Entrevista

Irene Paredes: "Tendremos que estar todas de diez"

"Vine aquí porque sabía que se estaba cociendo algo muy grande"

Irene Paredes.

Irene Paredes. / Javi Ferrándiz

Maria Tikas

Todo amante del fútbol sabe que a Irene Paredes (4 de julio de 1991, Legazpi, Gipuzkoa) el fútbol le debe una Champions. Ella, sin embargo y siempre desde la humildad que la caracteriza, prefiere decir que "habrá que hacer méritos para conseguirla".

La central del FC Barcelona, que explica que "empecé a dar patadas a un balón ya cuando daba mis primeros pasos", atiende a SPORT, del grupo Prensa Ibérica, antes de viajar a Eindhoven para disputar su tercera final europea, algo que "ni de lejos" se imaginaba cuando era niña, "jugué en la calle hasta los catorce años porque entonces no había equipos femeninos".

De las mil cosas buenas que tiene, destaca, por encima del resto, su capacidad de permanecer siempre en segundo plano. No busca protagonismo. Se mantiene alejada de los focos y, aun así, ejerce de líder y asume responsabilidades como pocas futbolistas. Dentro y fuera del terreno de juego.

¿Tú también te ves así?

Me gusta ser líder y ejerzo como tal, pero sí que es verdad que no me gusta ser el foco de atención, ni dentro ni fuera del vestuario. A veces rehuyo, incluso demasiado, la parte mediática. Pero bueno, al final, dentro de un vestuario tiene que haber perfiles para todo, un equilibrio.

¿Es difícil, hoy en día, huir de los lujos y la ostentación del fútbol de élite?

Yo llevo una vida muy sencilla, incluso a veces mis compañeras se ríen un poco de ello [ríe]. Para mí, un lujo es poder pasar tiempo con la gente que quiero o en los sitios que quiero. Hace poco leí un artículo en un periódico que hablaba sobre nuestros coches, y es algo a lo que le doy cero importancia. Yo prefiero gastarme el dinero en otras cosas, aunque pueda permitirme algún lujo.

Desde hace un par de años se habla mucho de la existencia, ya, de referentes femeninos. Sin embargo, los primeros referentes para las niñas y niños acostumbran a ser las madres o los padres. Hacen todo lo que ven, son sus primeros ejemplos en casi todo. Tú eres madre, de Mateo, qué importante es para ti y para tu pareja que él crezca en este entorno, viendo a su madre ser pionera en el deporte femenino y rompiendo barreras?

Es totalmente básico. Nosotras nos encargamos de romper barreras en el fútbol practicado por mujeres. Yo ya soy quizás de las pocas que quedan que nunca ha tenido referentes femeninos. A mí me gustaba mucho jugar al fútbol, pero sabía, o pensaba, que nunca podría hacerlo de una manera profesional, porque eso no existía.

Ahora es totalmente normal...

Por suerte, Mateo va a crecer con eso. Cuando le cuente que cuando yo era pequeña las chicas no jugaban a fútbol, o que luego no salíamos en la tele, le va a parecer una película. El otro día reconocí en un restaurante a un ex futbolista hombre y mis padres me preguntaron cómo lo había conocido. Y es que lo tenía en los cromos. Es básico. Si no, en la vida le hubiese conocido. Esto va a pasar ahora con las mujeres y es muy muy importante.

Se te conoce como una persona reivindicativa. ¿Cómo es estar en un club que forma parte del cambio?

En el Barça somos un agente totalmente directo del cambio. Estamos rompiendo barreras dentro del juego, en la manera en que jugamos. Muchas veces se nos ha echado en cara que el juego en el fútbol femenino es lento, aburrido y tal. Bueno, pues creo que hace tiempo que se viene dando ese golpe en la mesa de hacer un fútbol atractivo.

Y fuera del campo...

También. En el movimiento de la mujer en la sociedad y en el deporte, está claro que que estamos haciendo ese cambio. Lo estamos generando, hay mucha gente que nos sigue. Espero que esto sea el inicio para que se vaya contagiando al resto de clubes e incluso de países.

