ángel García Pinto para Diario de Ibiza

Guillem de Montgrí

Guillem de Montgrí, nació en Torroella de Montgrí, una villa en el Bajo Ampurdán (Gerona), en el año 1200. Era el segundo hijo del Señor de Torroella de Montgrí y también Señor de Santa Eugenia de Berga, Pedro de Torroella. Sus hermanos fueron Poncio Guillermo de Toroella, Pedro de Montgrí y Bernat de Santa Eugenia; y quizás también Ramón de Torroella, primer obispo de Mallorca, aunque no es seguro. Al emprender la conquista de Ibiza tenía 35 años. Siete más que el rey Jaime. En ese momento, Guillem era el sacristán mayor de la catedral de Gerona y el arzobispo electo de Tarragona, aunque nunca tomó posesión de tal dignidad.

Antes de la conquista de Mallorca se tienen pocas noticias suyas. Probablemente, siendo niño debió de ingresar en la escuela de la catedral de Gerona, donde debió destacar por su buena conducta y sus aptitudes intelectuales, porque en el año 1214, a los catorce años, era ya sacristán de la Seo de Gerona.

En 1228, en las Cortes que Jaime I convocó en Barcelona para preparar la conquista de Mallorca, aparece ya como sacristán mayor de la catedral de Gerona, cargo que entonces era de mucho relieve en la administración eclesiástica.

Participó junto con su hermano Bernat de Santa Eugenia en la conquista de Mallorca, aportando entre los dos hermanos treinta caballeros, por lo que recibieron a cambio un importante patrimonio en la isla por su contribución y participaron en la campaña. Bernat de Santa Eugenia se ganó la confianza del joven rey Jaime y ocupó el cargo de lugarteniente real de Mallorca en los años 1230 y 1231, hasta que el Rey nombró Señor de Mallorca al infante Pedro de Portugal.

Los obispos de Gerona y los arzobispos de Tarragona le tuvieron en gran estima, al igual que los canónigos y demás religiosos de la provincia, como lo demuestra el hecho de que en el año 1234 fuera designado administrador apostólico de la sede arzobispal de Tarragona.

Según expone el historiador catalán Jaime Marqués Casanovas en un artículo publicado en la Revista de Gerona, «Montgrí fue un experto jurisconsulto, un hábil diplomático, un valiente militar y un gran protector de las letras y de las artes, como se deduce de los cargos que desempeñó y de las comisiones que le fueron confiadas. Asimismo, estuvo en contacto con las más grandes personalidades de su tiempo. Para el rey Jaime I, Guillem de Montgrí fue, ante todo, una persona en la que se podía confiar».

Sello del Conde de Rosellón, Nuño Sans. / Fuente Pedro Serra Rosell, Emblemática del Reino privativo de Mallorca

Sello del Conde de Rosellón, Nuño Sans. / Fuente Pedro Serra Rosell, Emblemática del Reino privativo de Mallorca

Un arzobispo al frente de un ejército

Quizás pueda parecer algo sorprendente que un clérigo de la categoría de un arzobispo pudiera lanzarse a capitanear un ejército para llevar a cabo una operación militar como fue la conquista de las islas Pitiusas. Es algo que bien merece una explicación.

En primer lugar, es necesario tener en cuenta que los reinos cristianos de la Baja Edad Media estaban organizados sobre una base militar, por y para la guerra contra los musulmanes. Hecho que no debe extrañar, puesto que primero tuvieron que defenderse de la invasión musulmana y después intentar recuperar el territorio perdido.

En segundo lugar, es necesario abordar la mentalidad religiosa de la época, con el fin de comprender a los hombres que participaron por ambos bandos, tanto en el cristiano como también en el musulmán. En la Edad Media, la religión desempeñaba un papel especialmente relevante. Era una época en la que la religiosidad era el más alto valor de la sociedad. Recordemos que muchas catedrales europeas fueron construidas en esa época.

La Iglesia, como institución, y los hombres que a ella dedicaron su vida, tuvieron un papel determinante en los acontecimientos históricos medievales y, muy particularmente, en lo que los niños del baby boom llamábamos La Reconquista. En esa época, se consideraba que la guerra contra el musulmán era una «guerra justa» y estaba perfectamente aceptada en el mundo cristiano. Incluso era normal que los Papas dirigieran cartas a los reyes y al clero anunciando indulgencia plenaria a cuantos participaran en la lucha contra los sarracenos, como por ejemplo fue el caso de la Batalla de las Navas de Tolosa de 1212. Recordemos también que en la Edad Media tuvieron lugar «las cruzadas».

Finalmente, señalar que existía una estrecha relación de los reinos cristianos de la Península con Roma. Pedro II de Aragón acudió a Roma para ser investido por el propio Inocencio III, recibiendo el sobrenombre de El Católico. Y en Cataluña, las sedes de Urgel, Gerona, Barcelona y Tarragona tenían una influencia enorme en la sociedad. De ahí que no debe extrañar al lector que los obispos de las sedes catalanas participaran en la conquista de las Baleares.

