Coses nostres | El pequeño ladrón de queso

El carbonero es un ave muy abundante en Ibiza y muy cercana al ser humano, pero, sorprendentemente, no está presente en Formentera

El carbonero se adapta bien a la presencia humana.

El carbonero se adapta bien a la presencia humana. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

El carbonero común tiene en Ibiza un nombre popular propio –distinto al resto de territorios de habla catalana– que muestra la estrecha relación que este paseriforme ha tenido con los ibicencos a lo largo de los años. El nombre es picaformatges y se debe a la costumbre que tenían los carboneros de acercarse a los porches de las casas ibicencas a picotear los quesos que sus moradores dejaban allí para que se secaran, en tiempos donde era habitual que las casas payesas elaboraran su propio queso.

Curiosamente, este párido tan conocido y tan conspicuo es un reproductor abundante en Ibiza pero nunca ha sido citado en Formentera. Y es curioso no solo por la cercanía de las dos islas y la abundancia de la especie sino también porque no faltan en la pitiusa menor los hábitats adecuados para él. El carbonero –Parus major en su nombre científico– puede colonizar, en realidad, una buena variedad de hábitats, porque, aunque es un ave forestal y su distribución más amplia en Ibiza se da en los pinares, se adapta bien a la presencia humana y puede verse con frecuencia en huertos y jardines. Y está presente en buena parte del mundo; en toda Europa, noroeste de África y Asia, hasta Japón, Indochina e Indonesia. Es un pájaro muy sociable que puede formar grupos con otras aves y es habitual verlo compartir espacio con los gorriones.

El patrón del plumaje de estas aves es inconfundible y la intensidad del amarillo que lucen los machos de carbonero indica a las hembras su capacidad para obtener comida; es decir, cuanto más intenso es el tono, mejor alimentado está el individuo, ya que el color lo adquiere de unos pigmentos carotenoides que se encuentran en algunas larvas de insectos. Esta forma de obtener el color y su utilidad para las especies no es una rareza en el mundo de las aves, pero el caso del carbonero es uno de los mejor estudiados.

El carbonero común es el único párido presente en las Pitiusas, pero existen un par de registros de carbonero garrapinos (Periparus ater) –una especie considerada una rareza en Balears– en Ibiza, según se recoge en el libro ‘Nacida para volar. Aves de Ibiza y Formentera’.

Patrón de plumaje

El carbonero tiene un curioso patrón de plumaje -con una corbata negra y la mejilla blanca en una cabeza negra- del que destaca el amarillo del pecho, que indica la nutrición de un individuo. Esta especie es considerada un modelo biológico para estudios de coloración. 

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