Naciones Unidas designó el primer lunes de octubre como Día Mundial del Hábitat para recordarnos que todos tenemos el poder y la responsabilidad de dar forma al futuro de nuestras comunidades. Por eso, el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation se ha sumado este año también a la conmemoración, el lunes 5 de octubre, del Día Mundial del Hábitat 2020 cuyo lema es 'Vivienda para todos: Un mejor futuro urbano.'

Como sabemos, la vivienda es un derecho humano fundamental, y ha sido clave en la lucha contra la pandemia de Covid-19. Sin una vivienda adecuada, es prácticamente imposible llevar a cabo el distanciamiento social y las buenas prácticas de higiene. Y precisamente en Ibiza, la cuestión del alojamiento es un asunto realmente delicado, por lo que ahora, más que nunca, es imprescindible ponerse a trabajar para establecer mecanismos que garanticen el acceso a la vivienda en la isla.

En este sentido, el Día Mundial del Hábitat 2020 presenta la oportunidad de participar en un debate global en el que Ibiza comience a posicionarse del lado de las recomendaciones de ONU-Hábitat de situar a la vivienda en el centro del desarrollo sostenible. Y para ello, el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation pone su granito de área ofreciendo los datos en materia de vivienda que recoge su último Informe de Sostenibilidad, cuyos datos corresponden a 2019. Así, si nos fijamos en la evolución del valor medio de los bienes inmuebles urbanos entre 2006 y 2019, ésta pone de manifiesto un aumento del valor de todos los tipos de bienes durante dicho periodo.

Bienes de uso residencial

El valor medio de los bienes de uso residencial (el 59,58% del total de los bienes inmuebles de la isla) ha crecido desde los 47.679,83 € a los 93.674,16 €; es decir, un aumento del 96,46% en 13 años. Solo respecto del año anterior, este crecimiento fue en 2019 del 0,67%. En el mismo periodo, el valor catastral total en la isla de Ibiza ha crecido en un 105,7% siendo este crecimiento menos brusco desde 2012. Así, en 2019 este valor fue un 0,9% superior que en 2018.

Y en este contexto, el precio de compra de la vivienda aumentó paulatinamente en todos los municipios de Ibiza desde 2006 hasta 2016, momento de inflexión en el que el aumento del precio de compra se disparó muy significativamente con aumentos del 47,3% en Vila, 59,3% en Sant Antoni de Portmany, 65,4% en Sant Joan de Labritja, 56,17% en Sant Josep de Sa Talia, y del 49,09% en Santa Eulària des Riu.

Por su parte, Sant Joan es el municipio en el que el aumento del precio de la vivienda ha sido más alto, llegando a situarse en 2019 como el municipio con una vivienda más cara en régimen de compra, seguido de Vila, Sant Josep, Santa Eulària y Sant Antoni, municipio que durante todo el periodo se mantiene como el territorio más económico. En lo referido a la variación interanual, 2019 no supuso grandes diferencias del precio de la vivienda respecto del año anterior y se reflejaron oscilaciones mínimas que incluyeron dos descensos de precio, en Vila del 2,4% y en Sant Josep del 0,8%, y ascensos del 0,5% en Sant Antoni, del 2,4% en Santa Eulària y del 7,1% en Sant Joan.

En lo que se refiere al precio del alquiler, en la isla de Ibiza podemos observar significativas subidas y bajadas cíclicas correspondientes a la diferencia de precios entre la temporada turística y el periodo invernal.

A partir de 2012 no sólo se observa un crecimiento del precio del alquiler, sino que vemos cómo la diferencia de precios entre temporada alta y baja es mucho más marcada.

Si bien esta diferencia durante 2011 y 2012 no estaba tan marcada, a partir de dicho año, no sólo se observa un crecimiento evidente del precio del alquiler en todo el periodo estudiado, sino que vemos cómo la diferencia de precios entre temporada alta y baja es mucho más marcada, especialmente en el municipio de Vila, el más caro de la isla durante todo el periodo estudiado. En este municipio, el precio del alquiler en temporada se ha doblado en 2019 respecto de 2011, mientras que el precio en temporada baja ha ascendido en un 63,8% durante el mismo periodo y si nos fijamos en la variación interanual de 2019, ésta ha aumentado un 5,3% en temporada baja mientras que en temporada alta ha descendido un 5,89%.

A la cabeza estatal

En lo referido a Sant Antoni, 2019 registró un aumento del 1,9% del precio del alquiler en invierno respecto de 2018 y del 9,4% en la época estival. De Sant Joan de Labritja, solo disponemos de los datos del valor del metro cuadrado en régimen de alquiler del verano de 2019, que fue de 17,9 ?, el precio más bajo de todos los municipios de la isla, mientras que en Sant Josep de Sa Talaia el alquiler subió en el invierno de 2019 un 5,1% respecto de las mismas fechas de 2018 mientras que en verano se registró un descenso en 2019 respecto del año anterior del 5,92%.

Por último, en Santa Eulària, el precio del metro cuadrado en alquiler experimentó desde 2011 a 2018 un crecimiento del 66,3% y si comparamos este valor en 2019 respecto de 2018 observamos un crecimiento del 11,64% en invierno y un descenso del 0,55% en temporada alta.

El alza de los precios de venta y de alquiler en 2019 sitúa a Ibiza a la cabeza del territorio estatal con mayores precios de vivienda tanto en régimen de compra como de alquiler por lo que el acceso a la vivienda continúa siendo en la isla un problema de primer orden para un sector importante de la sociedad. En Ibiza, el precio medio del alquiler en 2019, según el Ministerio de Formento, era de 957 euros al mes mientras que los ingresos medios oscilaban entre los 922€ mensuales en lugares como Sant Antoni y los 1263€ en zonas como la de Jesús en Santa Eulària según los datos del Atlas de Distribución de Renta de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística.

Como vemos, la tendencia en la isla está lejos de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 de la ONU que apunta a ciudades inclusivas para 2030 y cuyas metas incluyen el acceso a vivienda asequible para toda la ciudadanía. Por ello, desde el Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza aprovechan este nuevo Día Mundial del Hábitat para hacer un llamamiento a las instituciones y a la ciudadanía en su conjunto para que, entre todos y todas, exploremos cómo mejorar nuestra sociedad a partir del papel de la vivienda como catalizador como uno de los pilares fundamentales del bienestar de las personas.