Diario de Ibiza

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Aquellas orillas que se convirtieron en perlas

En los años setenta y ochenta, varios restauradores decidieron establecer sus negocios en algunas de las calas más aisladas y peor comunicadas de Ibiza. En aquellos principios no eran pocos los que dudaban de su éxito, pero hoy regentan los establecimientos más exclusivos y alejados del mundanal ruido de la isla

Imagen tomada desde la ribera de es Xarco. X.P.

Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo. (Lord Byron)

Si se observa con atención la evolución de la isla en los últimos treinta o cuarenta años, pueden alcanzarse conclusiones asombrosas que, en origen, nadie sospechaba. Una de las grandes paradojas de Ibiza, en este sentido, es el importante valor e interés que hoy en día concentran algunas de las calas más abruptas y recónditas, en cuyas riberas se asientan negocios prósperos.

Ciertos restaurantes y chiringuitos, por ejemplo, hoy representan el paradigma de la calidad y están considerados entre los más exclusivos de la isla, pese a asentarse en retirados cantizales que, en el transcurso de décadas, solo han sido accesibles mediante intrincadas sendas, únicamente aptas para conductores serenos y audaces. Con los años y aunque hay excepciones, estas orillas rebuscadas han visto mejoradas sus comunicaciones, pero, aun así, resultan menos abordables que la inmensa mayoría de playas.

Cuando estos negocios se pusieron en marcha, no eran pocos los vecinos que manifestaban su escepticismo sobre sus posibilidades de éxito, al hallarse tan retirados y exentos de comodidad para los bañistas. Los años, sin embargo, no solo han acabado dándoles la razón, sino que hoy sus establecimientos figuran entre los que mayor demanda tienen. De hecho, gestionan las listas de espera más largas. Tal vez sí exista una justicia universal e invisible, que con el tiempo compensa al que se sacrifica y arriesga por encima de la media.

En la costa de Sant Josep encontramos magníficos ejemplos. Quien haya descendido hasta es Torrent, cuando la reluciente carretera de asfalto no era más que un camino abollado con una pendiente formidable, entenderá este razonamiento. Y lo mismo aquel que haya conducido hasta ses Boques por esa cuesta milagrosa o sorteado las grietas que atravesaban el paso desde Porroig hasta es Xarco, igual de profundas que si las hubiese producido un terremoto. Y podemos encontrar otros muchos ejemplos repartidos por el resto de la isla, como los chiringuitos perdidos de Sant Joan (Cala Xuclar, es Pas de s’Illa…).

Esta evolución demuestra que, al final, el cliente repetidor y con alto poder adquisitivo, que es un buen conocedor de la isla y valora la cultura local y la gastronomía heredada de payeses y marineros, lo que más le atrae es la exclusividad de estas calas de piedra, que serán más incómodas que las de arena, pero se hallan libres de invasiones y ruidos, y su agua es más clara que ninguna otra. Para ellos, las auténticas ratoneras, hoy por hoy, son las orillas multitudinarias de las grandes playas, de las que huyen como de la lepra.

Dichos rincones comenzaron sin luz ni agua, trabajando con generadores y atendiendo a los clientes en rústicos chiringuitos de madera, que con el tiempo fueron evolucionando, a costa de combatir muchas más adversidades que la competencia de los arenales. Hoy, salvo la orilla abrupta, cuentan con las mayores comodidades y la misma sensación de soledad y aislamiento de antaño. Alguno hay que ha cedido a la tentación de transformar el viejo negocio en un beach club o se lo ha acabado cediendo por un potosí a un foráneo que así lo pretendía, pero la mayoría siguen ocupando los más apacibles roquedales de Ibiza. En esta isla no existe mayor valor al alza que la tranquilidad.

La clave

La imagen que ilustra esta página está tomada desde la ribera de es Xarco, al final del invierno, cuando los barcos aún no han fondeado frente a es Jondal, la cala vecina, y formado una barrera que impide disfrutar de una panorámica completa del horizonte. En el centro de la imagen, la punta des Jondal, con su singular abertura, y medio difuminado, el perfil de la isla de Formentera, casi a tiro de piedra. 





Xescu Prats es cofundador de www.ibiza5sentidos.es, portal que recopila los rincones de la isla más auténticos, vinculados al pasado y la tradición de Ibiza

 

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