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¿Sólo un día internacional libre de bolsas de plástico?

Un pequeño recordatorio sobre la importancia de nuestras acciones individuales ante el impacto que ya estamos teniendo en el planeta

Balas de plásticos en Ca na Putxa. Ayelén Alonso

Hay productos de un solo uso que entendemos que cueste mucho, quizá demasiado, eliminar de nuestras vidas. Vamos al supermercado y todo está envuelto en envoltorios de plástico; si dices que no quieres pajita porque -además de estar prohibida por Ley- no quieres generar más residuos, a veces parece que fueses algo fuera de lo común; y llevar tu tupper a un comercio para rellenarlo en ocasiones es toda una odisea. Lo dicho: el camino hacia la reducción de residuos es complicado, lo sabemos.

Sin embargo, hay un producto que no nos entra en la cabeza que no desaparezca y lo eliminemos por completo de nuestras vidas. ¿Suena radical? Quizás, pero es que estamos hablando de un producto que tiene una vida media de tan solo 12 minutos pero que tarda en degradarse décadas en el mejor de los casos, y, sin embargo, es utilizado cada día. Hablamos de las bolsas de plástico.

Si a la lamentable situación previa le sumamos la generada a causa de la pandemia COVID-19, nos encontramos con un sistema que promueve los plásticos de un solo uso como única solución, casi para todo. La crisis sanitaria ha incrementado el uso de este tipo de productos y la consecuencia ha sido obvia y visible para todos: mascarillas que puedes encontrar por cualquier parte, productos desechables para cualquier cosa, guantes, monodosis, y por supuesto, más bolsas de plástico.

Pese a las restricciones impuestas por la Ley balear que permiten las bolsas muy ligeras de plástico si son compostables para artículos frescos de alimentación y las reutilizables (las más gruesas, de al menos un 50% de plástico reutilizado) siempre que se cobren, seguimos viendo día sí, día también, como se suministran bolsas de plástico.

Mucha gente se pregunta cuál es el problema de las bolsas de plástico reutilizables o compostables: «Si tienen ese sello de compostabilidad, deberían de compostarse adecuadamente y las reutilizables deberían cumplir con dicha función… ¿no es así?»

Pues bien, la realidad es que las bolsas gruesas de plástico reutilizables y ligeras compostables siguen agravando una situación que ya es insostenible. en la cual, seguir usando envases de usar y tirar no puede seguir siendo una opción. Por eso, las bolsas de plástico biodegradable o compostable no son la solución ya que continúan fomentando el sistema lineal de producir, usar y tirar.

Además, la palabra bio, se usa en muchas ocasiones de forma engañosa ya que muchos de los productos marcados como biodegradables o compostables siguen teniendo hasta un 75% de plástico en su interior, y solo se degradan en situaciones industriales que requieren de altas temperaturas que difícilmente se dan en la naturaleza. Por eso defendemos que no tiene mucho sentido sustituir el plástico… por más plástico.

Además, compostar un elemento de plástico conlleva un peligro extra. En muchos casos estos productos están fabricados con componentes nocivos y tóxicos, que al degradarse y compostarse de manera industrial se mezclan con el compost obtenido. Si nuestro objetivo después es fomentar la economía circular y ofrecer ese compost para su uso, realmente lo suyo sería que no contenga ningún elemento tóxico.

¿Sólo un día internacional libre de bolsas de Plástico?

Y si lo que buscamos es potenciar la economía circular, tampoco tiene sentido fomentar el uso de este tipo de bolsas si lo que buscamos es un futuro realmente sostenible. A todo el mundo le gusta ponerse la etiqueta de verde y sostenible pero, seguir utilizando según que alternativas, dista mucho de cumplir lo que buscamos: una isla con un futuro real, basado en el equilibrio y en el que el medioambiente sea protagonista. Y para ello, debemos implicarnos todos y todas.

