Memoria de la isla

Los proyectos del ingeniero italiano Giovani Battista Calvi para Formentera

En los estudios que sobre la Real Fuerza de Ibiza tenemos más a mano, Aportación a la historia de las murallas renacentistas de Ibiza de Escandell Bonet, Las murallas de Ibiza de E. J. Posadas, y en las ‘entradas’ que nuestra Enciclopèdia (Eif) dedica a la fortaleza ibicenca, no se dice nada de los proyectos que Calvi tenía para Formentera. Es el motivo de estas rayas

Torre de la Punta de la Gavina.  | EDUARDO J. POSADAS

Torre de la Punta de la Gavina. | EDUARDO J. POSADAS / Miguel ángel gonzález

Miguel Ángel González

Miguel Ángel González

Poco después de que el Ministerio de Defensa publicara el 2006 la tesis doctoral que sobre Giovan Battista Calvi (1552-1565) presentó el 2002 en la Universidad Autónoma de Barcelona el profesor e investigador Damià Martínez Latorre, éste tuvo a bien facilitarme un ejemplar de su trabajo que en su momento intenté publicar en Ibiza, cosa que entonces no conseguí; un lamentable error de nuestros editores, cuando se trata del estudio más completo que se ha hecho del ingeniero italiano y de las obras de fortificación que proyectó por encargo de Carlos V y Felipe II. De su trabajo son de particular interés para nosotros las informaciones que aporta, y que en muchos aspectos no conocíamos, sobre la Real Fuerza de Ibiza y sobre los proyectos que el ingeniero italiano tenía para Formentera. Estos últimos son los que comentamos aquí.

Si exceptuamos las torres costeras de vigilancia que son ya del siglo XVIII,–la torre de sa Guardiola, la de sa Gavina, la des Cap, la des Pi des Català y la de Punta Prima-, en Formentera no se llegó a ejecutar ninguna fortificación significativa, pero en el mismo momento en que se levantaban las murallas ibicencas estaba muy claro el papel estratégico que jugaba la Pitiusa menor, no sólo para asegurar las comunicaciones marítimas, sino porque, dada su cercanía a las bases sarracenas en las costas africanas, la isla se había convertido en un refugio de piratas y, lo que ya era peor, una base-puente para saltar desde allí a los poblamientos del levante peninsular y de las islas mayores, circunstancia que Calvi no pasó por alto. Lo prueba la carta del 10 de enero de 1555 que el ingeniero italiano remite a la Corona con la sugerencia de construir dos fortalezas en la isla: “Medesimamente la ysola de Formentera dove ordinariamente di Argel vengono per la grande comodita del porto del Espalmador, et de li scorrono la costa di Spagnia con la ruvina de la navegatione di tutto questo mare Mediterraneo che solo dapoi che io sono inquesta ysola se partirino da questa Formentera quatordici fuste, et anno pigliato in la costa di Alicante il valor di piu cento milia ducati, di sorte che con y porti de sua M.ta et con le richezze y suoi subditi mantigono le loro armati patente. Io como minimo criato con ogni solita umilta mi parso di dire che se en questa ysola si facesi un paro di fortezze che con la grande comodita deil fabricare si fariano con poca spensa, si guaderia il porto che linimici non vi potriano stare et venire de Argel come in cassa propia, et di piu si coltivaria questa ysola, che per la sua fertitilita li diedero le antichi il vero nome de la Formentera, che saria grandissima richeza a questi popoli et sua M.ta non perdería. Et credo che per il grande beneficio che ne sentiriano mercanti de Valenza et Barzellona che contribuirianno a la spesa”. Creo que el texto se traduce sin dificultad. En resumen, viene a decir que el Turco tiene Formentera como si fuera su casa, lo que supone un enorme riesgo para los tránsitos mediterráneos como lo prueba el ataque de 14 fustas que consiguieron en Alicante más de 100.000 ducados. Calvi aconseja erigir un par de fortificaciones que frenarían las incursiones piratas y permitirían repoblar la isla, siendo unas obras de poco coste, al que podrían contribuir Valencia y Barcelona.

La Corona ve bien esta propuesta porque le pide que detalle el costo de las fortificaciones, encargo que, no obstante, Calvi no puede cumplir porque le resulta imposible viajar a Formentera que en aquel momento estaba infestada de piratas: “Di la isola de la Formentera non ho potuto fare la trazza si come io scrissi a V. Altezza per che vanni gia per questi mari XII galeotte. Mi son risoluto di non andarvi per adesso aspettando alcun pasaggio de galere, per no mi metere in cosi charo pericolo”. En cualquier caso, el que no se hicieran las fortificaciones no fue porque Calvi no aportara las trazas y los costos de la operación, sino, sobre todo, porque Formentera estaba bajo jurisdicción eclesiástica, que, obviamente, reclamaría los beneficios que diera la isla, algo que la Corona no podía aceptar: “El arzobispo pretendería los naufragios e otros emolumentos que allí hoviesse y se staria cada dia en diferencias”. A pesar de todo ello, 5 años más tarde, el 1560, el proyecto aparece consignado en el memorial de Toledo y su contexto permite pensar que Calvi viajó a Formentera aquel mismo año. A resultas de tal viaje comenta la posibilidad y conveniencia de que el estamento eclesiástico ceda la isla a Ruy Gómez de Silva que se compromete a fortificarla a su costa, poblarla y urbanizarla: “En la isla de la Formentera saria menester hazer una fortaleza nel puerto del Spalmador. Se quitaría al enemigo el puerto seguro y agua, y seria gran beneficio a toda la navegación de Spaña. La dicha fortaleza costaría 20.000 ducados y saria menester la guarnición de 120 soldados. Con la seguridad deste puerto venirian infinitas naves a cargar de sal a Iviza que agora no vienen. Ruy Gómez de Silva me ha dicho dos vezes que haría a su costa la dicha fortaleza, et la sustentaría con hacerle un pueblo de 300 vecinos para la labranza della, y cierto seria esto gran beneficio a todas las otras yslas y a toda la costa de Spaña y navegación della”.

Razones políticas

Que el proyecto no cuajara, por tanto, no fue porque Calvi no tuviera interés. Lo tenía. Fueron razones políticas las que hicieron que todo quedara en nada. Aún así, me ha parecido que, en tanto no se publique en Ibiza el trabajo de Martínez Latorre, bien está que estos sucedidos se conozcan, sobre todo en Formentera. 

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