Gastronomía de guerra

El primer salmorejo del verano

Pocos platos hay más sencillos de improvisar que un salmorejo: ¿quién no tiene tomates, pan y ajo en casa?

Receta simple de tarta de limón de la abuela: sin azúcar, sin horno y sin batidora

El salmorejo servido ya con huevo y jamón serrano picado.

El salmorejo servido ya con huevo y jamón serrano picado. / M.T.

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Llegan las buenas temperaturas y lo que apetece es empezar a comer cremas y sopas frías, además de ensaladas. Y el salmorejo es una de las preferidas de todo el mundo.

El salmorejo parece muy fácil, pero tiene su miga (en los dos sentidos) si lo que se busca es una crema sedosa y completamente integrada. Para ello, lo mejor es una batidora de vaso que ahorrará pelar los tomates o colar la crema después para conseguir ese efecto seda. Con estas cantidades sale aproximadamente un litro y medio de salmorejo, para entre cuatro o cinco raciones (en función del hambre y de si se consume como plato único o como entrante) que aguanta en la nevera tres días sin problemas.

Preparación:

—Pelar los ajos, quitarles el germen (para evitar que repita) y cortarlos en láminas.

—Lavar muy bien los tomates, ya que no los vamos a pelar. Quitarles el rabito y la parte leñosa que queda justo debajo.

—Cortar los tomates en trozos como del tamaño del pulgar, más o menos. No importa si son desiguales y el tamaño es aproximado, para no ponérselo muy difícil a la batidora. Cuanto más pequeños, menos le cuesta cogerlos.

—Poner en la batidora los tomates y los ajos cortados y batir hasta que estén totalmente integrados. Yo los dejo unos dos o tres minutos a fuerza media.

—Trocear el pan. Lo ideal sería hacerlo con el tradicional pan de telera cordobesa, pero como fuera de Andalucía quizás sea difícil de encontrar, la mejor opción es buscar un pan que tenga una miga densa y que no esté seca. ¡Atención! La tentación, en muchos casos, será aprovechar el pan duro para hacer esta receta. ¡Error! Es posible que por mucho que se triturara se siguieran notando algunos granitos.

—Poner el pan con el tomate, sumergiéndolo bien, y dejarlo entre diez y quince minutos (no pasa nada si se nos va la cabeza, nos olvidamos y se queda ahí media hora).

—Agregar la sal y los granos de pimienta y triturar, hasta que no se distinga el pan. En una batidora de vaso serían unos tres minutos a intensidad media o baja.

—Agregar entonces el aceite de oliva y batir otros cinco minutos. Veréis cómo el rojo se va convirtiendo en el naranja tirando a coral típico del salmorejo.

—Probar con una cucharita y, si hace falta, rectificar de sal, pimienta o aceite. Si os parece muy denso, agregadle un poco de agua y volver a triturar.

—Guardar en la nevera (yo lo meto con un embudo en botellas de agua vacías) hasta que esté fresquito.

—Servir con un poco de huevo y jamón picado.

El toque gourmet:

Aunque lo tradicional es servirlo con huevo y jamón serrano o ibérico, está riquísimo con langostino o gamba cocidos.

[object Object]
  • 2 ajos (0,04€)
  • 1 kilo de tomates (2,99€)
  • 150 gramos de pan (0,5€)
  • 1 cucharadita de sal (0,02€)
  • 10 granos de pimienta (0,03€)
  • 3/4 de un vaso de aceite de oliva (0,80€)
  • 2 huevos duros (0,5€)
  • 75 gramos de jamón (1,5€)

Precio total: 6,38€ (1,59€ por ración)