Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entender + con la historia

La ansiedad nuclear de Hulk

En 1962 apareció el primer cómic de Hulk, uno de los personajes más emblemáticos de Marvel y que es muy útil para entender los miedos de la sociedad americana de esa época, cuando parecía que se acercaba el fin del mundo

El primer número de Hulk. EPC

Hace 60 años que Bruce Banner se convirtió en Hulk por primera vez. No es casualidad que ocurriera en 1962. Y de hecho ayuda a hacerse una idea de cuál era la sensación que tenía la sociedad estadounidense durante la Guerra Fría.

Como la mayoría de superhéroes de la factoría Marvel, este también surgió de la colaboración entre Jack Kirby y Stan Lee. La biografía del personaje comienza cuando el físico Bruce Banner intenta salvar a un compañero de laboratorio durante un experimento fallido con un arma nuclear. A causa de eso el científico queda expuesto a los rayos gamma, un tipo de radiación muy potente que en la vida real tendría efectos devastadores para el cuerpo humano pero que en el Universo Marvel provoca una espectacular mutación física a nuestro protagonista. A partir del momento del accidente, cuando Banner es sometido a una situación de tensión o se enfada no puede evitar transformarse en Hulk... o, como lo llamamos aquí durante muchos años, en la Masa, que es como se tradujo inicialmente.

Para crear este personaje, Lee y Kirby no hicieron otra cosa que inspirarse en lo que flotaba en el ambiente. Las tensiones de la Guerra Fría no paraban de aumentar y parecía que la cosa iba a acabar mal. En 1959 Fidel Castro había hecho la revolución en Cuba y tenía el apoyo de la Unión Soviética. A su vez, Estados Unidos instalaba armamento balístico de largo alcance en bases europeas apuntando al bloque comunista y en Berlín, en 1961, se construía el Muro que dividiría la ciudad durante casi tres décadas.

Y si esto ocurría en el ámbito internacional, en la esfera doméstica, la política estadounidense estaba monopolizada por la lucha anticomunista y las informaciones sobre el desarrollo de las armas nucleares. La sensación de que un conflicto a nivel mundial era inevitable caló en la sociedad norteamericana hasta tal punto que en las escuelas se enseñaba a los niños cómo protegerse en caso de sufrir un ataque atómico mientras estuvieran en el colegio. La sensación de psicosis colectiva era tal que los expertos han definido aquellos años como los de la era de la ansiedad nuclear. Y Hulk fue el personaje de ficción que lo simbolizó en el mundo de la cultura popular. Al fin y al cabo, era un científico que no había sabido controlar la energía que manipulaba y esto había provocado un accidente de consecuencias terribles. Aquel monstruo descontrolado, incapaz de medir su fuerza, era una magnífica metáfora de lo que sentían muchos adolescentes y jóvenes americanos de los 60.

La crisis de los misiles de Cuba

Por si fuera poco, a los cinco meses de que el público conociera a Hulk, se vivió la crisis de los misiles de Cuba. En octubre de 1962 la CIA detectó que Moscú estaba construyendo una base para proyectiles nucleares en la isla. La URSS lo hacía como respuesta al despliegue militar de Washington en Europa y a los intentos de la Casa Blanca de derribar el régimen castrista con la invasión de Bahía Cochinos. Entre el 16 y el 28 de octubre las dos potencias flirtearon peligrosamente con la declaración de la tercera guerra mundial y la destrucción del mundo tal y como lo hemos conocido. Finalmente, la situación se recondujo y ambos bandos hicieron concesiones para rebajar las tensiones.

Mientras tanto la vida de Hulk fue avanzando viñeta tras viñeta y se incorporó a los famosos Avengers, que viven ahora una segunda época dorada gracias a su adaptación cinematográfica. Durante todo este tiempo, Bruce Banner y Hulk han continuado gozando de popularidad seguramente porque, como reconoció el propio Stan Lee, buscó inspiración en arquetipos de la ficción universal como el desdoblamiento de personalidad y el científico loco que ya habían inspirado a clásicos como el doctor Frankenstein de Mary Shelley y el doctor Jekyll y Mister Hyde de Robert Louis Stevenson. Ellos, al igual que Hulk, también encarnaban los miedos de su época. De la misma forma que las generaciones actuales también crearán sus personajes y sus historias para expresar los temores de nuestro tiempo, que viendo la situación de la política internacional tampoco es para saltar de alegría.

El color verde

Inicialmente, Hulk era gris. Sus creadores buscaron un color neutro no identificable con ninguna etnia concreta. El problema era que, al entintarlo, nunca quedaba uniforme, y se decidió pintarlo de verde. Por eso en la portada del primer número es gris. Y, además, puede apreciarse la semejanza evidente con el Frankenstein cinematográfico de Boris Karloff.

Compartir el artículo

stats