Gastronomía de guerra: Torrijas al aroma de hierbas de Ibiza

No hay Semana Santa sin torrijas, y estas tienen un toque muy isleño

Torrijas al aroma de hierbas ibicencas

Torrijas al aroma de hierbas ibicencas / Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

No es Semana Santa hasta que la cocina no huele a torrijas, ese postre de la cocina pobre que hace salivar hasta a los marqueses. Preparar torrijas no tiene ningún secreto, eso sí, hay que cocinarlas con mimo. Hay dos pecados que no se le perdonan a este dulce: que esté seco y que esté aceitoso. Evitarlo es sencillo. Muchas veces se dejan empapar poco en la leche por miedo a que el pan se deshaga cuando se manipula para pasarlo por el huevo o llevarlo a la sartén o la olla en la que se vaya a freír. No hay que temer. Si el pan está bien escogido, un pan con la miga bien prieta, da igual lo que empapen, no se romperá. Lo de la miga tiene ídem. Es imprescindible que sea apretada y espesa para que chupe todo el líquido posible, consiguiendo una torrija tan preñada de leche que explote de sabor en la boca. Para evitar que estén aceitosas, tres trucos: que el huevo batido recubra bien toda la superficie del pan, que el aceite esté muy caliente y dejarlas unos minutos en papel de cocina al acabar de freírlas. Las torrijas se puede aromatizar de mil formas. Las tradicionales llevan un toque de vermut, pero hoy les vamos a dar un toque muy isleño con las hierbas ibicencas.

Ingredientes

-1 barra de pan (0,8€)

-1 litro de leche (0,9€)

-300 gramos de azúcar (0,4€)

-1 rama de canela (1,7€)

-1 piel de limón (0,4€)

-1 piel de naranja (0,3€)

-2 chupitos de hierbas

ibicencas (2,4€)

-1 cucharadita de canela

en polvo (0,3€)

-1 vaso y medio de aceite

de oliva (1,5€)

Precio total

8,7€

1,1€ por TORRIJA

Preparación

Cortar el pan en rodajas de unos dos dedos de ancho. Lo mejor es hacerlo en diagonal para obtener una torrija de un buen tamaño. Colocar el pan en una bandeja, separando un poco las rodajas, ya que engordarán al empapar.

—En un cazo, llevar a ebullición la leche con el azúcar, la rama de canela y las pieles de los cítricos. Remover para disolver el azúcar y, al romper a hervir, añadir el licor de hierbas, tapar, apagar el fuego y dejar infusionar unos minutos.

—Colar esta leche merengada y volcar en la bandeja del pan con cuidado, sin hacerlo directamente sobre las rodajas. Dejar que empape durante unos doce minutos. Darles la vuelta con cuidado y dejarlas otros siete minutos por el otro lado.

Batir los tres huevos en un plato hondo. Es importante que sea más grande que los cortes de pan para manipularlas lo menos posible.

—Poner a calentar el aceite en una sartén o una olla y freír las torrijas intentando no darles muchas vueltas, con una es suficiente, hasta que tengan un bonito color dorado.

—Colocarlas sobre papel de cocina para que eliminen el aceite sobrante y ponerlas, después, en un plato o una bandeja. Dejar enfriar.

Mezclar en un bol una cucharada de azúcar con la canela en polvo y espolvorear las torrijas con esta mezcla antes de servir. Es importante que estén frías, o que no estén muy calientes, al menos, para que el azúcar no se convierta en almíbar.

El toque gourmet

No hay nada más rico que una torrija con una bola de helado, sobre todo que contraste un poco, como el de naranja o de frutos rojos.

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