Cuando Ibiza era otra fiesta

Pepita Escandell, teatro con sabor ibicenco

Autora de una serie de comedias sobre la vida de la isla anterior al turismo, su primera vocación fue la música y en su formación en Barcelona tuvo de compañera a Montserrat Caballé

Pepita Escandell en su domicilio de Vila

Pepita Escandell en su domicilio de Vila / JA RIERA

Julio Herranz

Julio Herranz

Aunque la música fuera su primera vocación, que le ocupó gran parte de su vida, fue el teatro de carácter local y costumbrista el que le proporcionó un reconocimiento cultural y social que sigue vigente a casi una década de la muerte de Pepita Escandell (Ibiza, 1920-2014), autora de ‘Ses Frasquites’, ‘Pagesos i senyors’, ‘Moros a la costa’, ‘Contrabando i novena’ o ‘Es bon costums’; algunos de los títulos más populares de su repertorio. Unas obras escritas en el catalán tradicional de la isla (o eivissenc, como ella, y muchos otros, prefieren llamarlo), que la dramaturga ibicenca dudaba si sabrían valorar en Catalunya, València y hasta en las otras islas del archipiélago: "Creo que no me entenderán muchas cosas, porque uso un ibicenco (o catalán de aquí, como quieran) que casi ha desaparecido. Pero creo que tiene su gracia; y así podrán captar mejor lo que era el habla y las costumbres de la época", me explicó en una entrevista que le hice en octubre de 2007.

ibicenco

ibicenco / julio herranz

Algo de lo que puedo dar fe personalmente, pues tuve la osadía de interpretar uno sus personajes en un montaje que Merche Chapí hizo (cuándo, no caigo ahora; creo que fue a finales del siglo pasado) de ‘Pagesos i senyors’. Mi primera, y única, incursión en el teatro, toda una experiencia de la que guardo un grato recuerdo. Fue el trabajo final de un curso de teatro del GAT, impartido por la Chapí, en el que uno daba vida a un médico de Corona, con un ibicenco con acento gaditano. Simpática comedia en la que hacía de galán más o menos acosado por ciertas ‘señoras de Vila’ que se disputaban mis favores, profesionales; aunque habrían estado encantadas de que hubiera ido más lejos, y más hondo, en el tratamiento. Sí, menuda experiencia. Lo que nos reímos. Con gusto habría seguido con la cosa teatral; y la directora valenciana, y buena amiga, me insistió en ello. Pero el periodismo diario que uno ejercía entonces no me lo ponía fácil para los ensayos, y no pude subir más a las tablas; conformándome con ser espectador, e informador, del buen trabajo que hacía el Grup Amateur de Teatre (GAT), que junto con el Grupo de Artes y Oficios (el que dirigía Pedro Cañestro), eran entonces los dos principales de la isla.

ibicenco

Moisés Copa / Pepita Escandell posando para un reportaje

Pero volvamos a nuestra querida protagonista, que aunque fuera el teatro el arte por el que es más reconocida, su primera vocación, ya digo, la llevó a la música: "Y tanto. Estudié diez años en Barcelona, costándome muchos disgustos. El más grande fue que cuando ya iba a cantar pasó algo por lo que el profesor tuvo que marcharse del conservatorio y me quedé sin su apoyo. Una pena, porque iba a debutar en el Teatro Principal de Sevilla con ‘La bohéme’. Piensa que entre las compañeras que estudiábamos en el Conservatorio del Liceo estaba Montserrat Caballé. Y yo entonces pitaba más que ella. Pero todo se esfumó y volví a la isla. Fue un disgusto muy grande, y estuve unos años con una depresión tremenda. Es que era mi sueño", me confesó compungida Pepita Escandell en la mencionada entrevista.

ibicenco

DI / 'Pagesos i senyors', una de sus obras más populares

Y de tan prometedor futuro, la cantante lírica ibicenca tuvo que conformarse con participar en festivales variopintos que se hacían en la isla. "Festivales que daban más bien lástima. Porque, por ejemplo, detrás de un soldado que salía a recitar una poesía, iba alguien que contaba chistes, otro que cantaba flamenco, lo que fuera, y después yo con cosas líricas. Menudo cajón de sastre. Pero como siempre era por beneficencia, lo hacíamos con gusto", recordaba la polífacética creadora, quien desde entonces se dedicó profesionalmente a la enseñanza: "Las clases de música me llenan mucho, porque tengo unas voces muy buenas que me dan mucha satisfacción. Además, me hacen mucha compañía y me enriquecen", apuntó con optimismo.

