Coses Nostres

La loba de los campos de Ibiza y Formentera

La ‘papallona grossa de garriga’ es común de mayo a septiembre en las Pitiusas y es una especie habitual en estudios genéticos de lepidópteros

Una loba sobre la inflorescencia de una zanahoria silvestre.

Una loba sobre la inflorescencia de una zanahoria silvestre. / CAT

No todas las mariposas vuelan igual. Es algo que se aprende a fuerza de observación, que sirve para identificar algunas especies –incluso antes de haber podido observar los patrones de sus escamas más allá del centelleo de color que aletea entre las plantas– y que rápidamente te indica si será más o menos complicado fotografiarla. Y la loba, la común y abundante Maniola jurtina, es de esas mariposas que vuelan como si les pesaran las alas, como si los grandes ocelos negros que muestra en las alas anteriores estuvieran dibujados con plomo líquido. Un vuelo lento y pesado.

En las islas y en buena parte de la zonas de habla catalana, a la loba se la conoce como papallona grossa de garriga o papallona d’alzinar. Aunque, en realidad, la forma tradicional pitiusa es preferentemente la de papallola. Y su relación con la garriga, con el matorral seco, las gramíneas, la omnipresente bastanaga borda y la vegetación más resistente de los campos mediterráneos la convierten en una mariposa común y muy abundante desde mayo hasta septiembre. Su momento, sin embargo, llega a finales de verano, cuando los higos están ya tan maduros que se abren solos y las higueras concentran una inusitada biodiversidad. Es entonces cuando las lobas se elevan desde los matorrales a las ramas para disfrutar del festín. En los meses de septiembre y hasta bien entrado octubre, si se quieren encontrar ejemplares de Maniola jurtina, hay que buscarlos en las higueras.

El nombre de loba, que comparte con otras mariposas, es quizás –y para quienes están menos familiarizados con los lepidópteros– lo más sorprendente de este insecto de tonos pardos y naranjas. Aunque los orígenes de tal nombre son inciertos, se sospecha que se debe precisamente a sus tonos pardos; existe, además, otro grupo de mariposas, del género Lycaena, que lleva el lobo incluso en el origen griego de su denominación científica (Lycaina significa loba). El origen etimológico de Maniola jurtina, por su parte, es otro misterio, aunque puede decirse que Maniola significa manía y hay autores que ven en Jurtina una deformación de santa Iustina, sin que ello parezca tener mucho sentido.

Las variaciones de su coloración y de la distribución de sus manchas, su abundancia y el enigma de su especiación han convertido a la loba en una especie habitual de los estudios genéticos con lepidópteros. De hecho, en 2014 se llevó a cabo una investigación –con muestras de diversos puntos del Mediterráneo, incluyendo Ibiza– para intentar poner orden en el género Maniola. El examen de las variaciones del ADN revelaron un caso de sobredivisión taxonómica; es decir, que es posible que se estén considerando como especies o subespecies lo que sólo son poblaciones distintas con coloración diferente. En cualquier caso, los investigadores apuntaron a que el origen de esta mariposa se encuentra en África y que de ella surgieron dos linajes, uno que se extendió por el estrecho de Gibraltar hasta el oeste de Europa y otro hacia Europa del este.

En Ibiza y Formentera esta mariposa loba –que imita una hoja seca al posarse con las alas cerradas– es una especie que se ha registrado en todos los seguimientos de lepidópteros diurnos que se han realizado a lo largo de los años. El proyecto de seguimiento de mariposas en las islas se ha reanudado recientemente, y quienes quieran conocer su funcionamiento y colaborar para conocer la distribución de estos insectos pueden dirigirse a la página del Grup d’Estudis de la Naturalesa, gengob.org o escribir un correo a gen@gengob.com.

LOS OCELOS 

Los ocelos son las manchas redondas que presentan las alas de muchas especies de mariposas y que también aparecen en otros seres vivos, como algunos peces y aves. Estos patrones circulares imitan ojos de animales más grandes, por lo que su función principal es asustar a posibles depredadores.

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