En los años 60, época de plena efervescencia artística en Ibiza, ya rondaba la idea de crear un museo de arte contemporáneo en la isla. El germen del proyecto nació en la primera Bienal Internacional de Arte, que se llevó a cabo en Ibiza en 1964. En la convocatoria de este certamen, promovido por Florencio Arnán y Lombarte (Barcelona, 1939), se hablaba de la necesidad de crear este espacio, que albergaría las obras premiadas. Lo explica el propio Arnán, alma y motor del museo, que por aquel entonces era director del servicio de actividades culturales y artísticas de la delegación nacional de Cultura-comisaría para el Sindicato Español Universitario (SEU). Este barcelonés muy vinculado a Ibiza, donde vivía parte de su familia, fue el primer director del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE), que se constituyó formalmente en 1969.

La entidades fundadoras del MACE, según recoge la Enciclopèdia d'Eivissa i Formentera, fueron el Ayuntamiento de Ibiza, representado por el entonces alcalde, Joan Verdera Ribas; la asociación Amigos de Ibiza, presidida por Juan de Contreras, marqués de Lozoya, y la Bienal Internacional Universitaria de Arte de Ibiza y en su nombre la Delegación Nacional de Cultura, encabezada en aquel periodo por Ignacio García López. El patronato entonces estaba compuesto por representantes de cada uno de estos organismos, diez en total, que a su vez tenían que nombrar a tres más, uno de ellos miembro de otro ayuntamiento de la isla y el resto, componentes de entidades docentes, culturales o económicas. Como explica un artículo de este periódico publicado el 15 de octubre de 1971, en el primer patronato del MACE, presidido por el marqués de Lozoya, «se eligieron al Ayuntamiento de Sant Josep, al Fomento del Turismo y a Diario de Ibiza».

En palabras de Arnán, «la creación de este museo, perseguía, por un lado, contar con un espacio para reunir y exponer toda la creación artística de aquellos años y, por otro, fomentar el nombre y la proyección de Ibiza hacia el exterior».

La primera etapa

La sede del museo se estableció en el baluarte de Sant Joan, en un antiguo edificio militar de la Real Fuerza de Ibiza levantado en 1727 siguiendo los planos del ingeniero Simón Poulet. En esta construcción, en concreto en la Sala de Armas, ya se había llevado a cabo la III Bienal Internacional de Arte, en 1968, después de unos primeros trabajos de adecentamiento. Arnán recuerda todavía el estado en que se encontraban estas dependencias, que los militares cedieron a Ibiza «gracias a las gestiones del Ayuntamiento de Vila». «El edificio tenía arriba la Sala de Armas y abajo las caballerizas. Cuando entré por primera vez todavía estaban los pesebres y la paja para los caballos», rememora.

Durante 1969 se realizaron importantes mejoras en este espacio, que en 1970 acogió también la IV Bienal. Sin embargo no fue hasta el 16 de octubre de 1971 cuando se inauguró la primera etapa de las obras e instalaciones del MACE. En esta primera etapa el museo pretendía ser una prolongación permanente de la Bienal, que a partir de 1972 se rebautizaría como Ibizagráfic y se convertiría en un certamen monográfico especializado en las artes de estampación.

Los fondos artísticos en aquel periodo se nutrían de la obras ganadoras de las sucesivas Bienales y del Gran Premio Isla de Ibiza, celebrado en 1964. Otra parte importante del patrimonio la constituían las pinturas, esculturas, grabados y dibujos donados por diferentes artistas contemporáneos y que cedía la asociación Amigos de Ibiza, que tenía sede en Madrid y se creó para ayudar al museo. Explica Arnán que este colectivo, que presidía el Marqués de Lozoya, «organizaba exposiciones para recaudar fondos en diferentes ciudades españolas como Madrid, Barcelona o Valencia».

