Marthasterias glacialis es el armonioso y evocador nombre científico de una de las estrellas de mar más comunes en la costa pitiusa, un litoral que, por otra parte, cuenta con una variedad de equinodermos —estrellas, erizos, pepinos de mar, lirios de mar y ofiuras— que suele sorprender a quienes están poco familiarizados con la biodiversidad marina. El nombre, además de eufónico, resulta de difícil interpretación, y la parte de él que parece clara es la de asteria, que procede de aster y astron y que, sencillamente, significa estrella. Martha, por su parte, se considera que procede de Mars (el planeta Marte y el dios de la guerra). Sin embargo, la estrella de Marte no parece ser de hielo ni glacial, que es lo que significa glacialis, aunque hay que decir que su distribución alcanza incluso las frías aguas de Noruega. De hecho, muchas referencias a la distribución de esta especie la circunscriben a la costa este del Atlántico, pero lo cierto es que es una estrella común en todo el mediterráneo (tanto en la cuenca occidental como en la oriental), y existen al menos dos variedades catalogadas como subespecies. En Ibiza y Formentera no es una especie rara —aunque no llame tanto la atención como las estrellas de mar rojas— y puede encontrarse a una profundidad muy variable (la de la imagen se encontraba a 20 metros de profundidad en la seca de La Bota, al noroeste de es Vedrà). Se considera que habita desde la orilla del mar hasta los 180 o 200 metros de profundidad.
La estrella de mar glacial destaca por su gran tamaño, ya que puede superar el medio metro de diámetro y algunas referencias citan ejemplares de 80 centímetros. Es, así, la estrella más grande que puede encontrarse en las islas, superando a la estrella púrpura, que puede medir unos 40 o 50 centímetros. Y resalta asimismo por su aspecto espinoso, que le ha valido el nombre de estrella espinosa común. Esta especie tiene hileras de espinas blancas muy marcadas, con manchas de color violeta, y cada espina está rodeada de una serie de almohadillas (pedicelarios).
Respecto a su color, es muy variable, y existen estrellas naranjas, rosadas, azuladas o de un gris verdoso, según la profundidad y el hábitat en el que viven y la edad del animal. Lo habitual es encontrar individuos de tonos grisáceos.
La estrella espinosa común, como todos los asteroideos, posee una asombrosa capacidad de regeneración y puede recuperar uno o varios brazos perdidos, aunque, al parecer, esta especie no puede crear una estrella nueva si no posee el disco central completo.
Marthasterias glacialis fue descrita en 1758 por el científico sueco Carlos Linneo, en la décima edición de su obra para clasificar todas las especies del planeta (Systema naturae), aunque fue incluida dentro del género Asterias y ya fue Jules Jullien quien describió el género Marthasterias un siglo después,; la designó como Marthasterias foliacea, que hoy se considera un sinónimo de M. glacialis. En la actualidad sigue siendo la única especie del género.