Coses nostres

La única rana de Ibiza y Formentera

A pesar de la sequía y del clima, un anfibio estrictamente acuático prospera en Ibiza y Formentera gracias a los ‘safaretjos’ mientras que otra especie, el sapo balear, tiende a desaparecer

Rana fotografiada enes Broll de Buscastell.

Rana fotografiada enes Broll de Buscastell. / CAT

Cristina Amanda Tur

Cristina Amanda Tur

El de los anfibios no es, desde luego, un grupo animal muy bien representado en Ibiza y Formentera. Lo cual puede que no resulte extraordinario, dado el clima de las islas y la persistente situación de sequía. De hecho, esta clase de animales, paradigma de la transformación, cuentan con la representación de una única rana y de un solo sapo, y únicamente las poblaciones de la primera prosperan, y lo hacen por la existencia de safaretjos, fantásticos hábitats para toda una diversidad de pequeña fauna, y por su notable capacidad de colonizar cualquier lugar en el que haya agua, incluyendo la fuente del parque de la Paz.

La única rana pitiusa es la especie Rana perezi (o Pelophylax perezi), muy común en España y endémica en la península ibérica y el sur de Francia. Es un anfibio que muestra una diversidad destacable de patrones de manchas y colores entre individuos; a menudo pueden verse juntas ranas verdes y pardas y es fácil pensar que son especies distintas. En todas ellas destaca el intenso color bronce bruñido de sus ojos, la línea clara que cruza su cuerpo recorriéndoles la espalda y unas líneas a los costados –son pliegues laterales– que también son, habitualmente, de tono bronce.

Estrictamente acuática

Con los anfibios de las Pitiusas se da una situación curiosa y que destaca el biólogo Joan Carles Palerm. Y es que esta única rana presente en las islas es una especie estrictamente acuática, que no puede vivir sin agua, y cuyas poblaciones son, a pesar de esta limitación, muy exitosas. Por otro lado, el único sapo pitiuso –un endemismo balear– es un anfibio que se supone muy resistente, capaz de sobrevivir durante meses fuera del agua y del que existen referencias de que, hace apenas cincuenta años, podía verse incluso en la ciudad; sus renacuajos (cabots) aparecían en las charcas que se formaban en los socavones de las calles de Puig des Molins, por ejemplo. Y, sin embargo, la rana «está hoy por todas partes» mientras que apenas quedan sapos; el Govern tiene en marcha un proyecto para su reintroducción en Ibiza y un estudio de sus poblaciones. Este sapo, catalogado en peligro en las Pitiusas y conocido como calàpet, es considerado un endemismo balear –una evolución del común sapo verde– desde hace poco más de una década y media y teniendo en cuenta la lentitud con la que los cambios taxonómicos van asumiéndose en la comunidad científica.

LAS AMENAZAS

Las principales amenazas de los únicos dos anfibios citados en las Pitiusas son la pérdida de hábitats por la urbanización, la desaparición del agua por la sobreexplotación y el uso de pesticidas.

Por otro lado, tanto la rana como el sapo de misteriosas poblaciones son especies introducidas antiguamente por el ser humano y naturalizadas en Balears, amenazadas hoy por la excesiva urbanización, la sobreexplotación del agua y el uso de pesticidas. En un trabajo sobre la herpetofauna balear firmado por los investigadores Samuel Pinya, de la UIB, y Miguel A. Carretero, de la Universidad de Oporto, en 2011 (The Balearic herpetofauna: a species update and a review on the evidence) se indica que la rana de agua ibérica «se considera introducida en fecha desconocida probablemente para el control de insectos». Respecto al sapo verde, se señala similar origen y se añade que los ejemplares del sur de Italia, Córcega, Cerdeña y Balears son especie distinta a Bufo viridis; han pasado a ser Bufotes balearicus.

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