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Llibres il·lustrats

Sapiencia ilustrada para una pescadilla que se muerde la cola

Después del éxito de la edición original, lLega ahora la versión ilustrada de Sapiens de Yuval Noah Harari

Ilustración de Marc Masmiquel. POR Marc Masmiquel Mendiara

Apreciado lector, usted no es ni más ni menos que un Homo sapiens (“hombre sabio”), pero no digo que lo sea literalmente, sino que esa es la manera de identificarnos como primates de la familia de los homínidos. Se cuenta que los seres humanos poseemos capacidades mentales, podemos inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas enredadas, desarrollamos matemáticas, escritura, música y tecnología, que no es otra cosa que rizar el rizo de hacer fuego elevado a un exponente de complejidad alta. Además, somos sociales, capaces de imaginar, transferir e instruirse mediante conceptos totalmente abstractos. En realidad, ese potencial lingüístico es una invitación a marear la perdiz. Y por este motivo muchos argumentos son como un pez que se muerde la cola, nos autorreferenciamos y llegamos a conclusiones de lo que previamente hemos definido como lógico y coherente.

Yuval Noah Harari con la ayuda visual de Daniel Casanave nos permiten recorrer en versión gráfica un ensayo histórico de lo más jugoso. La historia reciente en imágenes, diferenciando la revolución cognitiva, la revolución agrícola, la unificación de la humanidad y la revolución científica. Un viaje que comienza en la Edad de Piedra y nos lleva a la actualidad.

La tesis clave de Harari es que nuestra familia Homo sapiens controla el mundo porque somos el único animal que puede cooperar de un modo dúctil y adaptable en gran número a gran escala. Pero ¿cómo lo hacemos? Gracias a la capacidad de creer en constructos que imaginamos: dioses, naciones, dinero, ética.

Ilustración de Marc Masmiquel.

La cooperación humana a gran escala para este historiador se fundamenta en una ficción. Su radical posición arguye que tanto las religiones, las diversas estructuras políticas, nuestras redes comerciales y las sacrosantas instituciones jurídicas son pura ficción, una construcción creada, inventada e imaginada. Sus explicaciones son de modo telegráfico muy llamativas, pues explica temas universales de un modo original y sintético. Somos animales con una capacidad de cooperar a gran escala, gracias a los mitos creados y compartidos del triunvirato del dinero, el imperio y las religiones. También hijo de su tiempo, Harari profesa una fe manifiesta en que simbólicamente nos estamos convirtiendo en dioses como consecuencia de la revolución científica y la capacidad de superar las fronteras físicas de la atmósfera. Animalitos capaces de salir de su planeta (tras dejarlo hecho uno zorros, sea dicho).

En síntesis, hemos ido creando ideas que justifican nuestros actos, normas y creencias, hasta que nos hemos envuelto en una argumentación que previamente definimos. La pescadilla argumental es una de las que más nos gustan, también se conoce como uróboro. Un símbolo interesante… una serpiente que engulle su propia cola y que forma un círculo con su cuerpo. El ciclo eterno de las cosas, el panta rei, el esfuerzo eterno, la lucha eterna, o el esfuerzo inútil, Sísifo en vena, pues nos guste o no el ciclo siempre se reinicia, el día de la marmota se repite. Sapiens (en esta versión ilustrada y aligerada) nos recuerda que somos una tribu, endiosada y enferma de soberbia, probablemente el peor de los males, por delante de pandemias y sandeces. Pero hay esperanza, quizá la sabiduría surja cuando rompamos los ramplones motivos económicos que consolidan las ficciones contemporáneas del capitalismo imperial (o corporativo) y la miopía ecológica. Si sucumbimos a la hecatombe climática seremos sin duda Homo Stupidus.

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