«Entonces el MACE no contaba con grandes presupuestos. El fondo artístico se creó a base de donaciones de artistas y de premios de las Bienales. No había ni una peseta para comprar obras. Todo el mundo trabajaba de forma voluntaria. Habíamos descubierto las ONG antes de que existieran», comenta. Tampoco el cargo de director en aquel momento, explica Arnán, contaba con una remuneración económica.

En 1975 un grupo de jóvenes de Ibiza, entre ellos el pintor Pere Planells, se propusieron dar un nuevo impulso al museo e implicar más a la sociedad isleña. Se formó una comisión coordinadora integrada por Rafel Tur Costa, Leopoldo Irriguible y Julio Carreño. Arnán, que reside y residía en Madrid, se desplazaba periódicamente a la isla, «cada dos meses», para reunirse con ellos y abordar las actividades que se iban a llevar a cabo. El barcelonés, que fue delegando sus funciones en este grupo de ibicencos, ejerció su cargo hasta 1979. En abril de 2007 recibió la Medalla de Plata del Consell por su labor en la gestación y alumbramiento del MACE.

En 1979 la comisión coordinadora del museo se puso en contacto con Catalina Verdera Ribas (Eivissa, 1948) para ofrecerle el puesto de directora. En aquellos momentos esta licenciada en Historia del Arte, que estuvo al frente del MACE entre junio de 1979 y septiembre de 1984, daba clases en el instituto Santa María.

Catalina Verdera, la segunda directora

No dudó en aceptar la propuesta, que, asegura, no esperaba. «Aquel era un momento en que se trataba de revitalizar el museo y cambiar algunas cosas y a mí me interesaba mucho el MACE. Vi que esta gente tenía muchas ganas e ilusión y decidí aceptar el cargo», explica.

Verdera señala que en aquella etapa se hizo un esfuerzo muy importante «para abrir el museo al pueblo de Ibiza y se programaron muchas actividades para que la gente de la isla se implicara». Recuerda, en concreto, la creación de Arteivissa, «un grupo de artistas y gente interesada en el museo que cada año organizaban en el MACE el Saló de Primavera, dedicado a arte contemporáneo, y la Mostra Fotogràfica».

También se continuaron organizando Bienales. Verdera se ocupó de las de 1980, 1982 y 1984, en la que, destaca, «la participación fue espectacular, con artistas de muchos países». La segunda directora del MACE también hace mención a las dos exposiciones que se organizaron en el museo con la Fundación March de Madrid, que presentó en Ibiza la 'Muestra de Grabados de Goya' y su colección 'Arte Español Contemporáneo'.

Verdera recuerda aquel periodo como «muy agotador, pero enriquecedor». «Teníamos muy poco dinero, pero mucha ilusión y entusiasmo. Los artistas ligados al museo se implicaban, se ofrecían para colaborar en los montajes porque las bienales eran mucho trabajo», señala.

No había presupuesto para adquirir obras. El fondo artístico se continuaba ampliando con los premios de las Bienales y las donaciones de los artistas. Verdera recuerda una con especial cariño, la que realizó el artista Conrad Marca-Relli. «Tuvo casa en Ibiza y cuando se marchó donó al MACE un collage sobre tela, una pieza espectacular», comenta todavía con emoción. De las exposiciones que se realizaron en su etapa nombra algunas como «las del americano Man Ray, el austríaco Raoul Hausmann, la del ibicenco Narcís Puget, hijo, o la del alemán Rainer Pfnür, que residió en Ibiza» .

Verdera compatibilizaba la dirección del MACE con las clases del instituto. «Llegó un momento en que no podía con las dos cosas y dejé el museo», explica sobre los motivos que le llevaron a abandonar el cargo. «Había que buscar una persona para sustituirme y sin presupuesto era complicado», añade.

En 1985 el MACE tuvo que cerrar sus puertas y suspendió toda su actividad por problemas de diversa índole. El motivo principal, según apunta la actual directora, Elena Ruiz Sastre (Soria, 1960), fue «la falta de voluntad política y la despreocupación del Ayuntamiento de Ibiza y de otros organismos oficiales».

