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Manu San Félix cuenta la expedición de National Geographic: naturaleza en estado puro

Parque Nacional de Torngat. Manu San Félix, biólogo, fotógrafo y cámara submarino residente en las Pitiusas, relata la nueva expedición de ‘Pristine Seas’ de National Geographic, del que forma parte desde hace más de diez años. El equipo ha arrancado su travesía en Canadá con un ambicioso objetivo: la protección de siete grandes áreas marinas.

Nuestro barco, el rompehielos 'Polar Prince', fondeado en el fiordo de Nachvak, en el parque natural del Torngat. Manu San Félix

A primeros de julio embarcamos en el pequeño pueblo canadiense de Mulgrave en el rompehielos ‘Polar Prince’, de 80 metros de eslora. Tenemos por delante casi ocho semanas de expedición en el Ártico canadiense, hasta finales del mes de agosto. Como todas las expediciones del proyecto ‘Pristine Seas’ de National Geographic, con nuestro trabajo buscamos inspirar para una mayor protección marina en el país y en la región que visitamos, y con ello beneficiar a las poblaciones locales, a través de los mejores resultados para la pesca artesanal y para el turismo, fundamentalmente. Y al mismo tiempo transmitir la necesidad de preservar el patrimonio natural marino amenazado en todo el planeta.

En esta ocasión el objetivo es la creación de siete grandes áreas marinas protegidas desde la costa de la península del Labrador hasta dentro de la enorme bahía de Humboldt, dentro de la cual cabría la península ibérica.

Los bosques de kelp son uno de los ecosistemas submarinos con mayor capacidad de secuestro de carbono en las regiones frías. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

El parque natural del Torngat, buceando rodeados de osos

Hemos pasado las dos primeras semanas buceando para tomar múltiples datos científicos y miles de imágenes en el espectacular Parque Nacional de Torngat. Un paraje muy remoto de 7.500 kilómetros cuadrados. Este parque está en el extremo noreste de la península del Labrador, la cual tiene más del doble de superficie que la península Ibérica y sin embargo una población de tan sólo 150.000 personas. ¿Se imaginan la población de Ibiza viviendo diseminada por toda la península Ibérica? Literalmente estaría casi desierta. Así está Torngat y la península Labrador.

La única forma de llegar aquí es por mar o en helicóptero. Y cuando lo haces, tienes el privilegio de respirar y admirar la naturaleza en estado puro. Es de esos pocos sitios que quedan en el planeta en los que no se observa la huella del hombre.

Osos polares. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

Hemos pasado prácticamente todo el tiempo dentro del fiordo de Nachvak, a resguardo del océano y con buenas condiciones para bucear. Eso sí, con el agua a cero grados, lo que nos obliga a vestirnos con equipo muy pesado para aguantar las bajas temperaturas.

Esas condiciones extremas ya las esperábamos. Lo que no imaginábamos es que los osos iban a condicionar nuestras operaciones de buceo. Es tal su abundancia que más de un día nos han obligado a cambiar las zonas de buceo.

Los peces sculpin nadan entre las muy urticantes anémonas, si cometen un fallo los tentáculos les atrapan y son engullidos. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

En una ocasión me dediqué a contarlos y a las doce y media de la mañana ya habíamos avistado 25 osos polares. Por ese motivo la rutina de cada mañana es que salen los bear guards (“guarda osos”, certificados por el gobierno canadiense) que recorren las inmediaciones de la costa en la que estamos fondeados para localizarlos. A la hora de bucear siempre viene un ‘guarda oso’ armado en la zódiac con nosotros y antes de saltar al agua volvemos a revisar la costa inmediata. No tienen duda de que si un oso nos ve, saltará al agua y vendrá a por nosotros. Ya que son excelentes nadadores y buenos buceadores capaces de hacer presas bajo el agua. Y por supuesto está fuera de los planes de la expedición hacer un solo disparo, ni herir a un oso.

Los peces sculpin nadan entre las muy urticantes anémonas, si cometen un fallo los tentáculos les atrapan y son engullidos. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

Bajo la superficie nos sorprende la vida submarina por su riqueza, diversidad y colorido. Teniendo en cuenta que esta zona hasta hace unos 15.000 años estaba cubierta por el hielo perpetuo. Lo que implica una casi ausencia de luz y por ello muy pocas oportunidades para la vida. En gran parte esa riqueza se debe a estas aguas cargadas de nutrientes. Con sorpresa e incredulidad vemos a los inuit que nos acompañan pescar con facilidad, en minutos y sin cebo muchas y grandes truchas árticas de hasta seis kilos de peso que nadan en la orilla.

La riqueza desconocida de Torngat. La vida recubre el fondo sin dejar un centímetro cuadrado a la vista. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

Por qué debemos proteger el océano

Durante siglos los océanos han sido muy importantes para el ser humano, sobre todo como fuente de alimento. Hemos llegado a la época actual extrayendo recursos de mares y océanos sin apenas preocuparnos por el futuro y ahora nos damos cuenta de que el medio marino está sobreexplotado y contaminado. Estamos transformando su composición química añadiendo ingentes cantidades de CO2 y lo estamos sobrecalentando.

La riqueza desconocida de Torngat. La vida recubre el fondo sin dejar un centímetro cuadrado a la vista. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

Todo esto es una actuación nada inteligente ya que si hay vida en este planeta es porque tenemos agua y por ello debemos preservar la integridad de los océanos del mundo. Precisamos que estén sanos ya que regulan el clima y nos aportan el oxígeno para que podamos vivir, en definitiva nuestra vida y la de generaciones futuras depende de ellos. La salud de los océanos es nuestra salud.

Parque Nacional de Torngat, Canadá. Manu San Félix - 'Pristine Seas' National Geographic

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