Coses nostres: Objetivo nacras

La plataforma Observadores del Mar impulsa una campaña para recopilar observaciones de los dos moluscos de la familia ‘Pinnidae’ más conocidos en las islas, uno de ellos en peligro de extinción

Nacra rugosa en una de las paredes de los escollos de ses Fragates, en s'Espartar.

Nacra rugosa en una de las paredes de los escollos de ses Fragates, en s'Espartar. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

Llevar a cabo programas de seguimiento de especies en los fondos marinos, más allá de la zona intermareal, resulta una tarea complicada, una labor para la que los expertos usan cada vez más los ojos (y las fotografías) de buceadores y bañistas. La ciencia ciudadana marina se ha convertido en una herramienta esencial y, en el sector, destacan los proyectos de la plataforma Observadores del Mar, donde puede comunicarse el avistamiento de especies invasoras, de blooms de medusas, de contaminación por plásticos, de caballitos mar, de tiburones e incluso de aves marinas.

Sin embargo, la campaña en la que actualmente están concentrando mayores esfuerzos es la denominada Proyecto Nacras, destinada a recopilar observaciones de la nacra común (anclotxa) y de la nacra de roca para conocer el estado de sus poblaciones y su distribución.

Hay que recordar que la primera de ellas –la nacra por antonomasia; Pinna nobilis en su nombre científico–, va camino de la extinción a causa de un patógeno que, desde 2016, ha acabado con la mayoría de las poblaciones, sumándose al resto de amenazas que ya sufría esta emblemática especie endémica del Mediterráneo, muy asociada a las praderas de posidonia y de Cymodocea nodosa: hábitats degradados y contaminados, su recolección, los fondeos incontrolados y el calentamiento global habían dejado ya tocada a la especie antes de que apareciera el parásito que, en Balears, fue detectado primero en las Pitiusas.

La nacra es una especie protegida y clasificada en la máxima categoría de amenaza (en peligro crítico) en la Lista Roja de Especies Amenazadas y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, lo que implica que no puede cogerse, ni viva ni muerta. Y desde el Proyecto Nacras de Observadores del Mar realizan un llamamiento para que quienes tengan fotografías de estos moluscos, tanto vivos –que resultaría una observación de gran importancia– como sus conchas vacías, suban las imágenes y los datos a su página web.

Asimismo, el proyecto incluye la recopilación de imágenes de la nacra de roca, algo menos conocida que Pinna nobilis y a la que –para sorpresa de muchos expertos– no ha afectado el patógeno que está acabando con las grandes nacras endémicas. El nombre científico de esta otra nacra es Pinna rudis y a veces puede confundirse con la anterior, aunque suele ser más pequeña y posee costillas radiales más marcadas y grandes escamas.

En cualquier caso, aunque se tengan dudas de la identificación, puede enviarse la cita a Observadores del mar y el equipo de Proyecto Nacras intentará identificar la especie. De momento, en el mapa de observaciones de la plataforma se recogen poco más de 30 citas de Ibiza y Formentera (desde Mallorca se han comunicado más de 160 y más de 80 han llegado de Menorca). En total, hay más de 500 citas de distintas partes del Mediterráneo occidental, incluyendo el mar Adriático.

Las fotografías, ubicación y estado de ejemplares de cualquiera de las dos especies de la familia Pinnidae resultan información valiosa para los expertos. Con ella pueden conocer mejor la distribución de las poblaciones y, en el caso de Pinna nobilis, la dispersión del parásito y la posible recuperación de la especie.

LA TERCERA ESPECIE

La nacra y la nacra de roca (rugosa o de púas gruesas) no son las únicas especies de Pinnidae, pero la otra especie citada en aguas del Mediterráneo, Atrina pectinata, habita a mayores profundidades, más allá de los 40 metros, en fondos fangosos de la plataforma continental y se tiene constancia de su presencia por su eventual recogida por barcos de arrastre.

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