Entre 1988 y 1989 el Consistorio de Vila aprobó unos nuevos estatutos consensuados con los antiguos miembros del organismo que regía el museo y se constituyó el nuevo patronato municipal del MACE. A continuación «se convocó un concurso restringido para reabrir el museo en 1989 y yo gané la plaza», explica Verdera, que dirigía en aquellos años la Galería van der Voort. Ella se encargó de estudiar las necesidades del museo y ponerlo en marcha de nuevo.

Antes de su reapertura oficial, se llevó a cabo una exposición sobre los fondos gráficos y pictóricos del MACE al mismo tiempo que se procedía a normalizar el funcionamiento museológico. Se nombró una junta rectora en la que, como explica Elena Ruiz, «había representantes del Ayuntamiento de Ibiza (tanto del equipo de gobierno como de la oposición), del Consell, del Govern y de las entidades fundacionales del MACE, es decir, del consejo rector de la Bienal, de Amigos de Ibiza y de la Associació Amics del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa, que ya existía en los 70 con el nombre de Arteivissa».

El impulso definitivo al MACE

En 199o el Ayuntamiento de Ibiza convocó un concurso oposición para elegir un nuevo director y Ruiz, licenciada en Historia del Arte, ganó la plaza. «Han pasado 30 años de eso y a mí me parecen solo tres», comenta de su larga trayectoria al frente del MACE, que se reabrió oficialmente en 1991. Lo primero que hizo al acceder a su cargo fue realizar un inventario de la documentación y de las obras que estaban tanto en el museo como en el almacén provisional, que se encontraba en lo que hoy es el espacio cultural Es Polvorí, situado en el Baluard de Santa Llúcia.

Ruiz asegura que el objetivo que se marcó entonces como directora lo ha cumplido. «Lo que quería era ordenar las colecciones, sistematizarlas, ver presencias y carencias, construir una historia que tuviera que ver con Ibiza y poner el punto de partida del relato en varios momentos de los años 30 del siglo XX conectados con las vanguardias y el Grupo Ibiza 59», explica.

Con este fin, la actual directora investigó «muchísimo» e hizo una exhaustiva labor de campo «visitando todas las colecciones privadas de arte» que pudo. «Las obras premiadas de la Bienal solo contaban el relato de este certamen y yo lo que quería era contar otra historia, la del Grupo Ibiza 59 y la de galerías como las de Ivan Spence y de Carl van der Voort», remarca. Precisamente este americano de origen holandés, una figura clave en el desarrollo el arte contemporáneo en Ibiza, donó parte de su colección al museo en 1997, recuerda Ruiz.

El fondo artístico del museo se fue ampliando con nuevas donaciones y adquisiciones. «Desde que empecé hasta hoy me he dedicado a ir comprando en el mercado local de Ibiza las obras de arte del Grupo Ibiza 59, una colección que se expone de forma permanente en las bóvedas de los Almacenes a Prueba del edificio», afirma.

La directora reconoce que los inicios fueron «muy difíciles» porque era «totalmente inexperta» y los medios económicos eran escasos». «Sigo igual, tengo un presupuesto de mínimos, pero le saco partido al máximo», afirma, destacando los logros de un museo, cuyo discurso se ha completado y enriquecido con la apertura al público del Museo Puget en 2007 y de la Casa Broner en 2010.

Ruiz explica que hasta 2008 organizó nueve bienales, «la última toda en soporte digital». También recuerda la etapa «entre los años 2000 y 2001» en la que L'Hospitalet empezó a funcionar como sala de exposiciones del MACE. «La iglesia, que estaba desacralizada, nos la cedió el obispado de Ibiza cuando estaba al frente Javier Salinas», señala. En 2007 el Ayuntamiento de Ibiza y el Patronato del MACE decidieron rescindir el convenio de colaboración con la diócesis de Ibiza tras acusarles el entonces obispo, Vicente Juan Segura, de actuar de forma «irresponsable e irrespetuosa» al permitir la exhibición en la iglesia de L'Hospitalet de unas imágenes «de gesto grosero y mal gusto» que ofendían las creencias religiosas de los católicos.

