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Los Sex Pistols: la caótica bomba punk ya es material Disney

Hablamos con el guionista Craig Pearce

(‘Moulin Rouge’, ‘Elvis’), creador de la miniserie ‘Pistol’ sobre el mito punk dirigida por Danny Boyle. La producción se basa en las memorias

del guitarrista cleptómano Steve Jones

Una imagen de la nueva miniserie de Disney.

Como coguionista de casi toda la filmografía de Baz Luhrmann, incluyendo la reciente Elvis, Craig Pearce está más que acostumbrado a releer mitos y realidades desde una cierta irreverencia o, cuando menos, subjetividad. De su serie sobre los Sex Pistols no podía esperarse una página de Wikipedia puesta en imágenes, sino algo tan juguetón, frenético e inconformista como el propio grupo. Una serie como Pistol (Disney+), dirigida por Danny Boyle con la energía punk de Trainspotting.

«Con las historias sobre gente real y hechos reales, la trampa es caer en la hagiografía», explica Pearce por videollamada. «O, simplemente, hacer un documental. Me encantan los documentales, no se crea. Lo que hacen es fantástico. Pero si con tu obra de ficción aspiras a algo como eso, ¿no sería mejor que, simplemente, hicieras un documental?».

La versión del guitarrista

En el caso de Pistol, la subjetividad no proviene tanto de Pearce como de Steve Jones, el famoso guitarrista cleptómano. Pearce y Boyle han tomado como base movediza el libro autobiográfico Lonely Boy: Historias de un Sex Pistol (Libros Cúpula), publicado originalmente en 2017, tres años después de las segundas memorias de John Lydon, La ira es energía.

«Cuando la productora Gail Lyon me presentó su idea de adaptar el libro -recuerda Pearce-, yo estaba trabajando en Elvis en Los Ángeles. Como allí has de conducir todo el tiempo, me acabé decantando por escuchar el audiolibro, que narra el mismo Jones. Y fue su voz lo que me convenció de aceptar el proyecto. Era una voz llena de emoción. Y también era fácil entrever en ella un sentido del humor autoflagelatorio. Me enamoré de Steve Jones oyéndole leer su propia historia».

En la serie, quien pone voz y cuerpo a Jones es Toby Wallace, revelado como punk sin hogar en la película El glorioso caos de la vida. A su lado, completando la banda, Anson Boon como un preciso Johnny Rotten; Jacob Slater como el batería Paul Cook, y Christian Lees como el bajista Glen Matlock, al que después sustituyó Sid Vicious, encarnado por un Louis Partridge (Enola Holmes) lejos de su pulcra imagen de ídolo teen. «Acabaron siendo unos punks de verdad -dice Pearce-. Antes de rodar, hubo un largo proceso de ensayo, sobre todo para los actores que hacían de los Sex Pistols y también para Sydney Chandler, que hace de Chrissie Hynde. Todos los que tocaban debían hacerlo de verdad. Lo que oyes en la serie es su propio ruido».

Además de Partridge, existen otros motivos por los que Pistol podría ser atractiva para zoomers y no solo baby boomers tardíos. Letras como las de God save the Queen («cuando no hay futuro, ¿cómo puede haber pecado?») o Pretty vacant («no creo en las ilusiones, porque demasiadas cosas son reales») resultan hoy tan relevantes como a finales de los 70. «El lema no hay futuro sigue vigente, desde luego», opina Pearce. «Los jóvenes de hoy día se sienten tan desatendidos como los de entonces. El sistema los ha dejado solos frente a una situación económica cada vez más compleja».

Punk en todos los sentidos

Pearce y Boyle querían abrazar la ferocidad simple del sonido punk, pero a la vez construir personajes complejos, matizados, con los que se pudiera empatizar. Pistol es punk sobre todo en su estilo visual: «Lo que hizo Boyle es, claro, leer el guion, sentir una cierta energía y después elevar todo lo recibido a otro nivel. Para mí esta serie tiene un estilo difícil de asociar a nada visto antes. Boyle diseñó un estilo de cámara caótico en respuesta al delirio del punk. Esa energía era algo que yo tuve muy presente en la escritura, pero él supo acabar de explotarla en un formato audiovisual. También ayudó mucho el director de fotografía Anthony Dod Mantle, habitual de Danny y un operador de cámara sin igual».

Aunque la relación de aspecto (4:3, casi cuadrada) remite a los viejos estándares de televisión, «Boyle pensó en Pistol como en una película de seis horas», dice Pearce, para inevitable enfado de quienes creemos en la serialización. Lo arregla diciendo: «Pero a la vez pensábamos en una estructura episódica y en su potencial. Nos referíamos a los episodios como cortes en un álbum, como seis grandes canciones. Cada una de ellas dice algo individual, pero todas forman parte de un conjunto».

John Lydon, contra Disney

A nadie se le escapa la ironía: Disney, corporación mastodóntica donde las haya, financiando una oda a la rabia anti-establishment. Y uno de los más enfadados con el tema es John Lydon, quien intentó en vano, a través de los juzgados, impedir que la música del grupo se empleara en la serie. «Disney ha robado el pasado y creado un cuento de hadas, uno apenas conectado con la realidad», se pudo leer a principios de abril en un comunicado en su web oficial.

«John es un provocador nato», recuerda Pearce. «Y de hecho, lo decepcionante habría sido que la serie le pareciese bien. John es genial cuando se enfada, y se cruza de brazos, y grita. Lo amamos por ello y todo nuestro trabajo es una respuesta a su talento. Quisimos que se involucrara en la serie, pero él ni se dignó a contestar. Es curioso, porque Boyle ya había trabajado antes con él en [la ceremonia de apertura de] los Juegos Olímpicos [de Londres 2012]. No sé qué opinión tiene de la serie. No sé si la ha visto. Tampoco se la hemos enviado».

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