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El frenético ‘biopic’ del rey del porno, Nacho Vidal

La ficción sobre Nacho Vidal, protagonizada por Martiño Rivas y estrenada ayer en Atresplayer Premium, ha sorteado múltiples dificultades

Los actores Martiño Rivas, como Nacho Vidal, y Maria de Nati, como Sara Bernat, durante el rodaje de la serie. | EFE/ STARZPLAY

La industria española del cine porno tiene una estrella indiscutible: Nacho Vidal. Una estrella controvertida, y no solo por el caso del ritual chamánico que le costó la vida a una persona, sino también por trabajar en un sector como el del sexo, que suele provocar ciertas incomodidades. El ejemplo es que Nacho, la serie-‘biopic’ sobre Nacho Vidal que acaba de estrenar Atresplayer Premium, se encontró con unas cuantas trabas para salir adelante.

La primera fue casual, porque la ficción iba a ser emitida en un principio en la plataforma Sky, que anunció por sorpresa que iba a dejar de operar en España, así que tuvo que buscar una nueva casa. Pero Teresa Fernández-Valdés, ‘showrunner’ y creadora junto a Gema R. Neira y Diego Sotelos, explica que el Ayuntamiento de Badalona denegó los permisos de rodaje y que hubo discográficas que rechazaron venderles licencias musicales para la serie. «Es la primera vez en mi vida que me pasa», recalca la productora, artífice de éxitos como Velvet, Gran Hotel y Las chicas del cable. «Tuvimos grandes dificultades por el prejuicio que hay en relación al porno, una industria que hay que recordar que es legal, y por la figura de Nacho, que todo el mundo se cree capaz de juzgar», señala.

«Con esta serie vi que Nacho Vidal está en el ojo del huracán y que es una figura que levanta ampollas», afirma por su parte Martiño Rivas, el actor que le da vida en esta producción de ocho episodios y ritmo frenético que retrata cuáles fueron los inicios de la estrella del porno y cómo supo explotar el don que le dio la naturaleza. Un don que, por cierto, también hace acto de presencia en Nacho, con ‘cameo’ incluido del protagonista en el primer episodio haciendo de doble de Rivas mostrando genitales.

Gotas de humor

Uno de los elementos distintivos de Nacho, aparte de su ritmo casi de videoclip, es incluir gotas de humor a la trama, al estilo de Boogie nights. «Es un tema duro, complicado, en el que puede haber un juicio moral, así que mezclamos la comedia con el drama para no sentirnos tan violentos», justifica la productora. «No se trata de hacer una serie ligera, sino de poder reírnos de todo, porque así podemos romper el hielo», añade.

Porque, tal y como subraya Fernández-Valdés, para ella era importante que la serie abordara también temas como «el consentimiento» y el «rol de la mujer». «Aunque el protagonista es Nacho, que representa al macho alfa, queríamos conocer la parte más humana y cuántas mujeres han determinado la vida de esa figura», advierte Fernández-Valdés.

Por eso son tan relevantes en la historia personajes como el de Sara Bernat, la novia de Vidal a la que interpreta María de Nati, «una prostituta que es dueña de su destino», como la define la actriz; Bellísima (Miriam Giovanelli), una actriz porno «que se muestra disfrutona cuando la cámara está encendida pero que, cuando se apaga, sufre una depresión porque no quiere seguir en esa profesión ni siendo tratada así», y Juani (La Terremoto de Alcorcón), la dueña de la sala barcelonesa Bagdag que lanzó la carrera de Vidal.

Les acompañan actores como Andrés Velencoso, en el papel de Toni Roca, «con quien el protagonista vive una lucha de egos porque le destrona como rey del porno»; Edu Soto como Tiger Man, otro de los artistas del Bagdag; Carmen Conesa, Montse Guallar y Nancho Novo, la tía y los padres de Vidal; Mauro Cardinalli, como Rocco Siffredi, y Albert Baró, Marina Gatell, Penélope Guerrero, Rubén Jiménez, Juan Carlos Vellido, Paola Bontempi y Nuria Herrero.

La trama de la serie abarca desde 1993, con un joven Nacho Vidal criado en una familia muy religiosa y viviendo la vida al límite, hasta 1995, cuando regresa a España convertido ya en una estrella del cine para adultos. No aparece, por tanto, su detención en 2020 por la muerte de un fotógrafo en una ceremonia chamánica del sapo bufo. «No es que lo evitemos, sino que las drogas y el misticismo llegan a su vida más tarde», justifica Fernández-Valdés. Promete que si ruedan más episodios no esquivarán el caso.

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