La ampliación

La directora también destaca como un hito importante las obras de reforma y ampliación del MACE, que se llevaron a cabo entre 2007 y 2011 auspiciadas por el Consistorio de Vila y el Ministerio de Cultura. Durante ese periodo el MACE trasladó su sede provisionalmente a la Sala Capitular del antiguo convento de Dominicos, en el Ayuntamiento de Eivissa. Los trabajos se retrasaron más de lo previsto al hallar en 2008 en el solar destinado a la ampliación restos de la ciudad fenicia del siglo VI a.C , que fueron integrados en el proyecto.

En 2012 reabrió el MACE con un nuevo proyecto museológico. «Desde 2012 hasta hoy se han redoblado mis esfuerzos y mi ambición con exposiciones de alta envergadura», señala. En esa etapa se han sucedido muestras como la de 'Cerámicas y dibujos', de Barry Flangan y Miquel Barceló; la de 'La llum de la nit', de Joan Miró, o la de 'White Island', de Edmund de Waal.

Ruiz destaca las iniciativas didácticas que se han llevado a cabo para acercar a la ciudadanía el MACE, que este 2020 tuvo que cerrar nuevamente sus puertas el 12 de marzo tras estallar la crisis del coronavirus. Reabrió el 11 de junio adaptándose a las medidas de seguridad marcadas por las autoridades sanitarias.

A pesar de las limitaciones que supone la pandemia, el MACE ha vuelto a la carga con fuerza, con proyectos como el Museo Terapéutico y con la mente puesta en la celebración de su 50 aniversario. A Ruiz le sobran las ganas y el optimismo para soñar en un futuro del MACE con más presupuesto y un equipo científico propio. Otra de sus metas es contar con un sala polivalente visitable en el que se exhiban las obras almacenadas, que permita «mostrar al público las tripas del museo».

El MACE reúne a once artistas jóvenes de Balears en la muestra 'Teoría de la Alegría'

El MACE conmemora en septiembre su medio siglo de existencia con 'Teoría de la Alegría', una muestra comisariada por Enrique Juncosa y Elena Ruiz y subvencionada por la conselleria balear de Cultura en la que participarán once artistas de Balears nacidos entre la década de los 80 y los 90. «Es una alegría cumplir años y celebrarlo con los creadores jóvenes, que representan un periodo muy interesante», destaca la directora del museo. En la exposición, que está previsto inaugurar el 9 de septiembre a las 20 horas, participarán Joan Bennàssar Cerdà (Palma, 1991); Irene de Andrés (Ibiza, 1986); Lara Fluxà (Palma, 1985); Bel Fullana (Palma, 1985); Adrián Martínez (Ibiza, 1984); Julià Panadés (Mallorca, 1981); Albert Pinya (Palma, 1985); Cristòfol Pons (Ciutadella, 1981); Stella Rahola Matutes (Barcelona, 1980); Bartomeu Sastre (Palma, 1986) y Marcel·la Barceló (Mallorca, 1992). Su obra se distribuirá entre la Sala de Armas del MACE y el espacio que antes ocupaba la galería Lune Rouge, en el polígono de es Gorg de Vila. Ruiz asegura que el confinamiento ha complicado mucho la organización de esta muestra, que inicialmente estaba previsto inaugurar el 13 de junio. Además de 'Teoría de la Alegría', en la que se han invertido dos años de trabajo, hay otro proyecto para este aniversario. Ruiz quiere organizar, si es posible también en septiembre, otra muestra con algunos de los documentos del archivo del MACE sobre la Bienal de 1970 y los primeros pasos de este museo de arte contemporáneo, uno de los más antiguos de España.