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Sòl d’en Serra, un balneario sobre posidonia

Esta cala pedregosa y escondida, pese a hallarse a corta distancia del núcleo turístico de Cala Llonga, constituye uno de los rincones más solitarios de la costa pitiusa. Al parecer, las impresionantes vistas hacia el macizo de la Mola, en Formentera, no compensan la incomodidad de una orilla de cantos rodados

Vista de Sòl d’en Serra. X.P.

Nunca la sabiduría dice una cosa y la naturaleza otra (Juvenal).

Cuando éramos niños, las orillas de las playas acumulaban montones de posidonia y a nadie parecía incomodarle ni sorprenderle; turistas incluidos. A final de curso, a mediados de junio, solíamos ir de excursión a es Cavallet, ses Salines o cualquier otro arenal importante y los mullidos montículos formados por los restos de esta planta marina nos regalaban horas diversión, enterrándonos en ellos hasta la cintura. Nadie tenía la menor sensación de que aquella materia húmeda, de intenso olor a mar, fuera algo sucio.

Hoy, la posidonia, por natural que sea y pese a los innumerables beneficios que aporta a las playas, se considera un desperdicio. Si no se retira en cuanto despunta la temporada, al consistorio de turno le llueven las críticas por parte de los propios ibicencos, especialmente aquellos que se dedican a la industria turística, aunque en su momento fueron niños y jugaran sobre ella.

La posibilidad de tumbarse sobre el lecho mullido que conforma la posidonia arrastrada por las olas solo puede hallarse en calas rocosas y aisladas, inaccesibles para las máquinas que la retiran. Estas, además, labran la orilla como si fuera un sembrado. No existe sensación más antinatural que tropezarse con una playa recién roturada, pero es la solución actual para recuperarlas del estercolero en el que quedan convertidas tras cualquier jornada intensa de verano. No existe, ni de lejos, suficiente pedagogía al respecto y basta con tumbarse en cualquier cala y fijarnos en lo que ocurre a nuestro alrededor para comprender por qué las playas se encuentran en un estado tan lamentable.

Una de las escasas orillas donde el bañista aún puede acomodarse sobre posidonia seca aguarda más allá de Cala Llonga, entre el Cap des Llibrell y el Clot d’en Llaudis, en Sòl d’en Serra. Ni tan siquiera aparece en la guía turística digital del municipio de Santa Eulària, a pesar de que, aunque la frecuenta un número muy limitado de bañistas, cuenta con un famoso chiringuito situado en el lado oeste de la orilla, que es el único accesible.

El entorno de Sòl d’en Serra, además de los bosques de pinos que coronan montes y acantilados, exhibe campos sembrados que lo alejan completamente de la atmósfera que se respira en el núcleo turístico de Cala Llonga, a tan solo 700 metros. De no ser por este restaurante y balneario, que ocupa unas terrazas escalonadas en la ladera del acantilado, unos metros por encima del nivel del mar, no habría casi nadie. La media luna que esboza la playa se halla poco resguardada y abierta a los embates de las olas, y la orilla apenas alcanza 7 u 8 metros de profundidad. Sin embargo, los días de mar en calma, muy frecuentes en verano, puede observarse con nitidez cómo los cantos rodados de la orilla dan paso a fondos arenosos donde disfrutar de baños apacibles prácticamente en soledad.

En Sòl d’en Serra la posidonia sí constituye la mejor aliada, ya que permite tumbarse cómodamente a tomar el sol, algo que resultaría imposible sobre las piedras que se extienden por cada palmo de la playa. Desde el centro de la orilla y hacia el este, las vistas hacia la isla de Formentera resultan imponentes, con el macizo de la Mola en primer término.

Los roquedales de antaño, definitivamente, constituyen el único entorno apacible que queda en la costa de Ibiza. ¿Por cuánto tiempo?

La clave

CAMBIO DE MODELO

En el entorno de Sòl d’en Serra podemos encontrar fincas payesas y algunos chalets de ibicencos y extranjeros, ocupados por familias. La vecina Cala Llonga, de hecho, era una de las calas más frecuentadas por el turismo familiar europeo, aunque ahora va camino de experimentar un drástico cambio de modelo. Esta temporada, algunos de sus hoteles con mayor capacidad permanecen cerrados porque están en proceso de reforma. Vecinos y comerciantes del entorno explican, con cierta inquietud, que van a incrementar su categoría, para orientarlos al segmento del lujo, con productos de todo incluido para adultos. 

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