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Las nuevas ‘historias para no dormir’

Vicky Luengo protagoniza el relato ‘El doble’. Los directores Rodrigo Cortés, Paco Plaza, Paula Ortiz y Rodrigo Sorogoyen versionan las historias de Chicho Ibáñez Serrador

Los directores Rodrigo Cortés, Paco Plaza, Paula Ortiz y Rodrigo Sorogoyen, en Sitges. | RICARD CUGAT

Por fin se extiende por aquí el resurgir de la serie antológica de terror y suspense, formato idóneo para el desarrollo de nuevos e inquietos talentos o, por qué no, como sucede en estas nuevas Historias para no dormir, la confirmación de algunos ya conocidos. Rodrigo Cortés, Rodrigo Sorogoyen, Paco Plaza y Paula Ortiz, cuatro directores importantes del cine español reciente, se han prestado a reexplorar premisas conocidas del clásico de Chicho Ibañez Serrador en una serie que ha podido verse en Sitges antes de su estreno en Prime Video el próximo 5 de noviembre y, seis meses después, en TVE.

las nuevas ‘historias para no dormir’ | INSTAGRAM POR JUAN MANUEL FREIRE sitges

«Han llamado a cuatro directores de cine para que hiciéramos cine», apunta Cortés, director de Buried o Luces rojas, casi como todavía sorprendido por la apuesta. «El adjetivo cinematográfico se usa con ligereza, se promete para casi todo lo que se hace. Pero si algo diferencia al cine de la televisión, es la apuesta por el lenguaje visual. Y hemos tenido la inclinación de apostar de forma decidida por ello: jugando duro con la luz, con el corte, con los subtextos actorales, etcétera».

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Cortés se encarga de escribir y dirigir (y montar y poner canción a) La broma, una visión cotidianamente noir del triángulo de crueldad formado por un bromista insufrible (Eduard Fernández), su despegada esposa (Nathalie Poza) y su colega de trabajo (Raúl Arévalo) con artimañas ocultas. De trama simplificada a la vez que mayores complejidades morales, avanza de forma implacable hacia un nuevo final. «No creía que tuviera mucho sentido hacer una traslación literal de la historia original», explica Cortés, también coguionista del episodio de Ortiz. «Me interesaba crear una historia más atmosférica, más afilada. Que si alguien tuviera la tentación de querer a otro, ese amor nunca se viera sobrepasado por el que sienten por sí mismos».

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Ibáñez Serrador y su guionista habitual Luis Peñafiel (es decir, el propio Chicho) alternaron entre argumentos propios y premisas tomadas prestadas a autores como Ray Bradbury, Edgar Allan Poe o Robert Arthur (La broma). Del primero adaptó, por ejemplo, Marionetas, S.A., rebautizado como El doble para una intriga conyugal y tecnófoba propia de La dimensión desconocida.

Un ‘thriller’ romántico

En su soberbia adaptación al cine (esto puede ser la película española del año), Sorogoyen (El reino, la serie Antidisturbios) profundiza en la parte conyugal: más que una parábola moral sobre los peligros de la clonación, su aportación es un estudio electrizante de los misterios de pareja, de lo imposible de conocer realmente a la persona con quien duermes. «Cuando era más joven, mis referentes cinematográficos y todo lo que quería hacer eran películas de parejas. Mi coguionista Daniel Remón y yo nos hemos esforzado en hacer un thriller romántico: estudiar a esa pareja [David Verdaguer y Vicky Luengo, enormes] y hacerlo en modo de thriller. Muchas veces la vida en pareja puede ser un thriller».

Tanto La broma como El doble pintan el amor como literal campo de batalla. El segundo es aún más deprimente por desarrollarse en un mundo futuro bastante parecido al de 2020-2021 en al menos un aspecto: todavía no nos hemos librado de las mascarillas. En parte por no ver más mascarillas, Paco Plaza (la saga REC, Verónica) decidió volver atrás en el tiempo con Freddy, relato ficticio de un rodaje de Chicho, ese Chicho que a principios de los 80 introducía la nueva temporada de Historias para no dormir despotricando de los rodajes en vídeo y de los indignos recursos que le había tocado manejar.

«Me encanta la presentación de Freddy, en la que manifestaba su insatisfacción por el resultado conseguido», explica Plaza, buen conocedor de Chicho por haber trabajado en el proyecto Películas para no dormir. «Me gustaba la idea de ayudarle a reivindicarse y a protestar por las condiciones en que trabajaba. Pero quizá, sobre todo, rendir homenaje a esa figura pública tan icónica. Tampoco hay tanta gente que haya visto sus dos películas. A Chicho se le conoce más como el señor del Un, dos, tres..., de las presentaciones de Mis terrores favoritos... Aquella mezcla de humor socarrón y género. Quería recoger esa esencia y ponerla en pantalla». Lo que no quiere decir que aquí falten un aparente ventrílocuo (Miki Esparbé) o un muñeco diabólico, eso sí, más parecido al Fats de la película de culto Magic que al viejo Freddy.

A la directora Paula Ortiz (De tu ventana a la mía, La novia) corresponde el difícil desafío de rehacer el icónico El asfalto, Ninfa de Oro al mejor guión en Montecarlo en 1966. A partir de un guion de Rodrigo Cortés y Manuel Jabois, Ortiz relata la historia de un repartidor de comida (esos ahora ubicuos riders), Baldo (Dani Rovira), cuyos planes de acompañar a su mujer Ruth (Inma Cuesta) durante una ecografía se tuercen cuando sus pies quedan atrapados en el asfalto.

Solos en un mundo veloz

En su adaptación, Ortiz reconduce aquella idea inicial tan existencial (el drama de ser ignorado mientras desapareces) a nuestro momento, «a la materialidad de hoy, de una calle de cualquier ciudad, de un hombre que trabaja en un trabajo de hoy», en sus palabras. Por el camino, la cineasta transita entre géneros: «Empieza como comedia romántica costumbrista, pasa a la comedia negra o absurda y acaba en una historia de amor muy trágica entre dos personas que no se van a volver a ver». Prepárense un buen té de pasiflora.

En su adaptación al cine de El doble, Sorogoyen profundiza en la parte conyugal. «Nos hemos esforzado en hacer un thriller romántico, estudiar a esa pareja», protagonizada por David Verdaguer y la actriz mallorquina Vicky Luengo.

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