ibicenco

DI / Uno de los primeros montajes de su obra

El consuelo del teatro

La frustración que supuso para Pepita Escandell renunciar a una prometedora carrera como cantante lírica encontró consuelo en el teatro; gracias sobre todo al apoyo y el ánimo de Alejandro Villangómez, hermano del poeta y un buen actor de la esfera local que, por diversas circunstancias, también renunció a su vocación y volvió a la isla: "Le echo mucho de menos. Fue él quien me despertó el amor por el teatro. Entonces yo escribía muchísimo, y muy rápido. Por ejemplo, recuerdo un día que estaba metida de lleno en ‘Ses Frasquitas’, creo, y no podía dejarla. Los personajes me arrastraban. No lo dejé hasta las tres de la madrugada. No podía parar, estaba como atrapada por la historia", me aseguró en otra ocasión la autora ibicenca, con quien llegué a tener una buena relación amistosa a raíz de las varias veces que la entrevisté; y, claro, por actuar en su obra ‘Pagesos i senyors’. Interpretación más bien de poca monta, discreta, dada mi virginidad en las tablas; pero que, sin embargo, a la autora le gustó; porque le hacían gracia los esfuerzos que uno realizaba para ajustarme a las exigencias de Merche Chapí, una directora bien seria a la hora de trabajar, y que, por su buen hacer y su paciencia con los novatos, sabía extraer mucho más jugo del que algunos aficionados llevábamos dentro; desde luego.

Según compruebo en mis papeles periodísticos, el pretexto que me llevó a hacerle una entrevista más bien larga a Pepita Escandell fue la publicación en 2007 por parte de algunas instituciones de Eivissa del libro ‘Teatre de sempre’, un volumen que reúne siete de sus obras de teatro más representativas en una edición a cargo del poeta y escritor ibicenco Jean Serra: "Aunque ya me habían publicado antes otras obras, es la primera vez que en un solo libro incluyen siete; y algunas ni las había leído siquiera después de escribirlas. Fue el caso de ‘Una de gatera’, de la que tenía la impresión de que era más bien mala; pero al releerla ahora me he dado cuenta de que no estaba tan mal”, valoró la dramaturga ibicenca, agradecida por el paciente trabajo del copilador: “El prólogo está muy bien escrito, y el volumen incluye muchas fotografías. Estoy encantada", añadió.

Una de las obras de Pepita Escandell

Una de las obras de Pepita Escandell / DI

Animada por la atención y la popularidad que su teatro costumbrista fue tomando con los años, Pepita Escandell aún tenía ganas de seguir escribiendo, siempre en clave de comedia, su entretenido y coloquial teatro en torno a la vida ibicenca, mayormente anterior al turismo: "Me quedan ganas para sacar aún una obra más. El tema me lo sugirió mi hermano (Bartomeu Escandell, reconocido historiador e investigador). Va sobre la ironía que el turismo trajo para las figuras del hereu y del segundón. El primero heredaba las buenas fincas de la familia, mientras que al otro sólo le quedaban unas rocas en la costa que no valían nada. Pero el turismo invirtió el tema, porque fue el hereu el que se empobrecía, mientras que el otro, vendiendo las cuatro rocas que le tocaban, se hacía rico", explicó sonriente, añadiendo: "Es un buen tema, y quiero terminarla; se lo debo a mi hermano. Pero me cuesta bastante, porque estoy centrada en las clases de música".

Como entonces me dijo el título que tenía pensado (’Carai, Toni’) he mirado en la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera para ver si llegó a terminarla y publicarla; pero no hay ninguna información al respecto, por lo que, me temo, que al final no encontró la concentración que buscaba para completar el trabajo que entonces ya tenía bastante adelantado: "La he empezado ya varias veces, y ahora no sé dónde tengo lo que llevo escrito. Ya está hecha la estructura, falta perfilar los personajes y la manera típica de hablar de cada uno, algo más bien difícil. Es que lo que busco es que al principio se note que son del campo, hablando como los payeses; y que luego se refinen un poco cuando estén viviendo en Vila. Me está resultando difícil, ya te digo, pero quiero terminarla y la voy a terminar", concluyó resuelta y decidida. Así que igual la terminó, ojalá, y la tituló de otra manera. A ver si me entero, que ya me pica la curiosidad. Lo que sí he recordado gracias a la Enciclopèdia es que a Pepita Escandell le reunieron también en un volumen una serie de relatos que fue publicando aquí y allá a lo largo de su vida. Un volumen que se llama ‘Narracions breus’. Otro ángulo creativo de un personaje ibicenco, tan estimado y popular.

Suscríbete para seguir leyendo