Copa del Rey
El Barça de Flick alivia la descomposición institucional con una goleada en Barbastro
Los goles de Èric, Pablo Torre y dos de Lewandowski certificaron el pase del equipo de Flick a los octavos de Copa

Eric García se abraza con Araujo tras el 0-1. / EFE
Albert Guasch
El Barça de Hansi Flick, mermado por la incapacidad de Joan Laporta de inscribir a sus dos fichajes, supo superar el reto incómodo del Barbastro en la Copa. Con el barcelonismo pendiente de la implosión de la institución, con el prestigio arrasado y el rídiculo exponiéndose en todas las esferas, el calendario nos recordó por un rato que esto va de fútbol, de ganar partidos, de superar eliminatorias, aunque fuera caigan chuzos de punta. Un 0-4, con goles de Èric Garcia, Pablo Torre y dos de Lewandowski, dieron algo de alivio en medio del desconcierto.
El equipo azulgrana se sitúa en los octavos de Copa después de un debut en la competición eclipsado por las ausencias de Dani Olmo y Pau Víctor, que ni siquiera viajaron a la localidad aragonesa. Primer partido en el limbo de ambos. Y a saber cuántos les quedan. Dependerá de su paciencia, en particular del mediapunta de Terrassa. Joan Laporta contempló el espectáculo con la expresión rumbosa que acostumbra desde la zona noble (es un decir) del estadio de Barbastro.

Los jugadores del Barça felicitan a Pablo Torre tras el 0-4. / EFE
Paciencia es la que ha tenido Wojciech Szczesny, el portero polaco de 34 años que hizo al fin su debut. No fue en un campo con glamour, como seguramente imaginaba cuando le llamaron y le rescataron de la prejubilación tras la lesión de Ter Stegen. Un fichaje que ahora se ve precipitado: la ficha del alemán podría haber ido para Olmo, pero en las oficinas del FC Barcelona nunca se actúa con una mínima previsión, como se ha visto una vez más.
No está claro que Szczesny sienta que realmente debutara este sábado. Tocó poco balón. Solo con el pie, producto de alguna generosa cesión de un defensa compasivo. Un espectador. Podría haberse encendido un pitillo perfectamente, y apoyado en un palo, contemplar sin palpitaciones el desarrollo del juego. Pocos elementos para juzgar su estado de forma, para opinar si puede inquietar a Iñaki Peña. Con las manos no intervino hasta pasada la media hora. Un disparo desde fuera del área por el centro que atajó sin pestañear.
Regreso de Araujo
También fue el partido en que regresó a una alineación Ronald Araujo. Llevaba cinco meses de baja. Sufrió una grave lesión muscular con la selección uruguaya en la Copa América del pasado verano. Se le vio intenso, puntual en los cortes y con ganas de prodigarse en ataque. Casi marcó en un remate a los 20 minutos. Le frustraron la gloria los reflejos del portero Arnau. Diez minutos después entregó de cabeza una asistencia para que Èric Garcia abriera el marcador. Su primer gol con el Barça para el de Martorell, que volvió a ejercer, y de forma eficiente, de mediocentro.
El gol ratificaba la seriedad con que Flick y sus futbolistas se tomaron el encuentro. Dosificó el técnico germano a algunos imprescindibles, como Cubarsí, Balde o Raphinha, pero la inclusión de Koundé, Pedri y Lewandowski en el once titular evidenciaron que Flick comprendió que a la crisis institucional no podía sucederle una crisis deportiva. Inimaginable una eliminación ante un conjunto de Segunda RFEF. El equipo debía salvar el rancho de las llamas. Y no le intimidó al alemán el estado del césped, muy peligroso para los tobillos.
Un equipo intenso
A Flick le debieron informar que la temporada pasada el equipo de Xavi no lo pasó muy bien en Barbastro y de ahí el elevado nivel de la presión, la intensidad en el juego y la motivación en verticalizar. Lewandowski canalizó el pase de fase con un remate de cabeza mordido antes del descanso. El polaco selló la victoria al minuto de la reanudación con una precisa finalización. Y Pablo Torre aprovechó una pifia del portero para darle al triunfo categoría de goleada. Gol merecido, por su buen desempeño: centró en la acción del 0-2, asistió a Lewandowski en el 0-3 y marcó el 0-4.
En la segunda parte participó Gavi con un dedo roto de la mano derecha. No se le notó. Embistió como siempre. Y debutó Toni Fernández, extremo de Rubí de solo 16 años. Sustituyó a Pablo Torre, con molestias en los abductores. Casi puede contarse una asistencia a Fermín si este no hubiera fallado el remate. Cuatro goles bastaron para hacer olvidar durante un rato el despropósito institucional.
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