Estamos rompiendo barreras dentro y fuera del campo

El racismo en el fútbol es otro tema que hoy está en boca de todos. Sin embargo, históricamente, este deporte ha sido espacio también para el machismo y la homofobia. ¿Es utópico pensar en un fútbol sin estos ‘ismos’ y fobias?

Espero que se logre. Es algo que está impregnado en la sociedad pero sí que el fútbol quizás lo permite más. Pues quizás hay que aprovechar este momento para erradicarlo, para hacer un deporte mucho más limpio y respetuoso.

El fútbol femenino español está estancado ahora con las negociaciones por el convenio colectivo. Parece que no avanzamos...

Creo que hay que saber aprovechar los momentos. La sociedad y el fútbol están en momento de cambio y ahora mismo es básico que peleemos por nuestros derechos. Al final son derechos laborales, va más allá de un salario mínimo. Va de condiciones, de que se nos trate y nos respete como futbolistas profesionales que somos. Lo tenemos que pelear y en eso estamos.

En el Barça estáis normalizando lo extraordinario, en lo deportivo y en lo social. ¿Es algo que se va a valorar más con el tiempo?

Ahora es un momento clave porque la mayoría que estamos aquí hemos vivido el cambio. De jugar en campos de césped artificial muy malos, incluso de arena, a llenar un Camp Nou. Este cambio es increíble. Hay que valorarlo como lo valoramos ahora y que se siga haciendo. Lo hablamos muchas veces, porque parece que se nos obligue a ganar títulos y a ganar cada partido, y ya hemos visto que si no se hacen las cosas bien, cualquiera te puede ganar. Hay mucho trabajo detrás de todo lo que estamos haciendo cada día, no solo nuestro ni del ‘staff’ dentro del campo. Es mucha gente que trabaja a nuestro alrededor para que todo esto funcione.

Prueba de ello es que el Barça jugará su quinta final en cinco años. ¿Hay ganas?

Muchas. Es el partido más importante de la temporada. Estamos teniendo más tiempo para prepararlo y nos están yendo bien estas dos semanas para llegar de la mejor manera posible. Eso sí, es una final, y en una final puede pasar de todo.

¿Cómo habéis trabajado estos días para no perder ritmo?

Mentalmente, una final de la Champions ya te motiva por sí misma. Y en el aspecto físico y táctico, estamos rodeadas de los mejores profesionales, y cada uno en su parcela mide al milímetro qué estímulos nos tiene que dar y cómo tiene que hacerlo. El sábado jugamos un partido entre nosotras para no cortar ese ritmo y durante la semana se nos dan los estímulos físico y técnico-tácticos para llegar de la manera y en el momento más óptimo.

¿Qué esperas de la final?

Que ganará el que esté más acertado, será cuestión de detalles, como en todas las finales. Nos hemos centrado en mejorar todas esas cosas que no han salido tan bien durante la temporada, o especialmente en las últimas semanas. Hemos visto lo que nos pueden proponer y tendremos que ejecutar bien nuestro plan.

Como el Chelsea, es un equipo muy potente a nivel ofensivo.

Todas tendremos que estar de diez. Somos un bloque, tanto en ataque como en defensa. Atacamos todas, defendemos todas. Tenemos que estar juntas. Si pasan de una, que no pasen de la otra. Y estar muy precisas en cada pase para que todo vaya bien.

Atacamos todas, defendemos todas. Tenemos que estar juntas.

A nivel individual, te tocará defender a Pajor y Popp, entre otras. ¿Vaya duelos, eh?

Son jugadoras que llevan mucho tiempo en la élite y que han vuelto a meter al Wolfsburgo en una final de la Champions. Serán duelos de un alto nivel. Tenemos que estar todas de diez.

Hace dos años, cuando te enfrentaste con el PSG al Barça en semifinales, te pregunté por tres nombres propios. Uno, el de Hansen. Me dijiste que era una gran futbolista pero que no la conocías mucho. ¿Qué me puedes decir de ella, ahora?