Esa es precisamente la clave del asunto que nos ocupa: o todos los actores que formamos parte de la sociedad se implican de forma activa, o nos vamos a encontrar con un futuro cada vez más complicado de gestionar. Porque, lamentablemente el futuro ya está aquí: hace dos semanas nos daban la noticia de que por primera vez en la Historia, han nevado partículas microplásticas en la Antártida. Si esto no hace que nos salten todas las alarmas, quizá lo haga que ya se hayan encontrado partículas de plástico en nuestra sangre, en concreto 1,6 microgramos por mililitro. El plástico incluso aparece en las placentas en las que van creciendo los bebés que, si todo sigue así, tendrán que vivir en un planeta muy poco habitable. Es decir, nuestro presente insostenible va a comprometer la calidad de vida de las futuras generaciones. Si no hacemos nada, ese será nuestro triste legado a los hijos y las hijas del mañana.

Por todo ello, creemos que merece la pena promover urgentemente un cambio real, pero sobre todo, una concienciación auténtica. Instituciones, empresas y ciudadanía deben ir de la mano para conseguir un sistema auténticamente sostenible.

Ni todo el peso de esta responsabilidad debe recaer en las leyes, no solo en la ciudadanía. Sin embargo, la acción debe llegar desde todos los flancos, por un lado, las leyes deberían prohibir definitivamente determinados productos si realmente quieren proteger el entorno en que vivimos, y, por otro, las personas debemos hacer un trabajo de transformación hábitos diario y consciente. Sin olvidar, la enorme responsabilidad que en la contaminación por plásticos tiene la industria y la empresa privada ya que 20 empresas son las responsables de producir más de la mitad de los residuos plásticos de un solo uso que se producen en todo el mundo. También la industria tiene que llevar a cabo un ejercicio de responsabilidad que los y las consumidoras debemos exigir.

Unas Pitiusas sin plásticos  de un solo uso

El 3 de julio de cada año se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, un día que nos gustaría no tener que marcar en nuestros calendarios. Los objetivos marcados para este día son concienciar a la ciudadanía para reducir y eliminar las bolsas de plástico, en concreto las de un solo uso.

El plástico proviene del petróleo, que es un material fósil que provoca en su transformación una gran contaminación en el planeta. Al tratarse las bolsas de un elemento que podemos obtener de manera fácil y sencilla, se han convertido en un problema que se encuentra presente en todos los ámbitos del entorno que habitamos, incluyendo la naturaleza. También se han introducido en la cadena trófica y es uno de los elementos más presentes en los estómagos de los animales marinos, que mueren asfixiados al ser incapaces de digerirlas. 

Hablamos de una transformación que implica interesarnos por qué compramos, fomentar el producto local y utilizar todas esas alternativas auténticas que ya existen para usarlas a nuestro favor. No se trata depasar de la bolsa de plástico a la bolsa de papel, de pasar de contaminar los océanos o seguir talando bosques. La idea es comprender que tenemos de todo a nuestro alcance para fomentar un nuevo sistema mucho más circular y que para ello solo tenemos que esforzarnos y empezar a ser responsables

No podemos permitirnos seguir generando nuevos materiales sin parar. Debemos utilizar los que ya tenemos, debemos reducir nuestros residuos y reutilizar. Y estas no son simples palabras de una alianza ecologista como Plastic Free, son las palabras de la comunidad científica, de personas expertas y, también, de los trabajadores y trabajadoras de Ca na Putxa en Ibiza. El acuerdo es unánime: no podemos seguir abusando de las materias primas.

A veces la solución no es comprar algo nuevo, a veces tenemos todo lo que necesitamos en nuestras propias casas. Seguro que tú también tienes una de esas bolsas reutilizables de tela que desde hace tiempo se entregan en muchos establecimientos. Utilízala.

Piensa que 12 millones de toneladas de plástico entran cada año en los océanos y que no podemos permitirnos seguir formando parte del problema Ya no hay excusas, porque ya no hay tiempo.

Plastic Free Ibiza y Formentera es un movimiento consolidado desde el 2018 y promovido por IbizaPreservation. Se compone de 14 organizaciones locales sin ánimo de lucro, que tienen como objetivo preservar el medio ambiente de las Islas Pitiusas, centrándose en la grave problemática de la contaminación por plástico. Más en plasticfree.es

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