Gastronomía de guerra en Ibiza: Quiche de calabacín y bacon

Esta tarta salada es un plato tradicional, muy sencillo de preparar y que admite tantas combinaciones de sabores como ingredientes haya en la nevera

quiche de calabacíny bacon

quiche de calabacíny bacon / Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

La más conocida de las quiches es, sin duda, la lorraine, que en la actualidad conocemos con su relleno de bacon y cebolla. Pero este plato acepta absolutamente todas las combinaciones. Dulces o saladas. Es, además, muy sencillo de preparar. Y rápido, siempre que se tenga masa en la nevera. O que se cuente con los ingredientes para prepararla (200 gramos de harina, 100 de mantequilla y no marearla mucho amasando para evitar que quede dura). Cocinarla da, incluso, menos jaleo que una tortilla y, además, es ideal para aprovechar esos restos de alimentos que rondan por la nevera esperando un final lejos del contenedor de orgánico: una punta de jamón, media cebolla, un calabacín o una berenjena que empiezan a estar pochos, tres tomates secos que no sabemos cuánto tiempo llevan en el fondo del bote de conserva… Unos huevos, nata (animal o vegana), un poco de imaginación y listo. Puede ser un plato principal por sí mismo o un entrante compartido. Se puede servir con ensalada, como acompañamiento de una sopa o con alguna salsa.

Ingredientes

—1 base de masa quebrada (1,69€)

—1 cebolla (0,49€)

—1 ajo (0,05€)

—1 calabacín no muy grande (1,3€)

—150 gramos de bacon (2,1€) o 300 gramos de champiñones (1,65€)

—4 huevos (1,2€)

—200 mililitros de nata (0,6€) o crema de soja (1,4€)

—150 gramos de mozzarella rallada (2,25€)

—Sal y pimienta

—Suez moscada

—Aceite de oliva

—25 gramos de mantequilla (0,8€)

TOTAL: 10,48€ (10,83€ la opción vegetariana) 1,75 o 1,8€ por ración

Preparación:

— Lavar bien el calabacín y rallarlo. Añadirle sal, dejarlo reposar unos minutos y eliminarle el agua. Esto se puede hacer apretando bien con una estameña o con un trapo de algodón extremadamente limpio o, si no, sencillamente apretándolo bien con las manos o contra las paredes del colador.

—Picar la cebolla bien pequeñita y hacer lo mismo con el ajo. En una sartén, sofreírlos con una cucharada de aceite y una de mantequilla. A fuego lento. Hasta que la cebolla quede bien doradita.

—Picar el bacon a trocitos pequeños y añadírselo a la cebolla y el ajo. Dejar que pierda el agua y empiece a dorarse. Parar el fuego y dejar templar.

—Precalentar el horno a 180 grados. Extender la masa quebrada sobre un molde, retirando lo que sobresalga por los bordes. Pinchar el fondo varias veces y hornear durante 15 minutos, más o menos.

—En un bol grande, batir los huevos y agregarles la nata. Salpimentar al gusto. Rallar un pelín de nuez moscada, pero sólo un pelín, que es muy fuerte.

—Agregar a la mezcla el calabacín rallado, la mozzarella y la cebolla con el bacon. Mover ligeramente y rellenar con ello el molde.

—Hornear durante alrededor de media hora a 180 grados. Lo mejor, para saber si está cuajada o no, porque cada horno es un mundo, es pincharla con un palito y cuando éste salga seco, estará.

El toque gourmet:

Para darle un toque especial se puede añadir al sofrito unos piñones, dejando que se tuesten un poco, o unos tomates secos picados a la mezcla final.

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