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El análisis de las rondas por etapas

El Giro será mucho más duro que Tour y Vuelta

Presentadas las tres carreras, con la prueba española más exigente de las últimas décadas, la carrera italiana supera a sus dos oponentes en número de kilómetros contrarreloj y puertos de montaña por encima de 2.000 metros de altitud

Jonas Vingegaard, con el maillot amarillo del Tour.

Presentadas las tres grandes rondas por etapas de 2023 con una Vuelta que se erige como la más dura de las últimas décadas y posiblemente una de las más exigentes de la historia y con un Tour que apuesta claramente por la montaña, el Giro en cuanto a dificultad se destaca como la más complicada de las carreras de tres semanas que los ciclistas deben afrontar esta temporada.

La prueba italiana, además, es la que apuesta por un recorrido más clásico honrando a las contrarrelojes, prácticamente eliminadas del trazado del Tour y contempladas a la mínima expresión en la Vuelta. Cada vez, las jornadas contra el cronómetro son más cortas en una tendencia que, sin embargo, no desaparecerá porque las mayores diferencias se marcan en esta especialidad más que en los días de montaña por muchos puertos encarrilados que haya y por porcentajes salvajes que se establezcan.

Italia con más contrarreloj

Un dato muy importante, el año pasado, de hecho, la mayor diferencia que se estableció el año pasado en la Vuelta, a pesar de todo el festival de cumbres que hubo, menor que otras ediciones, se produjo en la contrarreloj de Alicante donde Remco Evenepoel cimentó su victoria final.

El Giro es la carrera que recoge un mayor número de kilómetros contrarreloj (70,6) y el Tour el que menos genera con tan solo 22, que además están camuflados en una rara cronoescalada por los Alpes. La Vuelta, en cambio, se queda a medias con los 14 kilómetros de contrarreloj por equipos en Barcelona y los 25 individuales que se recorrerán en Valladolid.

Los finales en alto

La Vuelta, eso sí, es la carrera de 2023 que mayor número de finales en alto programa y en eso, utilizando un término ciclista, realiza una escapada individual en relación a sus dos oponentes: 10 finales en alto por 7 del Giro y solo 4 del Tour. La ronda española, también, es la que ha dibujado la etapa con mayor número de puertos concentrados en los 10 que se encontrarán los ciclistas en la penúltima etapa, en la sierra de Guadarrama, aunque todos son de tercera categoría.

Puertos a 2.000 metros

El Giro, sin embargo, no tiene oponente a la hora de buscar puertos por encima de los 2.000 metros, aunque normalmente siempre paga algún peaje a modo de anulación puesto que al disputarse en el mes de mayo, cambio climático mediante, siempre se encuentra con algún paso de montaña cerrado por culpa de la nieve. Este año contempla siete ascensiones de estas características, entre ellas el Grand Saint Bernard, en Suiza, que se eleva hasta los 2.465 metros. En los Alpes, con un escenario de montes por encima de los 2.000 metros donde el Tour siempre tiene menú para escoger, la Vuelta queda penalizada porque solo puede ir a los Pirineos o a Sierra Nevada para alcanzar esta altitud. Este año ha tenido que ir hasta Francia y al legendario Tourmalet para alcanzar los 2.400 metros y dos de los tres montes que rondan los 2.000 se encuentra en Andorra: Ordino (1.980) y Arinsal (1.910). El tercero en discordia es Javalambre, en la sierra turolense con 1.950 metros de altitud.

El desnivel del Tour

El Tour, con su careta de montaña ciento por ciento, presenta en sociedad la etapa con 5.100 metros, el mayor número de desnivel acumulado de los últimos 50 años, entre Saint Gervais Mont Blanc y Courchevel, donde además se encuentra el puerto más complicado del guion francés, la Loze, con rampas que alcanzan el 24% al igual que el Angliru (en la zona de la Cueña les Cabres), aunque el monte asturiano sí tiene el honor de ser el puerto más duro por el que pasarán los corredores en 2023.

El kilometraje

El número total de kilómetros es similar entre Giro y Tour. Los italianos reúnen 3.448 por 3.404 de los franceses, mientras que la ronda española se queda en 3.153, aunque hay que tener en cuenta que la Vuelta llega este año, no solo detrás de las otras dos grandes rondas, sino del Mundial que se celebra una semana antes de forma extraordinaria. El calor suele ser otro aspecto que endurece la Vuelta, aunque el mes de julio en Francia tampoco se queda corto... y si no que se lo pregunten a los ciclistas que afrontaron en 2022 la terrible etapa que acabó en Foix rondando casi los 40 grados.

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