Rara avis en sa badia de Portmany

Entre las especies migratorias que esta temporada invernal están pasando por las islas se ha observado, en la bahía de Sant Antoni, una singular ave procedente del Ártico que jamás se había citado en Baleares

El falaropo observado en esCalò d’en Serral, creandoremolinos en el agua paralograr su alimento.

El falaropo observado en esCalò d’en Serral, creandoremolinos en el agua paralograr su alimento. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

El archipiélago de Svalbard, la isla del Oso, Islandia y Rusia son su hogar y sus áreas de reproducción en Europa. Es decir, las costas del Ártico. Se trata del falaropo picogrueso (Phalaropus fulicarius), una especie limícola y migratoria que hasta este pasado mes de noviembre no se había citado nunca en Baleares y que ha sido observada y fotografiada en es Caló d’en Serral, en la bahía de Sant Antoni.

En invierno, la población europea de falaropos desciende hacia el Atlántico —según puede leerse en el Atlas de las Aves de SEO/Birdlife—, estableciendo su áreas de invernada probablemente mar adentro, frente a la costa oeste y sur de África. En su migración, siguiendo preferentemente rutas oceánicas, estas aves pasan por España y pueden verse en la costa cantábrica y gallega. Incluso en la costa andaluza.

Sin embargo, en el Mediterráneo son muy raros, explica el biólogo y ornitólogo Maties Rebassa, quien ha identificado el ejemplar observado en Ibiza, ha confirmado que era el primer registro del archipiélago balear y se ha ocupado de comunicar la observación al Comité de Rarezas de Baleares (encargado de homologar la cita).

El falaropo —conocido como escuraflascons en catalán— fue avistado en la tarde del pasado 29 de noviembre en la pequeña cala de es Calò d’en Serral. El ejemplar –con su plumaje de invierno– se mecía en las ondulaciones del agua cerca de la orilla. A primera vista y antes de usar el teleobjetivo de la cámara para observarlo mejor, podía tratarse de alguna gaviota reidora o alguna de las gaviotas que también pasan por las islas en invierno, que son más pequeñas que las comunes. Sin embargo, al contemplarlo más de cerca, se hizo evidente que su aspecto era más de un ave limícola que de una gaviota, aunque pertenecen al mismo orden (caradriformes). También su comportamiento era el de un ave limícola, ya que, entre las ondas de las olas, el animal creaba remolinos nadando en pequeños círculos, una práctica que realiza para atrapar los invertebrados de los que se alimenta y que recuerda a los movimientos que muchas otras limícolas realizan para lograr el alimento, removiendo el limo y el agua en las orillas para hacer salir a insectos y otros invertebrados..

Este año, además de la visita inesperada e inaudita de este falaropo picogrueso, las islas (y otras costas mediterráneas) están recibiendo cantidades inusuales de otras aves marinas y migradoras procedentes de países del norte, como algunas gaviotas, alcas comunes y charranes. Cada año, algunos ejemplares pasan por el Mediterráneo y se detienen en aguas de Ibiza y Formentera, pero esta temporada se están viendo más ejemplares de lo acostumbrado y los expertos se preguntan cuál es la razón. Y una de las hipótesis apunta a que los temporales que se registran en el Atlántico pueden haber empujado a estas aves a desplazarse hacia el Mediterráneo.

Especies

En el caso de observar (y a ser posible fotografiar) un ave que no había sido vista antes en alguna de las islas del archipiélago, es importante comunicar la cita a la sección de ornitología del GOB (Grup Balear d’Ornitologia i Defensa de la Naturalesa) para que la certifique el Comité de Rarezas de Balears. En Eivissa y Formentera, se puede comunicar también al GEN-GOB para que pasen la cita a los expertos. La información contribuye al conocimiento tanto de las especies que pueden verse como de sus pautas migratorias y las alteraciones que puedan producirse por el cambio climático o por otras circunstancias. En cualquier caso, si no se está seguro de la identificación ni del estatus de la especie observada, es preferible tratar de identificarla (existen aplicaciones de identificación muy útiles para ello) antes de enviarla a la sección de ornitología. 

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