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Coses Nostres

Cuando Ibiza se transforma en Marte

En los dos primeros meses del año, las calimas provocadas por la llegada de polvo sahariano han sido intensas y persistentes en las islas, dejando paisajes anaranjados, soles apagados, noches rojas y un descenso notable de la visibilidad 

Vila los días de la pasada semana en que se vio envuelta por una nubede polvo sahariano. CAT

Terraformar es el verbo que se emplea para describir los procesos hipotéticos mediante los que un planeta podría convertirse en un lugar habitable para los seres de la Tierra. Es decir, significa darle forma de Tierra a un planeta o incluso a un asteroide, un satélite natural o cualquier otro cuerpo celeste. El término terraformación suele emplearse, preferentemente, al hablar de Marte, ya que tal planeta resulta ser el objetivo más inmediato de la actual carrerra espacial. Sin embargo, no existe ni verbo ni sustantivo que defina el proceso inverso. No hay una palabra que describa qué pasaría si fuera un planeta como la Tierra el que tomara el aspecto de Marte. Y quizás valdría la pena buscar un término que pudiera usarse, al menos de manera informal, cada vez que los vientos nos traen el polvo en suspensión del Sáhara, un polvo que aplaca la intensidad del sol, borra las sombras y enrarece el cielo confiriéndole un aspecto anaranjado que recuerda a la imagen que todos tenemos de Marte. 

LLUVIAS DE BARRO

Cuando la Agencia Estatal de Meteorología advierte de que se acerca una columna de polvo del Sáhara hay que evitar dos actividades, lavar el coche y limpiar los cristales de la casa. Si el polvo en suspensión coincide con precipitaciones, éstas serán, inevitablemente, de barro. Y por estas cosas vale la pena estar informado de las predicciones meteorológicas. 

Aunque los meteorólogos suelen destacar que éste no es un fenómeno habitual, lo cierto es que no ha sido extraordinario en los últimos meses en las islas del Mediterráneo occidental. Este mes de febrero, en concreto, ha sido intenso en calimas naranjas que se han transformado en noches de cielos rojos. Las últimas, especialmente agudas, llegaron además menos de dos días después de que la NASA lograra depositar en el Planeta Rojo el rover científico ‘Perseverance’. Como si el Universo nos mandara un mensaje, tras el éxito de la misión espacial una columna de polvo a baja altura se adentró en el Mediterráneo y cubrió las islas de este particular agente naranja que da la sensación de detener el tiempo, aplacar al sol y excitar a las gaviotas. Como explican desde la Agencia Española de Meteorología (Aemet), estas partículas en suspensión reducen la calidad del aire y la visibilidad; lo primero puede resultar perjudicial para las personas con problemas respiratorios y lo segundo ser un inconveniente para la aviación y para los navegantes.

Por otro lado, también hay que destacar que el polvo africano circula por el planeta acompañado de una gran riqueza en minerales, y en algunos países con selvas tropicales llevan años estudiando la beneficiosa incidencia del polvo en la aportación de nutrientes perdidos en suelos agotados por continuas lluvias. De hecho, hace cinco años, precisamente científicos de la NASA usaron el satélite ‘Calipso’ para mostrar la gran cantidad de polvo –cargado de fósforo– que llega cada año desde el Sáhara al Amazonas y confirmar que gran parte de la riqueza vegetal de las selvas tropicales de Sudamérica depende de los fertilizantes de la polvareda africana. Más recientemente, otro estudio, menos alentador y llevado a cabo por investigadores del Instituto Indio de Tecnología de Madrás, han relacionado las arenas africanas con un más rápido deshielo de las cimas del Himalaya. 

El efecto fertilizador de la calima en el Mediterráneo sería tal vez un buen tema de estudio. Mientras tanto, el fenómeno ofrece al menos posibilidades interesantes –posibilidades marcianas– a los fotógrafos por el cambio de luz, los tonos calientes, el sol apagado y el efecto que produce la turbiedad de aquello que se encuentra en planos más alejados. Es similar a la niebla pero tendiendo más al infrarrojo que al ultravioleta. Es la sensación de que la Tierra se está marteformando. 

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