Te voy a hablar de más del aspecto personal, porque del futbolístico está claro que es una máquina. Creo que tenemos una personalidad muy parecida, ella también es líder dentro y fuera del vestuario y siempre está en un segundo plano, de ahí también que muchas veces que no se le reconozca como la grandísima jugadora que es. Tengo muy buena relación con ella, es muy trabajadora y comprometida. Eso me gusta y va mucho conmigo.

Y Alexia ya ha vuelto a abrir la lata. ¿Cómo está?

El hecho de marcar siempre es bueno, y más para gente que juega adelante. Ha estado mucho tiempo lesionada, ya está de vuelta y poco a poco se va reencontrando. Está volviendo a su nivel pero hay que dejarle sus tiempos. En los entrenamientos está demostrando que está muy bien. Y marcar siempre te da ese puntito de sentirte mejor. La vuelta de Alexia, con todo lo que conlleva, nos hace felices a todas.

La vuelta de Alexia, con todo lo que conlleva, nos hace felices a todas

¿Qué aprendizaje os lleváis de la final de Turín?

Cada año vamos sumando experiencias y de todo se aprende. Este año hemos tenido situaciones diferentes, más comprometidas, que hemos sabido sacar adelante. Cada partido es diferente, y el año pasado encajamos goles muy rápido contra un Lyon que lo tenía todo clarísimo. Y esto nos impidió quizás hacer nuestro partido. Vamos a intentar evitar a toda costa este tipo de situaciones, ya pudimos vernos en este contexto de inferioridad, con una menos, en la Supercopa. Y todo sirve para mejorar. Lo supimos sacar adelante y yo tengo plena confianza en este equipo.

Hubo desplazamiento masivo el año pasado y lo volverá a haber este año.

Para nosotras es muy importante que se llene el Johan todos los fines de semana, que cuando se abra el Camp Nou la afición responda, y siempre han estado en las grandes citas. Sentimos mucho su calor. No nos gusta perder, ni en un partido ni el entrenamiento de esta mañana. Y da rabia ver que la gente se vuelque tanto contigo y no poder darles su recompensa, por eso nos dolió tanto el año pasado. Ahora estamos en una nueva final y vamos a intentarlo otra vez.

¿Te esperabas una conexión así con la afición cuando llegaste?

No sé si la esperaba, pero no me ha sorprendido. Llegué cuando acababan de ganar la Champions y veía cómo se estaba cociendo algo grande. Fue parte de las razones por las que vine. No es casualidad que se vayan ganando títulos a medida que se van llenando estadios. Son parte de esto y les estoy, personalmente, muy agradecida.

No es casualidad que se vayan ganando títulos a medida que se van llenando estadios. La afición es parte de todo esto.

Te hemos visto últimamente más atrevida con el catalán. ¿Hasta qué punto es importante, para ti, implicarte de esta manera con la cultura del equipo en el que estás?

Para mí es básico. De hecho, ya me da bastante rabia que sea mi segundo año y no pueda hablar con fluidez. Porque además se me dan bien los idiomas. Cuando fui a Francia, fue de las primeras cosas que hice, aprender el idioma, porque esto te mete mucho más en la cultura, hace que las relaciones sean mejores, te ayuda a entender a la gente de allí y por qué se dan diferentes situaciones. Es verdad que ha habido tantos cambios en mi vida que no me han permitido aprenderlo como me gustaría, pero lo intento. Hay compañeras que me ayudan bastante. Poco a poco. A ver si soy capaz de dar incluso alguna entrevista en catalán.

Has estado en dos finales. ¿El fútbol te debe una Champions?

Lo de merecer es relativo, hay gente que trabaja mucho por algo y que merece una recompensa y luego no se da. Si tuviese que valorar todas las cosas que hice, finales que he perdido, no podría seguir jugando al fútbol. Yo disfruto mucho con lo que hago. Ahora estamos en una nueva final y habrá que hacer méritos para conseguirla. Ambos equipos lo merecemos, pero confío plenamente en mi equipo y creo que lo podemos hacer.