Viraje total de la Superliga que planean Madrid, Barça y Juventus, los tres clubs que aún enarbolan públicamente este proyecto. Tan rotundo es el viaje que ha presentado un decálogo de nuevas reglas en los que se defiende la creación de un torneo abierto, nada cerrado y elitista como el plan inicial, donde se divulga las bases de una competición que englobaría a más de 60 clubs que jugarían un mínimo de 14 partidos. O sea, uno más del que disputan el actual campeón o subcampeón de la Champions organizada por la UEFA.

Está pendiente la Superliga del desenlace judicial que emitirá en marzo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre si UEFA y FIFA incurren en abuso de posición como organizadores, el boceto inicial de la Superliga ha quedado fulminado en lo que Bernd Reichart, CEO de A22 Sports Management, impulsora del proyecto, ha calificado como "diez principios para una liga europea de fútbol", según han revelado 'El País' y otros diarios europeos.

"El momento de hacer cambios"

Diez principios que se resumen en un modelo de competición radicalmente distinto al que habían presentado en el arranque de la Superliga tras dialogar, según Reichart, "con casi 50 clubs y otros actores del sector y la conclusión compartida por casi todos ellos es que la base sobre la que se cimenta el fútbol europeo está seriamente amenazada", por lo que considera que "ha llegado el momento de hacer cambios".

La respuesta a ese nuevo plan de Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha sido igual de contundente que la que exhibió ante la idea original. "La Superliga es el lobo, que hoy se disfraza de abuelita para intentar engañar al fútbol europeo, pero SU nariz y SUS dientes son muy grandes", ha dicho el ejecutivo, quien luego se ha hecho un par de preguntas con respuestas incluidas. "¿Cuatro divisiones en europa? Claro la primera para ellos, como en la reforma de 2019.¿Gobierno de los clubes? Claro solo de los grandes", ha escrito Tebas en su cuenta de Twitter. 

El primer cambio es "una competición abierta y basada en el mérito deportivo", lejos del club cerrado de participantes en que se sustentó la idea original. "La Liga europea de fútbol debería ser una competición abierta, con varias divisiones, compuesta por entre 60 y 80 equipos, que permita una distribución sostenible de ingresos a lo largo de la pirámides del fútbol". De ahí, que Reichart explique que "la participación cada temporada debería basarse en el éxito deportivo, sin que existan miembros permanentes".

En ese sentido, la Superliga europea recalca que "el sistema de competición debería ser abierto, basado en el desempeño en competiciones nacionales", a las que considera que "son los cimientos del fútbol" por lo que se obligaría a los clubs "a seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad".

O sea, lejos de la revolución intentan ahora los promotores de la Superliga "mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles" en la búsqueda de un dinero que debe ser gestionado directamente por los clubs evitando que sean gestionados por la UEFA.

Los impulsores del proyecto sostiene que las competiciones deben ser "gobernadas por los clubs con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicadas de forma rigurosa y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo"

"La salud de los jugadores debe estar en el centro de nuestro deporte" es el titular del cuarto epígrafe del decálogo, quien en su quinto punto aboga luego por "competiciones gobernadas por los clubs con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicadas de forma rigurosa y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo".

El sexto punto pasa por crear "la mejor competición de fútbol del mundo", teniendo el objetivo de "mejorar la experiencia del fútbol aficionado" (capítulo siete), además de "desarrollar y financiar el fútbol femenino" (octavo), intentando "aumentar significativamente la solidaridad" (noveno) con el "respeto de los valores y la normativa de la Unión Europea" (décimo y último epígrafe de esa Superliga tan nueva que no se parece en nada a la vieja Superliga.