Escudo de armas del Conde de Rosellón Nuño Sanchez de Lara. /  Fuente wikipedia commons

Escudo de armas del Conde de Rosellón Nuño Sanchez de Lara. / Fuente wikipedia commons

El conde del Rosellón y el infante Pedro de Portugal entran en escena

No debió de gustar mucho a Nuño Sans y al infante Pedro de Portugal que el hijo de su primo, el rey Pedro II de Aragón, donara ahora las islas a un noble que no era de cuna tan alta como la suya, por muy arzobispo que fuera. Para ambos resultaba un deshonor que un clérigo como Guillem de Montgrí y personas de rango inferior, como su hermano Bernat de Santa Eugenia, se les hubieran adelantado. En cuanto tuvieron conocimiento de la nueva concesión real, maniobraron para asociarse a Guillem de Montgrí y negociaron su participación en la empresa. Pero, en cualquier caso, la nueva concesión real se había hecho a favor de Montgrí, por lo que su intervención en la empresa sería en calidad de subordinados.

El historiador ibicenco Xavier Torres Peters relata en un artículo titulado 'Aportació al coneixement de Guillem de Montgrí i de la conquista de les Pitiusas de l´any 1235', que, pasados dos meses desde la donación de Jaime I, Montgrí se vio obligado a solicitar financiación a un tal Ermengol de Banys, tomando como aval todos los bienes de la mitra de Tarragona, así como el apoyo de las máximas autoridades eclesiásticas de su diócesis.

Tampoco bastó con esto y Montgrí tuvo que recurrir a más gente para conseguir más dinero. Peters hace referencia a varias personas de Torroella de Montgrí, y también a otros nobles como Ramón de Segura de Montblanc y Bernat Marquet. Este último fue con él a Ibiza. Hay datos de que el día 4 de junio, en pleno asedio, Montgrí firmaba documentos de crédito. Otros señores, como fue el caso de Gibert de Aragón, le apoyaron suministrando cereales y legumbres para avituallar a la tropa y a los caballos.

Al final, en abril de 1235, consciente de que no podía de emprender la conquista de Ibiza en solitario, tuvo que aceptar que tenía que asociarse con el conde de Rosellón y con el infante Pedro de Portugal y llegar a un acuerdo con ellos.

Resulta difícil pensar que hubiera química entre estos tres personajes tan distintos entre sí. Pertenecían a estamentos distintos y, además, había bastante diferencia de edad entre Montgrí y los dos nobles. Nunca es cómodo para un jefe militar tener bajo su mando a dos militares de mayor antigüedad y de tanto prestigio. No debió de ser fácil para Guillem de Montgrí tragarse ese sapo. Al menos, la buena noticia era que los dos tenían sobrada experiencia en combate contra las tropas musulmanas. Desde luego en lo referente a las formas de combatir de los almohades estaría muy bien asesorado. En cualquier caso, la nueva concesión real se había hecho a favor de Montgrí, por lo que su participación en la empresa de los nobles sería en calidad de subordinados.

Escudo de  armas de la Casa de Torroella de Montgrí a la que pertenecía Guillem. / Elaborada por j.m.P.M.

Escudo de armas de la Casa de Torroella de Montgrí a la que pertenecía Guillem. / Elaborada por j.m.P.M.

Nuño Sans. El militar profesional

Nuño Sans, Nunyo o Nunó Sanç, Conde del Rosellón y Conde de la Cerdaña, nació en 1190, hijo del conde Sancho y de doña Sancha Núñez de Lara. Era nieto por vía paterna del conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, y de Peronella, hija del rey Ramiro II de Aragón.

Sans era primo hermano del infante Pedro de Portugal, y ambos, a su vez, eran primos hermanos de Pedro II de Aragón, padre de Jaime I. Para ellos, el rey Jaime era lo que en Baleares se denomina fill de cosí. En el momento de la conquista Nuño Sans tenía cuarenta y cinco años, diez más que Guillem de Montgrí.

Nuño Sans era, ante todo, un militar profesional. En 1212, con ventidós años, participó en la batalla de las Navas de Tolosa acompañando a su primo hermano el rey Pedro II, quien le armó caballero en su campamento la misma víspera de la batalla.

Durante la minoría de edad de Jaime I, desde 1213 hasta 1223, Nuño Sans fue regente de la Corona de Aragón y a continuación pasó a ser consejero real. Cuando el rey Jaime viajó a Castilla para contraer matrimonio con la princesa Eleonor, hija del rey Alfonso VIII de Castilla, Sans le acompañó en el viaje. Como se ve, la relación entre Jaime I y Nuño Sans era muy estrecha.

En 1228, dieciséis años después de la batalla de las Navas de Tolosa, en las Cortes celebradas en Barcelona para decidir la conquista de Mallorca y poner en claro los medios que cada estamento aportaría, Nuño Sans, fue de los primeros en hablar para dar su opinión y comprometer su participación con doscientos caballeros armados, además de soldados de a pie, barcos de transporte y galeras. También contribuyó a la financiación de la campaña a cambio de que le fuera concedida una porción de la tierra conquistada y de los bienes del botín.

Una vez desembarcados en la isla de Mallorca, tras la muerte de los hermanos Montcada en la batalla de Portopí de septiembre de 1229, Sans asumió la dirección de las operaciones militares de conquista. Coordinó el asedio a Medina Mayurqa y, una vez conquistada, fue comisionado para negociar con el valí los términos de la capitulación de la ciudad. Participó en el sometimiento del interior de la isla y, a continuación, el Rey le puso al frente de una escuadra compuesta por dos galeras y una nao con la misión de ejercer el corso en las costas de Berbería.

Su participación en la conquista de Mallorca, le proporcionó una jugosa retribución en botín y en tierras, que le permitió hacerse con un patrimonio rústico de más de 17.000 hectáreas y un patrimonio urbano consistente en trescientas treinta y ocho casas, ochenta tiendas y seis hornos en Mallorca. (Continúa la próxima semana).

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